Amaneci¨® y la diplomacia segu¨ªa ah¨ª, herida, pero viva
Detr¨¢s de l¨ªderes calenturientos como Petro y Trump, tiene que haber ciudadanos responsables que hagan control de da?os despu¨¦s de los trinos y peleas
A pesar de todo, a pesar de Gustavo Petro, a pesar de Donald Trump, la diplomacia todav¨ªa respira y logr¨® resolver un l¨ªo may¨²sculo en la relaci¨®n entre Colombia y Estados Unidos. Una cadena de errores con un acierto final que permite dejar abierta una peque?a ventana de esperanza: no todo est¨¢ perdido mientras queden caminos para encontrar salidas negociadas. Sin embargo, las consecuencias de una crisis de horas las ...
A pesar de todo, a pesar de Gustavo Petro, a pesar de Donald Trump, la diplomacia todav¨ªa respira y logr¨® resolver un l¨ªo may¨²sculo en la relaci¨®n entre Colombia y Estados Unidos. Una cadena de errores con un acierto final que permite dejar abierta una peque?a ventana de esperanza: no todo est¨¢ perdido mientras queden caminos para encontrar salidas negociadas. Sin embargo, las consecuencias de una crisis de horas las vamos a sentir a lo largo de meses o a?os porque la mostrada de dientes evidencia c¨®mo peligran los pa¨ªses en tiempos de liderazgos extremos.
Es bueno tener en cuenta tambi¨¦n que los errores cometidos por el presidente Gustavo Petro no pueden ocultar el riesgo que representa para la democracia en el planeta tener en la Presidencia de Estados Unidos a un l¨ªder que se pasa por la faja las normas: un condenado Donald Trump que en su segundo mandato lleg¨® recargado y potenciado porque tiene mayor¨ªas en el Congreso, controla buena parte de la Corte Suprema en Estados Unidos y representa el esp¨ªritu de los tiempos que est¨¢ aplaudiendo el ¡°todo vale¡±. No es el ¨²nico personaje de esas caracter¨ªsticas y eso es lo peligroso: cada vez m¨¢s ciudadanos del mundo est¨¢n dispuestos a apoyar l¨ªderes que violan reglas y desprecian los derechos ciudadanos conquistados a lo largo de siglos de batallas.
Ahora bien: hay acciones que plantean un objetivo y al hacerlas consiguen el contrario. Es lo que acaba de pasar con la decisi¨®n del presidente Gustavo Petro de negar la entrada a los aviones que tra¨ªan colombianos deportados de Estados Unidos. Argument¨® el presidente la dignidad humana para negar ese ingreso y lo cierto es que al hacerlo no le estaba tirando la puerta en la cara a Trump sino a ciudadanos vulnerables que necesitaban ingresar con urgencia a su pa¨ªs. Si se trataba de darles trato digno, rechazar su ingreso no les dio mejores condiciones. Al contrario: les dio m¨¢s horas de maltrato, dolor e incertidumbre. Si algo necesitaban los deportados era un respiro en su pa¨ªs, una acogida pronta y eficaz.
Cab¨ªa la protesta y la solicitud de mejores condiciones para los colombianos porque el Gobierno de Trump est¨¢ violando los derechos humanos con las deportaciones masivas y corresponde a los gobiernos velar por sus ciudadanos en el mundo. Para protestar existen canales diplom¨¢ticos y formas que no implican aumentar el sufrimiento de las personas deportadas ni poner en riesgo las relaciones entre los pa¨ªses, con lo cual se ampl¨ªa el da?o. El presidente eligi¨®, como suele hacer, el camino de su red social favorita y trin¨® en la madrugada la decisi¨®n de no autorizar el ingreso de aviones con colombianos deportados. Trump, el bravuc¨®n del barrio, no se iba a quedar quieto y respondi¨® de manera desproporcionada. Para el presidente de Estados Unidos fue la oportunidad de demostrar a todos qui¨¦n tiene el poder y recordar que si quiere puede golpear la econom¨ªa de un pa¨ªs en segundos.
Las horas de incertidumbre generadas por el anuncio de sanciones contra Colombia, por la v¨ªa de frenar la expedici¨®n de visas, aplicar aranceles escandalosos y el cierre de puertas a los funcionarios del Gobierno Petro, resultaron una peque?a muestra de lo que el imperio puede hacer a un pa¨ªs peque?o de ¡°su patio trasero¡±. La respuesta de Trump fue una muestra de pol¨ªtica real, as¨ª como algunas de las reacciones en Colombia fueron una evidencia de la pobreza de liderazgos. No falt¨® quien pidiera hacer una comisi¨®n para viajar a Estados Unidos a decir que el presidente ¡°no nos representa¡±. Que el jefe de Estado cometa errores protuberantes no le quita su condici¨®n de presidente leg¨ªtimo y elegido democr¨¢ticamente. Guste o no, el presidente Gustavo Petro es quien representa al pa¨ªs y maneja las relaciones internacionales. En este episodio el presidente lo hizo muy mal y podr¨¢n hacerle reclamos pol¨ªticos desde el Congreso y por los canales institucionales, pero su mal manejo de las relaciones diplom¨¢ticas no le quita la legitimidad.
Por fortuna, insisto, el equipo diplom¨¢tico, en particular el canciller Luis Gilberto Murillo y el embajador Daniel Garc¨ªa-Pe?a, mantuvieron abierta la puerta del di¨¢logo por los canales diplom¨¢ticos con funcionarios de Estados Unidos. Detr¨¢s de l¨ªderes calenturientos como Petro y Trump, tiene que haber ciudadanos responsables que hagan control de da?os despu¨¦s de los trinos y peleas. Los pa¨ªses y las democracias tienen que ser superiores a sus jefes.
El mundo no es un lugar mejor cuando una pelea de l¨ªderes en redes pone en riesgo relaciones entre naciones construidas a lo largo de siglos. No son relaciones de pares, no son entre iguales y hay que entenderlo como lo que son: relaciones entre una potencia mundial y un pa¨ªs peque?o que ha girado alrededor de la ¨®rbita del gigante. Eso no significa pasar por alto el maltrato, las agresiones, las violaciones a los derechos humanos, pero las maneras importan y la pol¨ªtica internacional se juega como el ajedrez y no como la lucha libre. El presidente Petro deber¨ªa entender que a un presidente como Trump no se lo reta en la madrugada con un trino bravuc¨®n. Convendr¨ªa fijar posiciones colectivas con pa¨ªses aliados, mantener el di¨¢logo abierto, aplicarle mirada pr¨¢ctica al asunto, siempre con el objetivo puesto en lo que le conviene al pa¨ªs y a la regi¨®n.
A pesar de todo, alivia ver a la diplomacia en acci¨®n en medio de la agresi¨®n total y abierta que ahora usan los l¨ªderes autoritarios del mundo. A los que estamos convencidos de que la democracia es todav¨ªa el menos malo de los sistemas inventados, nos corresponde ayudar a que la v¨ªa diplom¨¢tica se mantenga en todos los conflictos. Lo dem¨¢s es la barbarie desatada y eso, lo ha mostrado la historia, es un camino hacia m¨²ltiples infiernos.