Armero: la herida que se vuelve a abrir ante la posibilidad de una erupci¨®n del Nevado del Ruiz
El aumento de la actividad s¨ªsmica del volc¨¢n despierta la inquietud de los colombianos, que no quieren que se repita una tragedia como la del 13 de noviembre de 1985, un d¨ªa imposible de olvidar
Hacia mediados de la d¨¦cada de los ochenta una nube oscura parec¨ªa haberse posado sobre Colombia: el Jueves Santo de 1983 un terremoto dej¨® unos 300 muertos en Popay¨¢n, una de las ciudades m¨¢s devotas del pa¨ªs. En 1984 el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, fue asesinado por sicarios bajo las ¨®rdenes de Pablo Escobar. El 6 de noviembre de 1985, un comando de guerrilleros del M-19 asalt¨® el Palacio de Justicia de Bogot¨¢. Las 28 horas de la toma y posterior retoma por parte de las Fuerzas Armadas dejaron 101 personas muertas y 11 desparecidas. Y, cuando parec¨ªa que las cosas no pod¨ªan ir...
Hacia mediados de la d¨¦cada de los ochenta una nube oscura parec¨ªa haberse posado sobre Colombia: el Jueves Santo de 1983 un terremoto dej¨® unos 300 muertos en Popay¨¢n, una de las ciudades m¨¢s devotas del pa¨ªs. En 1984 el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, fue asesinado por sicarios bajo las ¨®rdenes de Pablo Escobar. El 6 de noviembre de 1985, un comando de guerrilleros del M-19 asalt¨® el Palacio de Justicia de Bogot¨¢. Las 28 horas de la toma y posterior retoma por parte de las Fuerzas Armadas dejaron 101 personas muertas y 11 desparecidas. Y, cuando parec¨ªa que las cosas no pod¨ªan ir a peor, justo una semana despu¨¦s el volc¨¢n Nevado del Ruiz despert¨® con furia. Su erupci¨®n borr¨® un pueblo del mapa: Armero. Con un saldo de cerca de 25.000 muertos, adem¨¢s de miles de desplazados y familias rotas, es la mayor tragedia natural de la que se tenga registro en Colombia.
El presidente de la ¨¦poca, Belisario Betancur, en la alocuci¨®n que dio d¨ªas despu¨¦s, se preguntaba ¡°a qu¨¦ se deben las pruebas a las que estamos siendo sometidos¡±. La ¨²nica respuesta que encontraba era que la naturaleza pod¨ªa golpear con toda su brutalidad ¡°en vista de las permanente violaciones que cometemos del sistema que ella ha impuesto¡±, e invitaba a ser humildes.
El Ruiz era particularmente peligroso por su doble condici¨®n de volc¨¢n y nevado. Adem¨¢s de la lava, su riesgo es que el calor que produce una erupci¨®n derrite r¨¢pidamente la nieve, lo que puede provocar el desborde de los r¨ªos o fuertes avalanchas en las que todo se mezcla: lava, tierra, agua, rocas y ceniza. Justamente eso pas¨® el 13 de noviembre de 1985, cuando a las 15:15 el magma se puso en contacto con el hielo. Una explosi¨®n fre¨¢tica caus¨® un estallido de vapor, agua, ceniza y piedras. A las 16:00 empez¨® a caer ceniza sobre Armero, ubicado 90 kil¨®metros monta?a abajo. Hacia las 18:00 lloviznaba y se extendi¨® un olor a azufre. Por el parlante de la iglesia le avisaron a la poblaci¨®n que no se afanara, que era normal, pero les pidieron usar gafas, capuchas y pa?uelos mojados para protegerse.
En aquellos tiempos la informaci¨®n era menos inmediata, v¨ªa tel¨¦fono, radio o televisi¨®n; los computadores eran un lujo y acababa de nacer internet. Fue un radioaficionado quien inform¨® al Ej¨¦rcito que a las 17:30 las cenizas ca¨ªan con mayor intensidad. A las 20:00 horas, la Cruz Roja comunic¨® a las cadenas radiales Caracol y RCN que emitieran una recomendaci¨®n para evacuar Armero y tres municipios cercanos m¨¢s, L¨ªbano, Mariquita y Honda. El gobernador del Tolima, el departamento que incluye a todas estas poblaciones, dijo despu¨¦s que el mismo 13 de noviembre se dio la orden de evacuar a Armero, pero que la gente no quiso salir.
La advertencia lleg¨® muy tarde. La sirena del pueblo se encontraba fuera de servicio, de modo que los bomberos debieron usar el veh¨ªculo de la instituci¨®n para informar del riesgo y pedir a los habitantes que fueran al parque principal para luego seguramente ir al lugar m¨¢s alto de la poblaci¨®n ¡ªArmero era una planicie agr¨ªcola¡ª y as¨ª evitar una posible avalancha.
