El bloqueo a la Corte Suprema de Justicia
Las im¨¢genes de una Corte asediada por manifestantes no le conven¨ªa ni al Gobierno ni al pa¨ªs, pero compararlas con la toma del Palacio de Justicia de 1985 es, por decir lo menos, desproporcionado
El episodio del 8 de febrero con los manifestantes bloqueando los alrededores del Palacio de Justicia en una evidente situaci¨®n de tensi¨®n con brotes violentos muestra varios de los graves problemas que enfrenta hoy la democracia en Colombia: la falta de confianza en las instituciones, la desinformaci¨®n que hace mucho da?o y alimenta la violencia, el enfrentamiento de poderes p¨²blicos y unos ¨¢nimos exacerbados que calientan los l¨ªderes pol¨ªticos.
Las in...
El episodio del 8 de febrero con los manifestantes bloqueando los alrededores del Palacio de Justicia en una evidente situaci¨®n de tensi¨®n con brotes violentos muestra varios de los graves problemas que enfrenta hoy la democracia en Colombia: la falta de confianza en las instituciones, la desinformaci¨®n que hace mucho da?o y alimenta la violencia, el enfrentamiento de poderes p¨²blicos y unos ¨¢nimos exacerbados que calientan los l¨ªderes pol¨ªticos.
Las instituciones democr¨¢ticas deber¨ªan dar a los ciudadanos garant¨ªas de estabilidad. Hoy vivimos un momento dif¨ªcil por una sensaci¨®n de crisis generada por los excesos de varios l¨ªderes, entre ellos el presidente y el fiscal saliente. Ese desborde hace que los problemas reales se magnifiquen hasta crear versiones que impiden ver la realidad y lo que pas¨® en la Corte es un claro ejemplo de ello. Hay problemas serios, dificultades, pero no un pa¨ªs al borde de una ruptura institucional como lo se?alan, qui¨¦n lo creyera, tanto el Gobierno como los opositores.
Para el primero, hay riesgo de quiebre constitucional porque el presidente asegura que lo quieren sacar, violando la voluntad democr¨¢tica de los electores. Para los opositores, hay un presidente incapaz que no se somete a sus l¨ªmites constitucionales y por eso algunos hasta han llegado a hablar de la peor crisis de la historia. Estamos lejos de eso en un pa¨ªs que ha sorteado muchas tormentas y, a pesar de sus dirigentes, con seguridad sortear¨¢ esta tambi¨¦n. En especial si logramos entender lo que pasa con mayor moderaci¨®n.
En materia de desinformaci¨®n sobre lo ocurrido el 8 de febrero no quiero detenerme en los videos sacados de contexto o las muchas mentiras que circularon, aunque vale la pena tener todo eso en cuenta porque pesa mucho en la percepci¨®n que los ciudadanos tienen de lo que pas¨®. Tampoco ahondar¨¦ aqu¨ª en el trabajo de la prensa, que con frecuencia se mete en la misma calentura de las redes, sin entender que mientras m¨¢s delicado sea el momento, m¨¢s mesura se requiere, m¨¢s hechos y menos adjetivos. Es un debate de fondo que tenemos que dar. Para esta columna s¨ª quiero subrayar lo que dijeron el presidente de la Rep¨²blica y la Corte Suprema de Justicia.
La Corte denunci¨® el ¡°asedio¡± al Palacio de Justicia, ¡°situaci¨®n que, adem¨¢s de afectar gravemente el derecho a la libertad de locomoci¨®n, pone en grave riesgo la vida e integridad f¨ªsica de magistrados, empleados, periodistas y dem¨¢s ocupantes de la principal sede judicial del pa¨ªs¡±. La Corte Suprema pidi¨® al Gobierno garant¨ªas y dijo que ¡°la democracia queda en vilo cuando cualquier sector o actor de un pa¨ªs pretende presionar pol¨ªtica, f¨ªsica o moralmente decisiones de la justicia¡±[1]. Para el presidente Gustavo Petro, ¡°no hubo un secuestro, siempre [los magistrados] pudieron salir y entrar como quisieran, es m¨¢s no salieron porque ellos le dijeron al general de la Polic¨ªa que no quer¨ªan salir sino que iban a trabajar m¨¢s¡±[2].
