C¨¦sar Gaviria y Gustavo Petro: historia de un desencuentro
El expresidente amenaza con retirar su apoyo al actual mandatario por su empe?o en sacar adelante la reforma a la salud
Es imposible entender la historia de Colombia sin la influencia del Partido Liberal. De un siglo para ac¨¢, una docena de sus dirigentes gobern¨® el pa¨ªs, sus seguidores participaron en guerras civiles y sufrieron persecuci¨®n, y varios de sus caudillos murieron asesinados por fuerzas del Estado y el narcotr¨¢fico. No obstante, la pluralidad de liderazgos que caracterizaba a la colectividad se ha visto opacada en los ¨²ltimos a?os por la figura de su actual jefe, ...
Es imposible entender la historia de Colombia sin la influencia del Partido Liberal. De un siglo para ac¨¢, una docena de sus dirigentes gobern¨® el pa¨ªs, sus seguidores participaron en guerras civiles y sufrieron persecuci¨®n, y varios de sus caudillos murieron asesinados por fuerzas del Estado y el narcotr¨¢fico. No obstante, la pluralidad de liderazgos que caracterizaba a la colectividad se ha visto opacada en los ¨²ltimos a?os por la figura de su actual jefe, el expresidente C¨¦sar Gaviria, quien dicta l¨ªneas y toma las decisiones importantes. La m¨¢s reciente fue la advertencia escrita que envi¨® al presidente Gustavo Petro, en la que asegura que ¡°no hace mayor sentido¡± que el partido contin¨²e en la coalici¨®n que apoya su mandato.
En una comunicaci¨®n de dos p¨¢ginas, Gaviria se dirige al primer mandatario para formularle una serie de reproches. Le cuestiona su falta de autocr¨ªtica sobre las elecciones regionales de octubre, en las que los candidatos afines al Gobierno tuvieron un pobre desempe?o, y que no lo haya tenido en cuenta durante el tr¨¢mite de la reforma al sistema de salud. ¡°El presidente Petro tiene su visi¨®n peculiar sobre los resultados electorales en las que se considera triunfador y nuestra colaboraci¨®n con el Gobierno se ve como una competencia poco beneficiosa para su acci¨®n pol¨ªtica. En mi caso personal ni se ha considerado ¨²til una charla con el se?or ministro de Salud¡±.
Los liberales tienen 46 congresistas ¡ª32 representantes a la C¨¢mara y 14 senadores¡ª y desde septiembre del a?o pasado pertenecen al grupo de movimientos y partidos que apoyan a Petro. Las leyes colombianas obligan a las colectividades a declararse en oposici¨®n, independencia o a favor cada vez que se posesiona una nueva Administraci¨®n. Gaviria y los suyos se decantaron por esta ¨²ltima opci¨®n, aunque el expresidente hoy confiesa su arrepentimiento.
¡°Con la conclusi¨®n del proceso electoral es evidente que, con miras a la celebraci¨®n de nuestra convenci¨®n, es fundamental hacer una evaluaci¨®n de lo que ha representado nuestra presencia en la coalici¨®n de Gobierno. Falta a¨²n una buena cantidad de semanas para que ella se re¨²na y un elemento fundamental ser¨¢ el informe que como director del partido rendir¨¦ a la convenci¨®n¡±, escribi¨® en la misiva a Petro.
La convenci¨®n a la que se refiere Gaviria a¨²n no tiene fecha, pero se llevar¨¢ a cabo en los primeros meses de 2024 y all¨ª la militancia en pleno decidir¨¢ qu¨¦ camino tomar. Hasta que llegue ese momento, existe un margen de tiempo para que el expresidente cambie de opini¨®n y su amenaza se diluya o posponga. No ser¨ªa la primera vez que sucede. Desde marzo es evidente que hay un distanciamiento entre el l¨ªder liberal y el presidente. La discordia casi siempre gira alrededor de la reforma a la salud, la m¨¢s grande obsesi¨®n del jefe de Estado en este momento.
Petro lleg¨® al poder ondeando banderas de cambio. Su propuesta inclu¨ªa un ambicioso paquete de reformas que hasta ahora no han contado con ¨¦xito en el Congreso. Salvo la modificaci¨®n del r¨¦gimen tributario, votada favorablemente en noviembre de 2022, los dem¨¢s proyectos est¨¢n estancados. La que m¨¢s genera discusi¨®n es la reforma al sistema de salud, que plantea una transici¨®n de un modelo mixto (p¨²blico-privado) a uno con m¨¢s predominio estatal.
Fue precisamente esta iniciativa una de las razones por las que se deterior¨® la relaci¨®n de Petro con varios ministros liberales de su primer Gabinete. Sin haber cumplido 10 meses en el cargo, el presidente pidi¨® la renuncia a Alejandro Gaviria, Cecilia L¨®pez y Jos¨¦ Antonio Ocampo, quienes encabezaban las carteras de Educaci¨®n, Agricultura y Hacienda, respectivamente. En el pasado, los tres participaron en Administraciones de corte liberal ¡ªGaviria en el periodo de Juan Manuel Santos, mientras que L¨®pez y Ocampo durante el cuatrienio de Ernesto Samper¡ª y su nombramiento fue una estrategia de Petro para mostrarse mesurado, luego del temor que despert¨® su triunfo en alguno sectores de la sociedad. Los exministros, ya por fuera del Ejecutivo, han manifestado p¨²blicamente sus reparos sobre el proyecto.