A las 21:15 una nueva explosi¨®n produjo el derretimiento de la capa de nieve y hielo del volc¨¢n. ¡°Un cuarto de hora despu¨¦s se iniciaron grandes flujos de lodo que descendieron por los r¨ªos Gual¨ª, Azufrado, Lagunilla, Molinos y Nereidas. El flujo de mayor volumen descendi¨® por el r¨ªo Azufrado y se uni¨® al flujo del r¨ªo Lagunilla; aguas abajo, justo en la boca del ca?¨®n del r¨ªo se encontraba Armero, que fue arrasada por el lodo en su tr¨¢nsito hacia el Valle del Magdalena¡±. As¨ª lo relata el libro El volc¨¢n y la avalancha, que public¨® la Secretar¨ªa de Informaci¨®n y Prensa de la Presidencia de la Rep¨²blica en 1986 con el fin de dejar un registro de lo ocurrido. Seg¨²n qued¨® all¨ª documentado, ¡°hubo dos gigantescas ondas que se desplazaron por los r¨ªos: primero una de agua y, seis minutos despu¨¦s, una de lodo, rocas y residuos¡±. La avalancha se desliz¨® a 300 kil¨®metros por hora.
Pasadas las 23:00 comenz¨® a sentirse un ruido ensordecedor. La gente sali¨® a las calles presa del p¨¢nico, pero solo los que corrieron a tiempo lograron salvarse, adem¨¢s de algunas familias que hab¨ªan salido en la tarde. Muchos otros sobrevivieron subiendo a las copas de los ¨¢rboles m¨¢s altos o concentr¨¢ndose en el cementerio, a donde la avalancha no alcanz¨® a llegar. Muchos edificios fueron arrancados de sus cimientos. Hacia las 23:30, m¨¢s de 350 millones de metros c¨²bicos de material mezclado hab¨ªan ca¨ªdo sobre Armero.
El libro recoge el relato de Hip¨®lito Morales, un hombre que apareci¨® a 14 kil¨®metros de donde estaba al iniciar la tragedia. ¡°Mi esposa me llam¨®, que se escuchaba una griter¨ªa de mujeres y ni?os, me levant¨¦ y me vest¨ª pero ya no hab¨ªa luz, sal¨ª con mi esposa hacia la calle; en la carretera corr¨ªa agua de dos metros de altura, perd¨ª la noci¨®n del tiempo y sent¨ª fr¨ªo y bastante p¨¢nico; la gente del barrio corr¨ªa desesperadamente por todos los lados pidiendo auxilio, se escuchaban los pitos de carros, se estrellaban entre s¨ª, contra los ¨¢rboles y las casas, arrollaban la gente, parec¨ªa el fin del mundo¡±.
Se fue la luz. El pueblo qued¨® completamente aislado, con los r¨ªos a su alrededor desbordados y el barro y las piedras cubriendo las carreteras. La ceniza que ca¨ªa en un radio de unos 400 kil¨®metros afectaba la navegaci¨®n a¨¦rea. Los pilotos de los aviones que casualmente pasaban por la zona durante la erupci¨®n fueron testigos del fuego y del calor extremo, y alcanzaron a desviar su ruta. Una vez pas¨® la explosi¨®n, solo se pod¨ªa acceder mediante helic¨®ptero. As¨ª llegaron los primeros periodistas al d¨ªa siguiente. El panorama que describieron las agencias de noticias era apocal¨ªptico.
El reportero de Reuters decidi¨® narrar el horror en primera persona: ¡°Armero, Colombia, noviembre 15. Por lo menos 15.000 hab¨ªan muerto, otros centenares agonizaban y, mientras intentaba dormir entre los fantasmales sobrevivientes de la erupci¨®n del Volc¨¢n colombiano, yo mismo me sent¨ªa un muerto. Api?ados en la cima de una colina sin vegetaci¨®n conocida simplemente como La Loma, cada vez que levantaba la mirada ve¨ªa esas figuras revestidas con un halo de muerte: viejos, mujeres, ni?os, cubiertos de barro gris y seco, con sus cabellos r¨ªgidos, solo los globos de los ojos, visibles en la oscuridad, indicaban que a¨²n estaban vivos¡¡±.
