El tiempo se agota para corregir el rumbo de la acci¨®n clim¨¢tica
En menos de dos meses, los Gobiernos se reunir¨¢n de nuevo en una cumbre para hablar de cambio clim¨¢tico. No puede ser una cita m¨¢s, pero a¨²n queda una peque?a ventana de oportunidad para asegurar un futuro viable
EL PA?S ofrece en abierto la secci¨®n Am¨¦rica Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscr¨ªbete aqu¨ª.
Este a?o concluye el proceso de la primera evaluaci¨®n global de la acci¨®n clim¨¢tica (tambi¨¦n conocido como el Balance Mundial (BM) del Acuerdo de Par¨ªs) durante la 28¡ã Conferencia de las Partes (COP 28) de la Convenci¨®n Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Clim¨¢tico. Esta vez, el encuentro ocurre en medio de una atm¨®sfera de desigualdades, desconfianza y m¨²ltiples tensiones. Mientras el verano de 2023, en el hemisferio norte, fue registrado como el m¨¢s caluroso con incendios sin precedentes en Canad¨¢, Grecia y Hawaii, lo que impact¨® a miles de personas y afect¨® a ecosistemas clave; en el hemisferio sur, en Argentina y Chile, la temperatura descendi¨® de una forma nunca antes vista. Por otro lado, las nuevas divisiones pol¨ªticas, econ¨®micas y sociales por el conflicto en Medio Oriente se suman a los impactos de la guerra entre Rusia y Ucrania, y anticipan un panorama gris para diciembre.
Que la presidencia de la COP este a?o la ejerza Emiratos ?rabes Unidos (EAU), uno de los principales pa¨ªses productores y exportadores de petr¨®leo, bajo el liderazgo de su ministro de Industria, quien tambi¨¦n dirige una de las compa?¨ªas petroleras m¨¢s grandes del mundo, tampoco pareciera brindar un ambiente propicio para atender el cambio clim¨¢tico como se debe.
En la COP 28 se van a encontrar poderosos intereses de Gobiernos y de empresas p¨²blicas y privadas que en muchos casos abogan por seguir manteniendo un sistema social, econ¨®mico y financiero basado en la producci¨®n, el comercio y el consumo de combustibles f¨®siles. La mesa, pareciera, todav¨ªa no estar servida para lograr un resultado a la altura de la urgencia, la escala y la calidad necesarias para lograr las transformaciones sist¨¦micas y sectoriales que el planeta demanda.
Sin embargo, en medio de toda esta marea de adversidad aparecen algunas luces de esperanza. Una la ofrece la ciencia al afirmar que a¨²n queda una peque?a ventana de oportunidad para asegurar un futuro viable, y que las decisiones que tomemos en esta d¨¦cada tendr¨¢n impactos ahora y por miles de a?os.
La otra, esperamos recibirla con contundencia por parte del Balance Mundial, que debe proporcionar respuestas y soluciones de corto y mediano plazo que catalicen una cooperaci¨®n internacional efectiva, justa y equitativa que considere las necesidades de los pa¨ªses en desarrollo y las comunidades m¨¢s vulnerables, e impulse un trabajo articulado entre Gobiernos, sector privado, instituciones financieras internacionales y sociedad civil.
Para honrar la ventana de oportunidad que a¨²n tenemos, en la COP 28 debe acordarse como parte de las decisiones negociadas un compromiso para poner fin a la era de los combustibles f¨®siles (de su producci¨®n, comercio y consumo) y otro de incrementar las inversiones en energ¨ªas renovables y la capacidad instalada, con base en una transici¨®n gradual y justa con las comunidades locales y las poblaciones que hoy dependen del carb¨®n, el petr¨®leo y el gas.
Los pa¨ªses desarrollados, especialmente los del G7, deben demostrar de forma inequ¨ªvoca que cumplir¨¢n sus compromisos de reducir emisiones y de brindar financiamiento a los pa¨ªses m¨¢s vulnerables. Tambi¨¦n se deben establecer los c¨®mos para transformar los sistemas agroindustriales basados en monocultivos y pesticidas a pr¨¢cticas agr¨ªcolas regenerativas y sistemas agroecol¨®gicos y agroforestales, ayudando con esto a detener y revertir la degradaci¨®n de tierras y la p¨¦rdida de biodiversidad y de ecosistemas. Los anuncios y las alianzas ya se han hecho, por tanto, es imperativo saber c¨®mo se lograr¨¢n.
El 70% de los fondos de la cooperaci¨®n internacional se otorgan en forma de pr¨¦stamos, lo que empeora el endeudamiento fiscal de los pa¨ªses en desarrollo y limita su capacidad de enfrentar los crecientes impactos del clima y de evitar sus da?os y p¨¦rdidas asociados. Por tanto, otro resultado del Balance Mundial u otra forma de corregir el rumbo de la acci¨®n clim¨¢tica debe darse con la decisi¨®n de impulsar mecanismos como los canjes de deuda por acci¨®n clim¨¢tica y naturaleza, como una forma de atender los niveles insostenibles de deuda en pa¨ªses en desarrollo; y con esto el compromiso de avanzar en la reforma del sistema financiero internacional, incluyendo de la banca multilateral de desarrollo, para asegurar que las inversiones est¨¦n alineadas con la descarbonizaci¨®n y la resiliencia.
En este momento de tanta destrucci¨®n por el que atravesamos como humanidad, debemos exigir de la COP acuerdos justos, acciones ambiciosas, enfoques en soluciones, alianzas transformadoras y evitar a toda costa que el espacio de pol¨ªtica internacional m¨¢s importante con el que contamos para hacer frente al cambio clim¨¢tico est¨¦ viciado por intereses, sobre todo, de la industria de los combustibles f¨®siles.