Los acercamientos con la Segunda Marquetalia inician entre la incertidumbre y la esperanza
Las aproximaciones entre el Gobierno y el grupo disidente de las FARC parecen avanzar de manera lenta y herm¨¦tica
Este fin de semana la Segunda Marquetalia, una de las grandes disidencias de las extintas FARC, inici¨® un cese al fuego unilateral frente al Estado y liber¨® a cuatro personas secuestradas en Nari?o como gesto humanitario. Detr¨¢s de esos hechos ha tenido acercamientos con el Estado, aunque lentos y sin encuentros p¨²blicos como los que tuvo el Gobierno con la otra gran disidencia, liderada por alias ¡®Iv¨¢n Mordisco¡¯ y que se autodenomina...
Este fin de semana la Segunda Marquetalia, una de las grandes disidencias de las extintas FARC, inici¨® un cese al fuego unilateral frente al Estado y liber¨® a cuatro personas secuestradas en Nari?o como gesto humanitario. Detr¨¢s de esos hechos ha tenido acercamientos con el Estado, aunque lentos y sin encuentros p¨²blicos como los que tuvo el Gobierno con la otra gran disidencia, liderada por alias ¡®Iv¨¢n Mordisco¡¯ y que se autodenomina ¡°Estado Mayor Central de las FARC¡±. Una fuente de una organizaci¨®n civil en contacto con la Segunda Marquetalia le confirm¨® a EL PA?S que hay inter¨¦s en hacer nuevos gestos humanitarios.
Esa disidencia le ha dado la bienvenida a la pol¨ªtica de la paz total, la bandera del Gobierno que consiste en negociar con todos los grupos armados de forma paralela para poner punto final a la violencia. El 22 de septiembre proclamaba un cese al fuego con el Estado y dec¨ªa: ¡°est¨¢n dadas las condiciones para jug¨¢rnosla toda por la paz completa con justicia social¡±. El anuncio tuvo poco eco porque los reflectores estaban en los di¨¢logos con el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) y porque otra docena de grupos manifest¨® tambi¨¦n hacer un cese al fuego. Pero la Segunda Marquetalia insiste en avanzar: ¡°Estamos listos para avanzar hac¨ªa una fase exploratoria que permita definir de manera conjunta una agenda de conversaciones con el gobierno nacional¡±, escribi¨® el 15 de diciembre.
A¨²n as¨ª, el camino es cuesta arriba. La disidencia ha sufrido fuertes golpes militares, que si bien podr¨ªan ser un aliciente para negociar, la han dejado sin mandos con la legitimidad pol¨ªtica para hacerlo. Eso por las muertes, en 2021, de Henry Castellanos, alias ¡®Roma?a¡¯, y Hern¨¢n Vel¨¢squez, alias ¡®El Paisa¡¯, ambos miembros de su Direcci¨®n Pol¨ªtica; y especialmente porque su comandante Iv¨¢n M¨¢rquez sufri¨® en junio un ataque con explosivos que lo mantuvo varios d¨ªas en coma. De acuerdo con informaci¨®n de Inteligencia Militar publicada en varios medios de comunicaci¨®n, el jefe de la Segunda Marquetalia a¨²n se recupera de las graves lesiones.
Varias fuentes coinciden en que su ausencia f¨ªsica es una de las causas del lento acercamiento con el Gobierno, porque los otros tres miembros de la Direcci¨®n Pol¨ªtica (alias ¡®John 40¡ä, alias ¡®Walter Mendoza¡¯ y alias el ¡®Zarco Aldiniever¡¯) tienen experiencia y una mirada m¨¢s militar.
La tit¨¢nica tarea de renegociar
Los cuatro miembros de la Direcci¨®n Pol¨ªtica participaron directa o indirectamente en los di¨¢logos en La Habana entre 2012 y 2016. Eso puede jugar en contra. En varios comunicados p¨²blicos se han negado a volver a comparecer ante la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP), creada en el Acuerdo con las FARC. Eso crea uno de los puntos m¨¢s controvertidos de toda la pol¨ªtica de paz total, porque algunos dudan de su compromiso con la paz. Adem¨¢s, M¨¢rquez fue expulsado formalmente de este tribunal en noviembre y su presidente, Roberto Vidal, asegur¨® que solo podr¨ªa reingresar si se cambia v¨ªa Congreso la ley que regula la JEP.
El Gobierno impuls¨® una pr¨®rroga de la Ley de Orden P¨²blico que llam¨® de paz total. Pero ella cre¨® un camino para que regresen a la JEP, y tampoco define si se crear¨ªan tribunales paralelos para otros acuerdos. El Ministro de Interior, Alfonso Prada, dice que ¡°ser¨¢ el Comisionado de Paz el que defina las condiciones en que se negociar¨¢ con cada uno de los actores¡±. El asunto sigue en un limbo jur¨ªdico.