¡°Como reportero ¡ªcontinuaba¡ª yo hab¨ªa cubierto guerras, revoluciones y, m¨¢s recientemente, el terremoto de septiembre en M¨¦xico, pero ¨¦ste era el desastre m¨¢s conmovedor de que yo tuviera memoria. Tanta gente muerta, tantos agonizantes, tantos otros que parec¨ªan destinados a no vivir mucho m¨¢s. La mayor¨ªa de sobrevivientes, muchos de ellos casi desnudos, cubiertos de barro, temblando y en estado de conmoci¨®n, no estaban en condiciones de ayudarse unos a otros. Cada uno trataba simplemente de mantenerse vivo en la loma, por momentos llorando, por momentos clamando por agua, pero no hab¨ªa¡Una sed desesperante (...) Hab¨ªan pasado 20 horas del inicio de la cat¨¢strofe y no hab¨ªa m¨¦dicos, ni enfermeras, ni funcionarios, ni nadie que se hiciera cargo¡±.
Associated Press (AP) public¨® que ¡°algunas (personas) estuvieron enterradas hasta seis horas y cuando las sacamos del lodo no pudimos distinguir si eran hombres o mujeres. Apenas eran una masa gris (¡) El lodo llegaba a cinco metros de altura y alcanz¨® a cubrir la iglesia, que es el edificio de mayor altura¡±. La lluvia de cenizas, a?ad¨ªa la noticia, ¡°caus¨® graves destrozos a cultivos y envenen¨® aguas de los r¨ªos m¨¢s cercanos, donde flotaban peces muertos¡±, mientras ¡°los cad¨¢veres llegaron hasta las aguas de los r¨ªos Cauca y Magdalena¡±, remataba United Press.
La imagen m¨¢s conmovedora fue la de Omayra S¨¢nchez, una ni?a de 13 a?os que qued¨® atrapada entre dos muros de su casa, con su cuerpo cubierto por el lodo, excepto su cabeza. 72 horas tardaron los equipos de rescate en liberar su cuerpo, mientras las c¨¢maras de televisi¨®n transmit¨ªan el esfuerzo por salvarla. Finalmente, Omayra muri¨®.
Los avisos que dio el volc¨¢n
Las erupciones volc¨¢nicas son dif¨ªciles de predecir incluso con el conocimiento actual. Sin embargo, en noviembre de 1984 los pobladores de los alrededores del Nevado sintieron una serie de movimientos s¨ªsmicos que precedieron una peque?a explosi¨®n. Eran se?ales de un aumento en la actividad que continuaron durante todo 1985.
Antes de esta fecha, era muy poco lo que se sab¨ªa de este volc¨¢n. ¡°Aparentemente, el Volc¨¢n Del Ruiz tuvo actividad fumar¨®lica continua hasta 1595, a?o durante el cual ocurri¨® una violenta erupci¨®n, que fue observada por Cieza de Le¨®n, un cronista sevillano¡±, se?ala El volc¨¢n y la avalancha. Por documentos hist¨®ricos se sabe que hizo erupci¨®n en 1828 y 1829, y que estuvo humeando entre 1831 y 1833. Erupcion¨® en febrero de 1845, ocasionando la muerte de entre 400 y 1.000 personas. Desde entonces hab¨ªa estado inactivo.
En 1985 no hab¨ªa equipos ni expertos que dieran cuenta de su funcionamiento. A ra¨ªz de su reactivaci¨®n, en marzo de ese a?o personal cient¨ªfico estatal empez¨® a prepararse para su monitoreo. Con la cooperaci¨®n internacional estructur¨® el proyecto ¡°riesgos s¨ªsmicos y volc¨¢nicos del Parque Natural de los Nevados¡±. El 16 de julio se instalaron los primeros aparatos de medici¨®n directa y el 9 de septiembre comenz¨® un plan de alerta en la zona, con la distribuci¨®n de volantes con instrucciones para la poblaci¨®n. En octubre se entreg¨® el primer mapa de riegos volc¨¢nicos.
El 24 de septiembre la plenaria de la C¨¢mara de Representantes adelant¨® un debate sobre el Nevado. El representante por Caldas Hernando Arango Monedero cit¨® a los ministros de Gobierno, Minas y Energ¨ªa, Defensa y Obras, quienes explicaron las medidas que hab¨ªan puesto en marcha desde diciembre de 1984. Arango advirti¨®: ¡°La avalancha es inminente¡±.
El entonces representante a la C¨¢mara por Tolima Guillermo Alfonso Jaramillo, hoy ministro de Salud del Gobierno de Gustavo Petro, a?adi¨® que ¡°en caso de un s¨²bito o progresivo pero incontenible deshielo, una poblaci¨®n que ser¨ªa gravemente afectada ser¨ªa Armero. Y en dicha ciudad no se ha instruido a los habitantes para enfrentar la situaci¨®n¡±. Los ministros respondieron que todo estaba previsto, pues hab¨ªa un comit¨¦ de informaci¨®n que manten¨ªa al tanto a la poblaci¨®n, que a su vez estaba recibiendo instrucciones claras. ¡°Esas recomendaciones elementales ayudar¨¢n a evitar que una posible cat¨¢strofe sea de magnitudes incontrolables¡±, respondieron.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.