Petro deja a su Gobierno en pausa
El presidente de Colombia exige la renuncia protocolaria de todo su Gabinete ante el goteo de dimisiones, sobre todo desde la izquierda, por el nombramiento de Armando Benedetti
El Gobierno de Colombia ha quedado en pausa. Este domingo, horas antes de despegar a un viaje internacional a Emiratos ?rabes que lo tendr¨¢ fuera del pa¨ªs durante cuatro d¨ªas, el presidente Gustavo Petro pidi¨® v¨ªa X la renuncia protocolaria de ¡°ministros, ministras y directores de departamentos administrativos¡±. El primer Gobierno de izquierda elegido en Colombia enfrenta una crisis pol¨ªtica desde el martes pasado, una que no para incluso ahora que el presidente dej¨® su Gobierno en la interinidad: dos ministros dimitieron de forma definitiva, no protocolaria, despu¨¦s de la orden. Se trata de la ministra de Trabajo, Gloria Ram¨ªrez, una vieja aliada de Petro en una izquierda que muestra fisuras con el presidente, y el de Interior, Juan Fernando Cristo, uno de los miembros m¨¢s expertos del Gabinete y un puente esencial con las fuerzas pol¨ªticas ubicadas m¨¢s al centro del espectro. Con Petro fuera de Colombia, es dif¨ªcil calibrar hacia d¨®nde se dirigir¨¢ un Gobierno que, en la ¨²ltima semana, ha dado muchas se?ales de erosi¨®n a poco m¨¢s de un a?o de las elecciones presidenciales.
Las salidas se han ido dando a cuentagotas en la ¨²ltima semana. El martes, Petro anunci¨® el nombramiento de Armando Benedetti, un pol¨ªtico tradicional que lo acompa?a desde la exitosa campa?a de 2022, acusado de machismo y de corrupci¨®n, como su jefe de Despacho, el equivalente a jefe de Gabinete. Varios funcionarios provenientes de la izquierda se resintieron, no pod¨ªan creer que un operador pol¨ªtico tradicional se convirtiera en una suerte de jefe para ellos, puesto que, en la pr¨¢ctica, es a lo que se dedica en Colombia alguien en un cargo como ese. Los rumores de posibles renuncias se intensificaban cuando el presidente emprendi¨® una huida hacia adelante: orden¨® televisar la reuni¨®n semanal del Consejo de Ministros, una decisi¨®n in¨¦dita que llevaba a los ministros a la disyuntiva de aceptar la presencia y el poder de Benedetti o enfrentarse en p¨²blico a su jefe. En el orden del d¨ªa estaba la discusi¨®n de una serie de medidas ante la profunda crisis humanitaria y de violencia que se vive en la regi¨®n del Catatumbo. Nunca se lleg¨® a ese punto. Lo que a¨²n permea son las decenas de v¨ªdeos con los momentos m¨¢s tensos de la reuni¨®n, un cruce de reproches y acusaciones de los ministros hacia Petro y del presidente hacia ellos.
Acusaciones de incumplimiento
Petro inici¨® la sesi¨®n se?alando a sus ministros de no ser capaces de cumplir con las promesas del Gobierno. A partir de una lista de compromisos elaborada por el equipo de Benedetti, quien llevaba apenas horas en su cargo, los interpel¨® uno a uno. Algunos se limitaron a dar explicaciones, a plantear problemas de coordinaci¨®n, a congraciarse con Petro; otros, sin embargo, aprovecharon las c¨¢maras para hacer p¨²blica su inconformidad con el nombramiento. Las m¨¢s duras fueron la vicepresidenta, Francia M¨¢rquez, y la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, quien dijo que no renunciar¨ªa, pero que tampoco pod¨ªa estar sentada con Benedetti en esa mesa. Este domingo anunci¨®, por fin, que dejaba su cargo.
Al d¨ªa siguiente, sali¨® Jorge Rojas, quien dur¨® menos de una semana como director del Departamento Administrativo de la Presidencia, cargo con el que, hasta el nombramiento de Benedetti, se iba a hacer cargo de coordinar a los ministros. Rojas entendi¨® el nombramiento como un espaldarazo hacia ¨¦l. Pocas horas despu¨¦s renunci¨® el ministro de la Cultura, Juan David Correa, un editor reconocido y militante de izquierda, que explic¨® en una entrevista que lo hizo porque ¡°no pod¨ªa tener de jefe a un maltratador de mujeres¡±.
Petro reaccion¨® al d¨ªa siguiente, y acus¨® a Rojas de difundir informaci¨®n errada: ¡°Comenz¨® a decir que el jefe de despacho es el jefe de los ministros y levant¨® mucha indignidad y por poco acaba el gobierno¡±, se?al¨® en X. Tambi¨¦n defini¨® reemplazos temporales para Rojas y Correa. La crisis parec¨ªa amainar, pero la tempestad se desat¨® con m¨¢s fuerza al cabo de unos d¨ªas.
Estall¨®, sin duda, el domingo, cuando Muhamad anunci¨® en una entrevista que, tras pensarlo por varios d¨ªas, s¨ª renunciaba a su cargo. Era un golpe particularmente fuerte para Petro, porque es una de las personas en las que m¨¢s conf¨ªa y a las que m¨¢s aprecia en la pol¨ªtica. Lo demostr¨® no solo al mantenerla en su cargo desde el d¨ªa uno, sino en el Consejo de Ministros cuando, ante las c¨¢maras y despu¨¦s de la fuerte cr¨ªtica de la polit¨®loga al nombramiento de Benedetti, resalt¨® que era la ¨²nica ministra que hab¨ªa cumplido con todos sus compromisos. Fue fundamental en el mayor ¨¦xito internacional del Gobierno, la COP de Cali, y es la cara de las convicciones ambientales del presidente en uno de los pa¨ªses m¨¢s biodiversos del mundo.
Si para Petro otras salidas eran de tr¨¢mite, secundarias, la de Muhamad no. Su reacci¨®n p¨²blica fue pedir la renuncia colectiva, algo que ya le hab¨ªa pedido el encargado de Interior, Juan Fernando Cristo. ¡°Habr¨¢ algunos cambios en el Gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo¡±, afirm¨®, como si fuera la consecuencia directa de los escasos logros que se?al¨® en el Consejo de Ministros, y no una forma de abrir la puerta a que otras salidas fueran menos espectaculares, un expediente para reducir el impacto de una creciente molestia entre sus bases de izquierda por el poder de Benedetti, como revela la salida de Gloria Ram¨ªrez, la exitosa y conciliadora ministra comunista de Trabajo.
Petro tambi¨¦n se enfrenta a la dificultad de reemplazar la salida de pesos pesados que tienen aspiraciones en las elecciones presidenciales del pr¨®ximo a?o. El caso de Cristo es el m¨¢s reciente y notorio, pero ya hab¨ªa ocurrido con el canciller Luis Gilberto Murillo o el ministro de TIC, Mauricio Lizcano. Sus reemplazos, por ahora, han sido personas j¨®venes, con menos experiencia que aportar a un Gobierno en crisis y pausado.