Carlsen insiste en acusar sin pruebas a Niemann
El campe¨®n pide permiso al estadounidense para decir todo lo que sabe sobre sus trampas y se niega a jugar con ¨¦l
¡°Creo que Niemann ha hecho m¨¢s trampas ¡ªy m¨¢s recientes¡ª de lo que ¨¦l admite¡±. El campe¨®n del mundo de ajedrez, Magnus Carlsen, sigue basando en sus creencias, sin aportar prueba alguna, la acusaci¨®n p¨²blica al estadounidense Hans Niemann, de 19 a?os, de recibir ayuda ilegal de computadoras durante sus partidas. Lo dice en un comunicado de seis p¨¢rrafos, donde lo m¨¢s sorprendente est¨¢ en el ¨²ltimo: ¡°Me gustar¨ªa decir m¨¢s. Por desgracia, estoy limitado de momento en lo que puedo decir sin el permiso expl¨ªcito de Niemann¡±.
Es la primera vez que el noruego acusa con claridad en lugar de ti...
¡°Creo que Niemann ha hecho m¨¢s trampas ¡ªy m¨¢s recientes¡ª de lo que ¨¦l admite¡±. El campe¨®n del mundo de ajedrez, Magnus Carlsen, sigue basando en sus creencias, sin aportar prueba alguna, la acusaci¨®n p¨²blica al estadounidense Hans Niemann, de 19 a?os, de recibir ayuda ilegal de computadoras durante sus partidas. Lo dice en un comunicado de seis p¨¢rrafos, donde lo m¨¢s sorprendente est¨¢ en el ¨²ltimo: ¡°Me gustar¨ªa decir m¨¢s. Por desgracia, estoy limitado de momento en lo que puedo decir sin el permiso expl¨ªcito de Niemann¡±.
Es la primera vez que el noruego acusa con claridad en lugar de tirar la piedra y esconder la mano en los dos hechos que recuerda en el primer p¨¢rrafo. Su retirada, por primera vez en su vida, de un torneo, la Copa Sinquefield en San Luis (EE UU), en la 3? ronda tras perder con Niemann. Y su escandalosa y antideportiva rendici¨®n tras un solo movimiento en la partida con el estadounidense del torneo r¨¢pido por internet Julius Baer.
Sobre el primero de esos dos hechos, Carlsen explica: ¡°Tuve la impresi¨®n de que ¨¦l no estaba tenso o ni siquiera totalmente concentrado en las posiciones m¨¢s cr¨ªticas de la partida mientras me arrollaba con las piezas negras como solo un manojo de jugadores puede hacer¡±. Y explica as¨ª su chirriante actitud en el segundo: ¡°No quiero jugar con gente que haya hecho trampas en el pasado porque no s¨¦ lo que ser¨¢n capaces de hacer [m¨¢s trampas] en el futuro¡±.
Niemann ha reconocido que no jug¨® limpio en partidas por internet entre los 13 y los 16 a?os, pero asegura que no ha hecho ninguna despu¨¦s, y nunca en partidas presenciales. Fue expulsado por ello del club virtual Chess.com, con decenas de millones de usuarios, que hace pocas semanas compr¨® a su principal competidor, Chess24, del grupo empresarial Play Magnus, cuyo principal accionista es Carlsen.
Las redes contienen toneladas de opiniones o an¨¢lisis, por escrito o en v¨ªdeo, de todas las partidas jugadas por Niemann en los ¨²ltimos a?os, con estad¨ªsticas sobre el alto porcentaje de sus jugadas que coinciden con las que prefieren las computadoras, gr¨¢ficos de su mete¨®rica progresi¨®n en la lista mundial ¡ªno es la ¨²nica, pero s¨ª de las m¨¢s r¨¢pidas¡ª y los m¨¢s variados detalles.
Entre ellos, el neerland¨¦s Anish Giri, s¨¦ptimo del mundo, ha revelado los movimientos que recuerda de dos partidas informales entre Carlsen y Niemann de las que fue testigo en una playa de Miami en agosto, donde se disput¨® un torneo de r¨¢pidas en el que Niemann gan¨® al escandinavo por primera vez. Diez d¨ªas despu¨¦s empez¨® la Copa Sinquefield en Miami. Carlsen asegura ahora que pens¨® ¡°seriamente en no participar¡± como protesta por la invitaci¨®n a Niemann en el ¨²ltimo minuto, pero que finalmente decidi¨® jugar.
Del relato de Carlsen se desprenden dos posibilidades l¨®gicas: que ya sospechaba de Niemann hace tiempo, lo que no impidi¨® que fuera con ¨¦l a jugar partidas en la playa, quiz¨¢ para confirmar sus sospechas; y que, en esos momentos de relajaci¨®n y supuesta complicidad, Niemann le dijo algo que ahora arrojar¨ªa supuestamente mucha luz sobre el esc¨¢ndalo. Pero ambas son compatibles con la opini¨®n de que ¡°los ajedrecistas de ¨¦lite tienden a la paranoia y acusan de trampas cuando pierden ante jugadores j¨®venes¡±, expresada en el primer momento por el estadounidense de origen armenio Lev¨®n Aroni¨¢n, d¨¦cimo del mundo, quien, sin embargo, cambi¨® luego a otras m¨¢s cercanas a la postura de Carlsen.
Nunca se ha demostrado que un jugador de la ¨¦lite (en este caso, reci¨¦n llegado) sea culpable de trampas. El comunicado del campe¨®n incluye un p¨¢rrafo, el segundo, que probablemente ser¨¢ apoyado por unanimidad: ¡°S¨¦ que mis acciones han frustrado a muchos en la comunidad del ajedrez. Yo estoy frustrado. Quiero jugar al ajedrez. Quiero continuar jugando al m¨¢s alto nivel en los mejores torneos¡±. Tambi¨¦n el principio del tercero: ¡°Creo que las trampas son algo muy serio y una amenaza a la existencia del ajedrez. Tambi¨¦n creo que los organizadores y todos a quienes les importa la pureza del juego que amamos deben considerar seriamente el aumento de las medidas de seguridad y los m¨¦todos de detecci¨®n de trampas en el ajedrez presencial¡±. Y, sobre todo, la ¨²ltima frase: ¡°Conf¨ªo en que la verdad de este asunto salga a la luz, sea cual sea¡±.
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