Las batallas del aguardiente: el Amarillo de Caldas gana su pen¨²ltimo asalto ante el Tribunal de Bogot¨¢
El anisado del mismo color de la F¨¢brica de Licores de Antioqu¨ªa tendr¨¢ que ser retirado del mercado por competencia desleal
Un nuevo cap¨ªtulo se ha cerrado esta semana en la batalla comercial por el negocio de los anisados regionales en Colombia. El Tribunal de Bogot¨¢ dej¨® en firme la orden de retirar de inmediato del mercado el Aguardiente Real Amarillo producido por la F¨¢brica de Licores de Antioquia (FLA). Una nueva victoria para la Industria Licorera de Caldas y su cruzada en defensa del Aguardiente Amarillo de Manzanares, un destilado pionero en el pa¨ªs por su color y visto con cierto recelo por otras empresas departamentales opuestas frontalmente a cualquier competencia que suponga una amenaza para sus econom¨ªas.
De hecho, la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), la autoridad antimonopolio, ya decret¨® hace seis meses una medida cautelar contra la marca de anisados paisa para proteger los derechos de propiedad del Amarillo de Manzanares manizale?o. A pesar de que el regulador solicit¨® por entonces la suspensi¨®n de las ventas del licor antioque?o, el abogado de la compa?¨ªa de Caldas, Pablo Felipe Robledo, asegura que la FLA desoy¨® la orden. Desde entonces, no ha habido tregua en esta historia y el ¨²ltimo recurso de la compa?¨ªa ha sido opalizar el vidrio de sus botellas para ganar algo de tiempo. ¡°Se trata de una edici¨®n limitada del ¡®Aguardiente Real 24 grados¡¯ que se aleja y dista de la presentaci¨®n inicial¡±, se lee en un comunicado de la FLA publicado en la tarde del jueves.
El fallo de ayer, sin embargo, sirve para marcar un punto final a un litigio que arranc¨® a finales de octubre de 2023. ¡°Uno tiene que esforzarse para que su producto se distinga de los otros en el mercado. En este caso, lo que se ha evidenciado es que ha habido un esfuerzo importante de imitaci¨®n¡±, argumenta Robledo. Por eso los contraataques, y otros ejercicios de contorsionismo legal, desplegados por la compa?¨ªa antioque?a han resultado vanos. La FLA tendr¨¢ que sacar de su curr¨ªculo un producto ideado para ejercer contrapeso a una marca que no hace sino ganar terreno en Colombia. Mauricio V¨¦lez, gerente de la Industria Licorera de Caldas, explic¨® el pasado diciembre a la cadena Caracol Radio que hace tan solo cinco a?os se vend¨ªan anualmente unas 40 mil botellas del Amarillo de Manzanares.
¡°Vamos a cerrar 2023 con 7,200,000 botellas¡±, agreg¨® V¨¦lez. Y este curso el objetivo es llegar a los 10 millones. En la trasescena del l¨ªo se halla la arquitectura del mercado de licores en Colombia, que ha funcionado hist¨®ricamente como un mapa fragmentado y proteccionista donde cada regi¨®n levanta murallas aduaneras para frenar la incursi¨®n de cualquier producto for¨¢neo. Lo anterior ha desembocado en m¨¢s de un pulso regional para blindar una fuente de ingresos fiscales que, con cierta frecuencia, termina siendo drenada por negocios dudosos, campa?as pol¨ªticas y esc¨¢ndalos de corrupci¨®n.
Tambi¨¦n conviene precisar que en Colombia las Gobernaciones controlan el monopolio rent¨ªstico de las licoreras. Por eso, un porcentaje de sus ventas se debe canalizar por ley hacia sectores seminales como la salud o la educaci¨®n de los departamentos. ¡°Es un rezago del derecho indiano¡±, asegura el abogado experto en competencia Jorge Enrique S¨¢nchez. ¡°Colombia estuvo incluso en grave riesgo de no entrar a la Organizaci¨®n para el Desarrollo y la Cooperaci¨®n Econ¨®mica (OCDE) porque Estados Unidos y Canad¨¢ planteaban que ten¨ªa un r¨¦gimen antiguo y en desuso en esa materia¡±, a?ade.
La norma fue actualizada en 2016 para despejar el camino. Pero una peque?a salvaguarda encastrada en el texto dej¨® una grieta legal a¨²n utilizada por las Gobernaciones para bloquear la libre circulaci¨®n de los productos. Frente a esto ya hay una demanda ciudadana interpuesta ante la Corte Constitucional y de su decisi¨®n depende, de una vez por todas, despejar un escenario tachado por S¨¢nchez de ¡°anacr¨®nico¡±: ¡°Se acabar¨ªa con un convenio de introducci¨®n arbitrario que permite a cada Gobernaci¨®n establecer las condiciones para la entrada de licores en sus territorios departamentales¡±.
Ya en diciembre de 2023 la FLA se lanz¨® con un nuevo movimiento para taponar la distribuci¨®n en su departamento de otro producto bandera de la industria caldense: el Ron Viejo de Caldas. La denuncia ante la SIC se?alaba por entonces que, supuestamente, se estaba difundiendo informaci¨®n enga?osa a los consumidores sobre la edad de ese licor. ¡°En los rones que ellos tienen¡±, se quej¨® el gerente de la FLA durante una entrevista radial, ¡°las etiquetas ponen el n¨²mero 8,5. La gente piensa que son ocho a?os [de a?ejamiento] y si se lee bien dice ¡®8 atributos¡¯ o ¡®cinco secretos¡¯¡±. De lo anterior se deriva, en su concepto, una estrategia comercial que induce al error.
Toda esta agitaci¨®n empresarial, con elementos de rivalidad regional, tiene otro precedente. La Empresa de Licores de Cundinamarca revoc¨® en junio del a?o pasado el permiso de venta e ingreso, una vez m¨¢s, del Aguardiente Amarillo de Manzanares. El asunto tiene todas las caracter¨ªsticas de hostilidad que se vive en el sector y a¨²n no se ha dirimido ante los tribunales de arbitramento. La tesis de la licorera cundinamarquesa se apoyaba en el presunto incumplimiento de la contraparte caldense en la reducci¨®n de la graduaci¨®n del aguardiente amarillo, fijada en 24 grados de alcohol por las autoridades, pero, argumentaban, comercializada con un grado de 30.
Hoy la Empresa Licorera de Cundinamarca, al parecer, atraviesa estrecheces financieras. Con todo y que su anisado estrella, el N¨¦ctar, es uno de los m¨¢s apetecidos en el mercado local. Los malos manejos administrativos y el derroche de recursos a lo largo del tiempo han dejado un d¨¦ficit importante: ¡°La Gobernaci¨®n de Cundinamarca expidi¨® el a?o pasado un acto administrativo con todos los vicios del mundo para dejar paralizadas decenas de camiones con aguardiente amarillo que se iban a distribuir en el departamento¡±, afirma Jorge Enrique S¨¢nchez.
Un asunto delicado que, en palabras de S¨¢nchez, tiene ra¨ªz en un sistema de aduanas dom¨¦sticas y empresas departamentales refractarias desde hace m¨¢s de un siglo a la competencia: ¡°Esas fronteras departamentales, en realidad, lesionan las finanzas locales porque restringen la entrada de otros oferentes que generar¨ªan m¨¢s rentas, a trav¨¦s de impuestos, y, al mismo tiempo, limitan el derecho de los consumidores a escoger qu¨¦ aguardiente prefieren tomar¡±.
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