Crecen los casos de migrantes v¨ªctimas de violencia sexual en la selva del Dari¨¦n
En los primeros siete meses de 2023, los casos de personas atendidas por sufrir ese tipo de agresiones en la frontera entre Colombia y Panam¨¢ ha alcanzado cifras hist¨®ricas
Durante algunos meses Ana Mar¨ªa Cer¨®n, responsable de Asuntos Humanitarios de la ONG M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), estuvo en Metet¨ª, un corregimiento paname?o al que llegan cada d¨ªa miles de migrantes que se atreven a cruzar la selva del Dari¨¦n. En un d¨ªa, ella y su equipo tuvieron que atender a cinco supervivientes de violencia sexual. A una la recuerda de forma particular. Era de nacionalidad venezolana, viajaba sola y en condiciones precarias, sin dinero suficiente par...
Durante algunos meses Ana Mar¨ªa Cer¨®n, responsable de Asuntos Humanitarios de la ONG M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), estuvo en Metet¨ª, un corregimiento paname?o al que llegan cada d¨ªa miles de migrantes que se atreven a cruzar la selva del Dari¨¦n. En un d¨ªa, ella y su equipo tuvieron que atender a cinco supervivientes de violencia sexual. A una la recuerda de forma particular. Era de nacionalidad venezolana, viajaba sola y en condiciones precarias, sin dinero suficiente para continuar la ruta que, hasta la frontera con Estados Unidos, puede tener un costo de 5.000 a 10.000 d¨®lares. La mujer ni siquiera ten¨ªa una carpa d¨®nde pasar la noche y la atormentaba el riesgo que implicaba dormir a la intemperie y posiblemente, de nuevo, ser v¨ªctima de agresiones sexuales. Cer¨®n logr¨® encontrar un cupo para ella en una peque?a casa compartida con otros migrantes. Su historia es apenas una muestra de la tragedia que por a?os y a diario sufren de manera particular las migrantes a lo largo de un recorrido que puede tardar meses.
De acuerdo con datos de MSF, en lo que va corrido de 2023 los casos de violencia sexual contra las mujeres migrantes ha ido en aumento. En todo el 2022 la ONG atendi¨® a 172 v¨ªctimas, y en tan solo siete meses de este a?o ya registran 174, sin mencionar que el subregistro en este tipo de sucesos puede llegar a ser abismal. ¡°Muchas veces las sobrevivientes, por temor a ser juzgadas por la forma de violencia que vivieron, por los sentimientos de culpa que esto genera, no lo reportan¡±, se?ala Cer¨®n.
Pero adem¨¢s de los prejuicios, las supervivientes se niegan a denunciar por las amenazas que suelen recibir por parte de sus agresores, que pueden ser desde coyotes ¡ªquienes les cobran a los migrantes a cruzar las fronteras de forma ilegal¡ª, hasta ladrones comunes en la selva o miembros de las autoridades. Sin embargo, en otras ocasiones las penurias son tantas y tan apremiantes que denunciar las violencias sexuales que sufren no es prioridad. La trabajadora humanitaria agrega: ¡°Luego de que llegan, llevan d¨ªas sin comer, pueden estar enfermas porque no han tenido acceso a agua potable, sino a aguas contaminadas. Entonces tienen muchas otras necesidades¡±.
La preocupaci¨®n porque los abusos sexuales no sean denunciados, o al menos atendidos, agrava la dram¨¢tica situaci¨®n, pues las primeras 72 horas despu¨¦s de la agresi¨®n son cruciales para evitar el contagio de VIH e intentar mitigar el resto de afectaciones, explica MSF: ¡°Una atenci¨®n oportuna, de calidad e integral pueden ayudar a reducir el da?o de largo plazo que esta forma de violencia tiene en quienes le sobreviven. Me refiero en t¨¦rminos f¨ªsicos, pero tambi¨¦n a la salud mental¡±.
En febrero EL PA?S public¨® las denuncias incluidas en un informe enviado por la ONU al Gobierno de Panam¨¢ donde se?alaban presuntos abusos sexuales por parte de las autoridades de ese pa¨ªs a migrantes que cruzaron el Dari¨¦n. ¡°Seg¨²n estas denuncias, el personal del Servicio Nacional de Migraci¨®n (SNM) y del Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) habr¨ªa solicitado intercambios sexuales a las mujeres y ni?as alojadas en la estaci¨®n de recepci¨®n migratoria (ERM) de San Vicente que carecen de dinero para afrontar los costes del transporte¡±, alertaban.
Las cifras de las autoridades paname?as sugieren que en 2022 se alcanz¨® una cifra r¨¦cord de migrantes que cruzaron el tap¨®n del Dari¨¦n. Alrededor de 250.000 personas lo hicieron ese a?o, en comparaci¨®n con las cerca de 133.000 de 2021, de las cuales se calcula que un 28% eran mujeres y el 16%, menores de edad. Aparte, hay otro fen¨®meno que ha ido al alza y que igualmente inquieta a las organizaciones humanitarias: el tr¨¢nsito de menores no acompa?ados. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alert¨® que, seg¨²n sus registros, en enero y febrero un promedio de cinco ni?os por d¨ªa llegan solos a la frontera.
Michele Klein, directora regional de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones (OIM), en varias intervenciones p¨²blicas ha hecho llamados para que se pongan en marcha pol¨ªticas migratorias con enfoque de g¨¦nero. Un claro ejemplo de esa necesidad tiene que ver con las labores de cuidado no remuneradas que suelen recaer en las mujeres y que se convierten en otro factor que agudiza la violencia en su contra en el proceso de migraci¨®n. As¨ª lo han evidenciado integrantes de MSF: ¡°En el trabajo en terreno, hemos constatado que [las mujeres y las ni?as] cargan con un desgaste emocional diferencial por ser las principales responsables del cuidado de ni?os y ni?as¡±.
Desde MSF contin¨²an reclamando que se garanticen condiciones dignas y seguras para quienes deciden migrar. Una exigencia tanto para los pa¨ªses por los que transitan o los que buscan imponer pol¨ªticas migratorias que buscan hacer m¨¢s dif¨ªcil su traves¨ªa. ¡°Desde nuestra experiencia en distintos lugares del mundo, hemos aprendido que ninguna barrera, ning¨²n muro, detiene a la gente que migra, pero que las pol¨ªticas que intenten restringir su camino s¨ª aumentan su sufrimiento¡±, puntualizan.
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