Asfixiadas por proyectos inmobiliarios: as¨ª es como apenas sobreviven las costas de Chile
Por falta de una regulaci¨®n clara, la regi¨®n de Valpara¨ªso se ha visto invadida por construcciones de vivienda y tur¨ªsticas. El cambio clim¨¢tico podr¨ªa empeorar el panorama en una de las zonas con m¨¢s conflictos socioambientales del pa¨ªs
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Es un lunes soleado en Vi?a del Mar (Chile) y Gonzalo Pavez intenta recordar c¨®mo era la vista que ten¨ªa desde el mirador Los 14 Asientos hace unos a?os, cuando era peque?o y se acercaba a ver el mar. Hoy una hilera de edificios enormes se interpone entre el activista, originario del cerro Santa In¨¦s, y la costa pac¨ªfica que bordea la regi¨®n de Valpara¨ªso. Se trata de una realidad que se repite en casi todas las 38 comunas que componen esta regi¨®n, invadidas por proyectos inmobiliarios habitacionales y tur¨ªsticos que modificaron de manera radical el borde costero.
Pavez, integrante de la Coordinadora Medioambiental de Vi?a del Mar, en la que participan 24 entidades, entre organizaciones y civiles vinculados a la defensa del territorio, recuerda c¨®mo esta urbe ha ido transform¨¢ndose. ¡°Esta ciudad era conocida como la Ciudad Jard¨ªn, pero hoy est¨¢ debajo de moles de concreto y cemento¡±. Ese contraste se ve reflejado tambi¨¦n en un r¨¦cord desafortunado: la regi¨®n de Valpara¨ªso es la que re¨²ne la mayor cantidad de conflictos socioambientales en el pa¨ªs.
Con numerosas disputas activas, las inmobiliarias han aprovechado el vac¨ªo legal, una normativa que no se ajusta a la realidad y las pocas atribuciones que tienen algunas autoridades encargadas de fiscalizar, para extender sus construcciones.
¡°Es una situaci¨®n de lucha, de batalla, de movilizaciones permanentes¡±, cuenta tambi¨¦n Rodrigo Mundaca, gobernador de la regi¨®n de Valpara¨ªso y uno de los fundadores del Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y el Medio Ambiente (Modatima). Fue justamente su trabajo como l¨ªder defensor ambiental el que le otorg¨® la popularidad que m¨¢s tarde lo llev¨® a ser elegido como autoridad, en mayo de 2021, con m¨¢s de 40% de los votos a favor.
Hoy, desde la orilla de la institucionalidad, asegura que ¡°la presi¨®n que ejercen los holding inmobiliarios sobre el territorio da cuenta, efectivamente, de la necesidad de proteger el medio ambiente: de tener un programa o una pol¨ªtica de ordenamiento territorial espacial asociada a las capacidades de uso de los suelos que ponga en el centro, precisamente, la protecci¨®n del medio ambiente y la de nuestras comunidades y territorios¡±.
M¨¢s edificios y menos viviendas
¡°Est¨¢n interviniendo el medio ambiente para construir edificios que est¨¢n todo el a?o vac¨ªos. Son la segunda o tercera vivienda de gente que ni siquiera vive aqu¨ª¡±, cuenta Pavez caminando por el borde costero.
El ambientalista apunta con las manos hacia las estructuras a medio armar de lo que ser¨ªa un millonario proyecto del hotel Hyatt en Vi?a del Mar y que, por irregularidades en los permisos, tuvo que detener su construcci¨®n. Como este, varios elefantes blancos se erigen en el borde costero del gran Valpara¨ªso.
Carolina Rojas, investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus), concuerda en que esta zona es donde hist¨®ricamente se ha concentrado la segunda residencia de habitantes de Santiago. Lo que parti¨® como un fen¨®meno de vivienda de peque?a escala se ha ido intensificando a trav¨¦s de la construcci¨®n de edificios de mucha altura en relaci¨®n con la capacidad de carga que tiene la regi¨®n. ¡°Muchos de ellos tienen piscinas o lagunas artificiales que han ido da?ando humedales o dunas. Es una urbanizaci¨®n que tiene muy poco o nada de relaci¨®n con la naturaleza y con el paisaje. Intentan m¨¢s bien aprovechar al m¨¢ximo la vista y la playa. Eso se ve mucho en lo que pas¨® en Conc¨®n. Un tipo de urbanizaci¨®n que llega a ser grosero en el sentido de que lo ¨²nico que importa es el atributo paisaj¨ªstico¡±, dice.
Conc¨®n, una localidad al norte de Vi?a del Mar que hoy tiene un poco m¨¢s de 40 mil habitantes, sol¨ªa ser un peque?o balneario que cobraba notoriedad durante el verano, pero que manten¨ªa un ritmo de pueblo costero el resto del tiempo. Hoy el angosto camino que serpentea al borde del mar est¨¢ atiborrado de altas torres plantadas en medio de la arena de las dunas.
Fabiola Ruiz, presidenta de la organizaci¨®n ambiental Patrimonio Vivo Costa de Conc¨®n, trabaja por detener la presi¨®n inmobiliaria sobre las dunas y el borde costero. Hoy explica que durante la ¨²ltima actualizaci¨®n del plano regulador en la comuna hubo un proceso que no fue totalmente transparente y que no se comunic¨® a toda la comunidad. ¡°La construcci¨®n y los proyectos ya est¨¢n sobre la mesa aprobados, y la mayor¨ªa est¨¢n sin estudios de impacto ambiental¡±, se?ala.