El empe?o del Gobierno por esta reforma tambi¨¦n tuvo repercusiones en la bancada liberal en el Congreso. A la par que viv¨ªa una discusi¨®n interna con sus ministros, el presidente se esforzaba por concertar la reforma con los diferentes partidos pol¨ªticos, incluyendo el Liberal. A finales de marzo, cuando se conoci¨® el borrador de la reforma, C¨¦sar Gaviria expres¨® su inconformidad y se?al¨® que Carolina Corcho, por entonces ministra de Salud, ¡°elimin¨® todas las l¨ªneas rojas¡± que traz¨® su partido para apoyar el proyecto.
Los debates se realizaron posteriormente en el Congreso. Anticipando una sublevaci¨®n, Gaviria emiti¨® un comunicado recordando que aplicar¨ªa ¡°las sanciones que contemplan los estatutos para quienes se aparten de las decisiones que se consideren de bancada¡±. En otras palabras, si alguno de los legisladores osaba apoyar la reforma, ser¨ªa castigado. No contaba con que su llamado al orden recibir¨ªa respuesta: 18 representantes a la C¨¢mara lo recriminaron p¨²blicamente en una carta. ¡°Recibimos con molestia e indignaci¨®n la declaraci¨®n que usted hizo el d¨ªa de ayer, no solo por el contenido, sino por las improcedentes y antidemocr¨¢ticas decisiones que se anuncian en la misma¡±.
Petro tambi¨¦n objet¨® la postura de Gaviria. Desde el balc¨®n de la Casa de Nari?o, en la celebraci¨®n del Primero de Mayo, achac¨® a su antecesor las dificultades que viv¨ªa el tr¨¢mite de la reforma a la salud en el Congreso. ¡°[Los congresistas] se echaron para atr¨¢s solo porque los due?os de los bancos y del capital presionaron a uno de sus mayores voceros, el expresidente Gaviria¡±.
Las acusaciones del primer mandatario parec¨ªan sentenciar su relaci¨®n con el jefe liberal. Sin embargo, en junio, el exvicepresidente Germ¨¢n Vargas Lleras, l¨ªder del centroderechista Cambio Radical, hizo un llamado para que diferentes fuerzas se unieran para conformar un bloque de oposici¨®n al Gobierno. Su invitaci¨®n iba dirigida, entre otros, al Partido Liberal, que decidi¨® dejarla pasar. Si bien Vargas y Gaviria sostuvieron conversaciones telef¨®nicas, nunca se reunieron en persona y la proposici¨®n jam¨¢s estuvo cerca de materializarse.
Gaviria, parad¨®jicamente, no ces¨® sus cr¨ªticas, pese a la continuidad del liberalismo en la coalici¨®n de Gobierno. En agosto, calific¨® al presidente de adelantar una ¡°ineficiente gesti¨®n y conducci¨®n¡± del sistema de salud y, en octubre, le envi¨® una carta de 14 p¨¢ginas sobre diversos temas, incluyendo su paquete de reformas, al que responsabiliz¨® de generar ¡°un clima de zozobra, al verse en riesgo la estabilidad de estos servicios y fuentes de bienestar¡±.
Con esta antesala es que se dio la m¨¢s reciente amenaza de Gaviria a Petro, la de declarar al liberalismo en independencia. Para Sergio Guzm¨¢n, director de la consultora Colombia Risk Analysis, el malestar del expresidente y sus seguidores gira alrededor de la intrascendencia a la que se han visto relegados en el tr¨¢mite de las reformas. ¡°El Partido Liberal quiere ser reconocido como un partido que tiene peso en las decisiones del Gobierno y no solo burocr¨¢ticamente. Los liberales se sienten c¨®modos en el Gobierno, pero no con su rol en la toma de decisiones porque sienten que han ignorado un poco sus aspiraciones y pretensiones. La postura del Ejecutivo es que, como tienen participaci¨®n, tienen que callar y votar favorablemente los proyectos. Al liberalismo no le resulta f¨¢cil aceptar eso¡±, comenta.
Algunos congresistas ya se pronunciaron. El representante Juan Carlos Lozada ¡ªuno de los rebeldes que firm¨® la carta en marzo rechazando las sanciones anunciadas por Gaviria¡ª asever¨® que el expresidente no tiene legitimidad porque ¡°ha perdido el liderazgo total al interior de la bancada parlamentaria¡± y le pidi¨® que convoque una convenci¨®n para definir una nueva direcci¨®n. Hasta que eso no suceda, los liberales permanecer¨¢n en la coalici¨®n de Gobierno. Gaviria puede radicalizarse en su oposici¨®n o moderarse y dejarse convencer de las bondades de la reforma. Dado su historial de malabarismo ideol¨®gico en las ¨²ltimas d¨¦cadas, cualquier cosa puede pasar.
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