La ley permite al Gobierno negociar con las organizaciones con car¨¢cter pol¨ªtico, y hacer acuerdos para que los dem¨¢s grupos se sometan a la ley. Para saber cu¨¢l va a d¨®nde, el Ejecutivo cre¨® una comisi¨®n conformada por el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda; el Ministro de Defensa, Iv¨¢n Velasquez, y el Director de Inteligencia de la Polic¨ªa Nacional. Para el ex negociador jefe del Gobierno en La Habana, el senador Humberto de la Calle, esta disidencia debe someterse a la justicia, pero la Segunda Marquetalia se opone.
Adem¨¢s, la nueva realidad de la guerra plantea hace m¨¢s retadora la clasificaci¨®n de los grupos, seg¨²n explica el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz) en el informe ¡®Desaf¨ªo a la Paz Total¡¯. La oeneg¨¦ indica que despu¨¦s de la dejaci¨®n de las armas por parte de la otrora guerrillera de las FARC se han fortalecido bandas y combos locales que prestan sus servicios a los grupos armados ilegales m¨¢s grandes. Esa l¨®gica, hasta 2016 m¨¢s relacionada a los grupos paramilitares, la aplican ahora las disidencias.
La Segunda Marquetalia la ha usado como parte de su respuesta a los golpes militares que cortaron sus planes de expansi¨®n territorial en el sur del pa¨ªs y que, para el codirector de InSight Crime Jeremy McDermott, diezmaron su fuerza militar en construcci¨®n, ¡°veo a la Segunda Marquetalia como una fuerza menos relevante en Colombia. La mayor parte de su presencia est¨¢ en Venezuela y no hay ninguna posibilidad de que lideren una reunificaci¨®n de las diferentes facciones disidentes de las FARC¡±, explica.
Justamente, la investigadora de Indepaz Juana Cabezas identific¨® que esta disidencia hace presencia en menos zonas que en 2021 y que ha hecho alianzas para enfrentar al Comando Coordinadora del Occidente (CCO), parte de las disidencias que comanda ¡®Iv¨¢n Mordisco¡¯. En Nari?o lo hicieron con las bandas locales para crear la Coordinadora Guerrillera del Pac¨ªfico y en el Cauca se articularon con el ELN.
Esa realidad de tercerizar parte de su lucha armada hace m¨¢s complicada la definici¨®n del marco que se les aplicar¨ªa, algo que puede reforzar otro gran obst¨¢culo a los acercamientos: la desconfianza de ambas partes. En reiteradas ocasiones los comandantes de la Segunda Marquetalia han acusado al Gobierno de Iv¨¢n Duque, de haber saboteado su compromiso con la paz. El caso m¨¢s conocido fue el de Jes¨²s Santrich, quien denunci¨® una supuesta trampa por parte de la DEA y la Fiscal¨ªa para relacionarlo con delitos de narcotr¨¢fico y as¨ª afectar a los firmantes del Acuerdo y a su implementaci¨®n, acusaci¨®n que niegan los se?alados.
A esa fuerte desconfianza se le suma la incertidumbre por un eventual cambio en la presidencia en las elecciones de 2026. Aunque faltan cuatro a?os, en la Segunda Marquetalia recuerdan que con la administraci¨®n de Iv¨¢n Duque la implementaci¨®n qued¨® a la deriva. Por eso est¨¢n examinando c¨®mo blindar cualquier tipo de conversaciones. En palabras de la investigadora, ¡°buscan evitar que se d¨¦ una persecuci¨®n pol¨ªtica y jur¨ªdica luego de que firmen un Acuerdo de Paz. Al igual que evitar que haya presi¨®n de otros grupos armados que termine en su asesinato, como ya pas¨®¡±.
El temor tiene sustento. El Consejo Nacional de Reincorporaci¨®n registra el asesinato de alrededor de 350 exguerrilleros dentro del proceso de reincorporaci¨®n de las antiguas FARC, y m¨¢s de 50 hechos victimizantes contra sus familiares. De hecho, muchos de los integrantes de la Segunda Marquetalia han afirmado que su regreso a las armas se debi¨® a esa falta de garant¨ªas de seguridad.
Otro factor crucial a tener en cuenta es Venezuela donde el Gobierno, las Fuerzas Militares y expertos han advertido su presencia. En octubre Insight Crime, en el documento ¡°La guerrilla colombo-venezolana: la migraci¨®n de la guerra de Colombia hacia Venezuela¡±, lo explic¨® as¨ª: ¡°Los integrantes de la Segunda Marquetalia buscaron reivindicarse como los verdaderos herederos de las FARC, reclutando disidencias en toda Colombia, operando desde la seguridad que les ofrec¨ªa Venezuela¡±.
Ahora, a cinco d¨ªas de un a?o nuevo, el riesgo es que en vez de avanzar hacia la paz, aumente la violencia. En conversaci¨®n con el medio RAYA, un comandante de este grupo en el Pac¨ªfico advirti¨®, ¡°si este proceso no se da viene una degradaci¨®n terrible de la violencia¡±.
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