Sobre esa transformaci¨®n sabe bastante ?lvaro Eraso, director de la agrupaci¨®n Protege Los Molles, que el mes pasado present¨® una querella criminal contra una inmobiliaria, una compa?¨ªa de agua y autoridades de la regi¨®n de Valpara¨ªso, entre ellos el propio Mundaca, en su calidad de autoridad, por la usurpaci¨®n y da?o de la playa y el humedal estuario de Los Molles. ¡°La situaci¨®n medioambiental, de planificaci¨®n territorial y de da?o que viene ocurriendo con las inmobiliarias en Los Molles ya se extiende hace muchos a?os y se han golpeado las puertas de casi todas las autoridades, pero no hay cambios¡±, explica Eraso.
El defensor de Los Molles cuenta que el nivel de intervenci¨®n es tal que hace un a?o estaba en curso un proyecto de condominios que inclu¨ªa unas 200 casas que se extend¨ªan sobre la arena hasta el mar. ¡°Por suerte pudimos bajar ese proyecto de manera administrativa, con la llegada del nuevo alcalde, pero a¨²n el terreno de la playa Los Molles se arroga como si fuese de la inmobiliaria¡±, dice Eraso, que lleva a?os batallando sin encontrar una soluci¨®n definitiva que proteja la playa de su ciudad.
Para Rojas, la vocaci¨®n tur¨ªstica de la regi¨®n - que trae ingresos y de la que dependen muchos municipios - es una de las razones por las que se dan m¨¢s permisos de forma indiscriminada. ¡°Ah¨ª, por supuesto, falla la normativa, porque para dar permisos de edificaci¨®n t¨² primero tienes que tener instrumentos de planificaci¨®n¡±, explica. Rojas, tambi¨¦n investigadora del Instituto Milenio en Socio-Ecolog¨ªa Costera Secos, se?ala que la manera en que la ley define el uso del suelo o las directrices que entrega el plan regulador deber¨ªan estar m¨¢s actualizadas.
¡°Quiz¨¢s hace 15 a?os no se ten¨ªa tanta conciencia del tema ambiental o de lo importante que era no intervenir como lo han hecho ellos, por ejemplo, en zonas como Conc¨®n, pero hoy ya hay mucha m¨¢s informaci¨®n. Se sabe que hay otras maneras de poder construir y qu¨¦ es lo que ha fallado¡±, dice Rojas.
Pero el boom inmobiliario se da en un contexto particular: pese a la cantidad de edificios y condominios en proceso de construcci¨®n, la regi¨®n de Valpara¨ªso es el territorio donde existe la mayor cantidad de gente sin techo, viviendo en campamentos improvisados por la ausencia de proyectos habitacionales.
Una mirada integral entre la tierra y el mar
Aunque Chile tiene m¨¢s de seis mil kil¨®metros de costa y una relaci¨®n con el mar que atraviesa su geograf¨ªa, su proyecci¨®n se ha basado principalmente en tierra firme. De hecho, en la d¨¦cada de los 70, en la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Cat¨®lica de Valpara¨ªso, un grupo de acad¨¦micos instal¨® la noci¨®n de maritorio para explicar, precisamente, la contradicci¨®n entre c¨®mo funcionan los archipi¨¦lagos de la Patagonia y el modelo de vida de los habitantes locales con bajo impacto en ecosistemas abiertos.
¡°Se propone maritorio como un concepto para poder visibilizar el mar en un pa¨ªs que es s¨²per continental. La Constituci¨®n del 80, por ejemplo, solo habla de territorio y dos veces menciona la palabra mar. La nueva propuesta de Constituci¨®n, que se cay¨®, con suerte tambi¨¦n mencionaba mar o maritorio un par de veces. O sea, no ha cambiado esa l¨®gica continental y terrestre de pensar¡±, explica Ricardo ?lvarez, antrop¨®logo e investigador del N¨²cleo Milenio Oc¨¦ano, Patrimonio y Cultura (OHC).
En un pa¨ªs s¨ªsmico como Chile y en contexto de cambio clim¨¢tico, no considerar el mar a la hora de planificar una ciudad puede ser una decisi¨®n tan irresponsable como ingenua: las marejadas han crecido en los ¨²ltimos a?os y, en algunas zonas, la arena se ha reducido, disminuyendo el espacio de la playa.
¡°Con respecto a las din¨¢micas costeras est¨¢ esta imagen de la l¨ªnea de costa como algo est¨¢tico y la historia demuestra a lo largo de todo Chile que la costa es s¨²per din¨¢mica. Sube y baja el mar, o sube y baja la tierra. Las dunas cambian siempre. Es algo que se est¨¢ moviendo en el tiempo, no puedes construir encima, tampoco en un humedal, que se mueve, cambia, se transforma¡±, dice ?lvarez.
¡°La pregunta que es dif¨ªcil de resolver es c¨®mo introducimos cambios en la normativa cuando estamos en un escenario de incertidumbre respecto de los ecosistemas y tambi¨¦n de fen¨®menos clim¨¢ticos que ahora se dan de forma mucho m¨¢s acelerada¡±, se pregunta Rojas.
Mientras, Gonzalo Pavez cree que la esperanza es un lugar dif¨ªcil en estos tiempos. ¡°No me lo hab¨ªa preguntado¡±, dice el defensor ambiental ante la pregunta sobre c¨®mo imagina el futuro de su ciudad. ¡°La lucha ambiental ac¨¢ es de resistencia¡±.