Llegaron a barrer

M¨¢s all¨¢ del anuncio que viene de hacer el nuevo presidente de la administradora de pensiones estatal, Colpensiones, sobre el destino que se le podr¨ªa estar dando a los ahorros para la vejez de los colombianos, deber¨ªamos preocuparnos por lo que pasa al interior de esta entidad que, a pesar de ser del Gobierno colombiano, se ha venido manejando casi como una entidad financiera privada con el fin de proteger los recursos de miles de personas que depositan en ella no solo la plata, sino la confianza de que en diez, ve...

M¨¢s all¨¢ del anuncio que viene de hacer el nuevo presidente de la administradora de pensiones estatal, Colpensiones, sobre el destino que se le podr¨ªa estar dando a los ahorros para la vejez de los colombianos, deber¨ªamos preocuparnos por lo que pasa al interior de esta entidad que, a pesar de ser del Gobierno colombiano, se ha venido manejando casi como una entidad financiera privada con el fin de proteger los recursos de miles de personas que depositan en ella no solo la plata, sino la confianza de que en diez, veinte o treinta a?os los recursos estar¨¢n all¨ª para disfrutar de una merecida jubilaci¨®n.

Jaime Duss¨¢n, nueva cabeza de Colpensiones, no es economista, ni administrador de empresas. No es ingeniero, es abogado con maestr¨ªa en relaciones p¨²blicas y profesor de secundaria que desde hace d¨¦cadas ha liderado el movimiento sindical de los profesores, quienes terminaron por convertirse en su base electoral para llegar a ser diputado y senador. No es malo ser profesor. Todo lo contrario: es un honor y una misi¨®n sublime la de educar a las generaciones que luego habr¨¢n de construir un pa¨ªs mejor; sin embargo, largo camino hay de la docencia y las aulas a la gerencia de una entidad que anualmente recibe miles de millones de pesos de los colombianos para convertirse en el garante de que en un futuro, cuando llegue la hora, haya dinero suficiente para que estos reciban una pensi¨®n.

Hasta ahora, y a pesar de algunos presidentes de Colpensiones con actitudes d¨¦spotas y autoritarias, esa organizaci¨®n se ven¨ªa manejando casi como una entidad financiera. Un ej¨¦rcito de t¨¦cnicos era el encargado de llevar las riendas de la entidad, siempre pensando en el bien com¨²n y con resultados que hasta hoy han sido bastante buenos. Sin embargo, desde que lleg¨® Duss¨¢n las cosas han cambiado.

Muchos de los t¨¦cnicos que llevaban varios Gobiernos trabajando para proteger el ahorro pensional de los colombianos van a ser remplazados por personas sin experiencia en ese complejo mundo. Otros se han quedado sin nada que hacer, pues a trav¨¦s de contratos de prestaci¨®n de servicios se ha estado consolidando una especie de n¨®mina paralela que desempe?a funciones o tareas que deber¨ªan cumplir los funcionarios de planta, algo que est¨¢ completamente prohibido por las normas de la entidad.

Adem¨¢s, en las reuniones de m¨¢s alto nivel de Colpensiones, donde se tratan temas delicados y confidenciales, ha empezado a asistir la se?ora Paola Palmariny, quien sin ser funcionaria, ni tener contrato alguno con la entidad, pareciera haberse convertido en la sombra del nuevo presidente. ?Qu¨¦ dicen al respecto los miembros de la Junta Directiva? ?C¨®mo permiten que personas no vinculadas a la organizaci¨®n vayan de arriba abajo como si fuesen directivos?

En algunos comit¨¦s es el mismo presidente Duss¨¢n quien reconoce que no va a dejar a nadie del Gobierno anterior. Eso tendr¨ªa sentido si Colpensiones fuera un ¨®rgano eminentemente pol¨ªtico, como un ministerio o una agencia presidencial, pero hacerlo en una oficina de car¨¢cter t¨¦cnico y adem¨¢s hablar de inversiones como si se jugara al casino con la plata de los colombianos resulta por lo menos irresponsable.

?Ay, profesor Duss¨¢n!

Fe de erratas: una versi¨®n inicial de esta columna afirmaba que Jaime Duss¨¢n no es abogado. Fue corregida a las 8.10 de la ma?ana del d¨ªa de su publicaci¨®n.

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