A partir de ah¨ª cada quien le puede sumar la fracci¨®n de video, el titular o el trino que prefiera para componer su realidad personal. La versi¨®n que tengo hasta ahora, despu¨¦s de revisar muchas publicaciones, es que hubo un bloqueo a la Corte con episodios de violencia de algunos manifestantes. No es claro qui¨¦nes eran ni de d¨®nde salieron. Otros manifestantes intentaron calmar los ¨¢nimos. Hay por lo menos un caso documentado de empujones e intentos de golpear a un magistrado y versiones de varias personas sobre la imposibilidad de salir del edificio. No fue real la salida de magistrados en helic¨®ptero, el director de la Polic¨ªa ingres¨® sin muchas dificultades y varias personas coinciden en se?alar que hubo demoras en la intervenci¨®n de la autoridad. Tambi¨¦n es real que hubo banderas del M-19 entre los manifestantes. La mayor¨ªa de los que marchaban en el pa¨ªs hicieron la protesta en calma. El de la Corte fue un grupo no muy grande y s¨ª gener¨® un momento delicado que vale ver sin negar lo evidente ni aumentar lo que pas¨®.
Si hay algo que no le conven¨ªa ni al Gobierno ni al pa¨ªs era ver a la Corte asediada por manifestantes, algunos enarbolando banderas del M-19. El gran pecado de esa guerrilla, entre muchos otros, fue la toma del Palacio de Justicia en noviembre de 1985, acci¨®n que termin¨® con una de las tragedias m¨¢s grandes de nuestro conflicto y que qued¨® en la historia como ¡°El holocausto¡±. Para un presidente que milit¨® en ese grupo, esa toma es un fantasma permanente.
No obstante, equiparar lo que pas¨® el 8 de febrero con lo que ocurri¨® en 1985 es, por decir lo menos, desproporcionado. Algunos seguidores del presidente Petro consideran, incluso, que hacerlo es una estrategia pol¨ªtica para desacreditarlo. Sin embargo, fue ¨¦l quien se meti¨® en la trampa de una convocatoria a la calle, en un grave error pol¨ªtico que lo convierte en opositor a s¨ª mismo. No acaba de entender que ahora es Gobierno y sobre todo jefe de Estado y como tal le corresponde dar garant¨ªas a todas las entidades y no convocar protestas contra otras ramas del poder p¨²blico. Los ciudadanos, por su parte, s¨ª tienen derecho a protestar pac¨ªficamente ante cualquier poder, las cortes incluidas, y as¨ª se ha hecho en m¨²ltiples oportunidades sin que eso signifique un atentado a la democracia.
El presidente ha intentado bajarse de la convocatoria con posterioridad a los hechos, pero lo real es que, en t¨¦rminos pol¨ªticos, cuando public¨® su trino denunciando que el fiscal lo quer¨ªa sacar, hizo un claro llamado a la movilizaci¨®n ciudadana. Luego vino la citaci¨®n puntual de Fecode y otras entidades para el 8 de febrero, el mismo d¨ªa en el que la Corte intentar¨ªa de nuevo votar para elegir fiscal. Grave error.
Como trasfondo de la crisis, est¨¢n la participaci¨®n en pol¨ªtica del fiscal Barbosa y las dudas en torno a Martha Mancera que ya queda como fiscal encargada. No creo que la democracia haya estado en riesgo el 8 de febrero, pero s¨ª hubo un episodio violento que no es menor y que termin¨® por fortuna sin mayores consecuencias.
[1] Apartes comunicado de la Corte Suprema de Justicia febrero 8 de 2024
[2] Apartes del discurso del presidente Gustavo Petro en la Cumbre de gobernadores transmitido como alocuci¨®n el 11 de febrero
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S sobre Colombia y aqu¨ª al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del pa¨ªs.