El Congreso no pudo, ?la Constituyente s¨ª?
De nada servir¨¢ cambiar el texto y hacer una nueva carta de navegaci¨®n si nosotros somos incapaces de asumir ese contrato social como una reinvenci¨®n del pa¨ªs
Embarcarnos en una Asamblea Constituyente es una locura, pero parece ser la ¨²nica forma de navegar en contra de la corriente que durante 30 a?os ha llevado la pol¨ªtica nacional impidiendo que lo que falla se mejore, y que lo que no se necesita desaparezca.
Y es que aquellos que hoy se rasgan las ...
Embarcarnos en una Asamblea Constituyente es una locura, pero parece ser la ¨²nica forma de navegar en contra de la corriente que durante 30 a?os ha llevado la pol¨ªtica nacional impidiendo que lo que falla se mejore, y que lo que no se necesita desaparezca.
Y es que aquellos que hoy se rasgan las vestiduras lanzando un tajante ¡°no¡± a la idea de cambiarle la cara a la Carta Pol¨ªtica del pa¨ªs son los mismos que han tenido la posibilidad de hacer las cirug¨ªas necesarias para garantizar una mayor y mejor democracia, pero en vez de avanzar hacia ese norte se han convertido en talanqueras para que Colombia cambie. Les dar¨¦ algunos ejemplos.
Ya son d¨¦cadas desde que se identific¨® que las Contralor¨ªas Regionales no sirven sino para taparle las pilatunas a los mandatarios locales. All¨ª nunca o casi nunca pasa nada. Siempre miran para otro lado mientras se malgastan o reparten los recursos de todos nosotros. ?Qu¨¦ deber¨ªa pasar? Deber¨ªan desaparecer, pero el Congreso ha hecho de esa una misi¨®n imposible. Y si el Congreso no ayuda, toca por v¨ªa Constituyente.
En la misma l¨ªnea de la defensa de los recursos p¨²blicos, la Contralor¨ªa General deber¨ªa desaparecer para convertirse en una Corte de Cuentas para as¨ª evitar casos como el de Pipe C¨®rdoba que terminan volvi¨¦ndose casi tan importantes como el presidente de la Rep¨²blica, pero con una capacidad abrumadora para no descubrir nada de los entuertos con los que nos roban. El Congreso reform¨® la Contralor¨ªa para hacerla m¨¢s grande, para crear m¨¢s puestos, pero no para hacerla m¨¢s eficaz. Esa entidad deber¨ªa acabarse, pero los congresistas no lo har¨¢n. Toca por v¨ªa Constituyente.
Cada vez que hay una elecci¨®n de Fiscal o Procurador o incluso de reemplazo para los mismos magistrados de las altas cortes se cuestiona el hecho de que los tribunales que deber¨ªan dedicarse a la interpretaci¨®n y aplicaci¨®n de la ley terminen metidos en componendas pol¨ªticas, atravesadas por nombramientos aqu¨ª y all¨¢ y favores de unos y otros. Eso se debe acabar. Pero como el Congreso y las mismas Cortes no han sido capaces de hacer esa reforma a la justicia, entonces toca aplicar el mantra: toca por v¨ªa Constituyente.
?Que la Polic¨ªa debe estar en el Ministerio del Interior y no en el Ministerio de Defensa? Eso sale m¨¢s r¨¢pido por la Constituyente. ?Que hay que reducir el Congreso y reducirles vacaciones y salarios a los congresistas? Eso sale m¨¢s r¨¢pido por la constituyente. ?Que hay que fortalecer la descentralizaci¨®n y hacer que los gobiernos locales asuman una mayor responsabilidad sobre sus inversiones? Eso sale m¨¢s r¨¢pido por la Constituyente.
En fin, sin duda muchos cambios que necesita el pa¨ªs podr¨ªan conseguirse con una inusitada celeridad gracias a una Asamblea Constituyente. Sin embargo, de nada servir¨¢ cambiar el texto y hacer una nueva carta de navegaci¨®n si nosotros somos incapaces de asumir ese contrato social como una reinvenci¨®n del pa¨ªs. Porque mientras los oportunistas, corruptos, p¨ªcaros, que nos gobiernan, en la derecha o en la izquierda, no cambien, de nada servir¨¢ cambiar las reglas del juego. Ellos seguir¨¢n el camino del ego¨ªsmo.
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