Una d¨¦cada despu¨¦s, cinco alcaldes y diez gerentes, el Metro de Quito comienza a operar
El pasado mayo se intent¨® la inauguraci¨®n, pero el servicio colaps¨® por la gran afluencia de pasajeros
Los quite?os han perdido la cuenta de las veces que les prometieron una fecha en la que el Metro de Quito iba a funcionar. Algunas de esas ocasiones, los trenes operaron unas horas y despu¨¦s todo fue cancelado, el servicio colapsaba por la cantidad de usuarios o la seguridad y el metro volv¨ªa a cerrar. Una d¨¦cada despu¨¦s, cinco alcaldes y diez gerentes, el suburbano finalmente empez¨® sus operaciones este viernes. Es la obra m¨¢s importante para la capital ecuatoriana, con un costo...
Los quite?os han perdido la cuenta de las veces que les prometieron una fecha en la que el Metro de Quito iba a funcionar. Algunas de esas ocasiones, los trenes operaron unas horas y despu¨¦s todo fue cancelado, el servicio colapsaba por la cantidad de usuarios o la seguridad y el metro volv¨ªa a cerrar. Una d¨¦cada despu¨¦s, cinco alcaldes y diez gerentes, el suburbano finalmente empez¨® sus operaciones este viernes. Es la obra m¨¢s importante para la capital ecuatoriana, con un costo de 2.170 millones de d¨®lares.
No hubo un gran evento de inauguraci¨®n, porque estaba en juego la credibilidad de que el servicio funcionara, y por eso el mismo alcalde de la capital, Pabel Mu?oz, dio detalles de c¨®mo se hab¨ªan corregido los errores desde el ¨²ltimo intento de apertura. ¡°En mayo ten¨ªamos 55 personas en las taquillas cobrando, en este momento tenemos 138 personas, no ten¨ªamos gu¨ªas al usuario, hoy tenemos 43. Se movieron seis trenes, ahora tenemos a toda la flota operativa¡±, dijo un d¨ªa antes de la apertura. Durante la jornada del viernes, el servicio funcion¨® con normalidad y sin aglomeraciones.
Los 18 trenes del Metro de Quito ¡°han pasado todas las pruebas tecnol¨®gicas, tanto por parte del operador como del constructor, para cumplir con todas las seguridades¡±, explica Hugo Villacr¨¦s, gerente de la empresa. Solo hay una variable que no se controla, asegura, y es la cantidad de pasajeros. Seg¨²n los estudios de demanda, el Metro podr¨ªa llegar a tener entre 120.000 y 400.000 usuarios. En los primeros d¨ªas de funcionamiento del servicio se espera que se alcance los 120.000 pasajeros diarios. Hasta el momento, 225.000 personas han creado sus cuentas para obtener su Tarjeta Ciudad, que sirve para recargar electr¨®nicamente y utilizar el transporte sin pagar en efectivo.
La construcci¨®n del metro ha sido una vieja promesa para solucionar un serio problema de transporte de la capital, una ciudad con pocas alternativas viales al ser un valle a 2.850 metros de altura rodeado de monta?as y donde circulan alrededor de 580.000 veh¨ªculos y cerca de un mill¨®n de usuarios usan el transporte p¨²blico. En Quito, casi a cualquier hora, hay tr¨¢fico.
En 1995 se construy¨® el Troleb¨²s, que era el primer sistema articulado con un carril exclusivo de circulaci¨®n para incentivar el uso del transporte p¨²blico, pero con el tiempo y sin otras medidas preventivas, colaps¨® por la alta demanda de usuarios, mientras el parque automotor crec¨ªa a un ritmo m¨¢s acelerado que las soluciones. Usando el mismo esquema se construy¨® algo similar en otras dos rutas, que se llamaron Ecov¨ªa y Metrov¨ªa e incluso se implement¨® el sistema de restricci¨®n vehicular pico y placa, para prohibir la circulaci¨®n de los veh¨ªculos hasta ocho horas al d¨ªa seg¨²n el n¨²mero de la matr¨ªcula. A¨²n as¨ª, en Quito se estima que una persona que usa regularmente el carro, pierde 70 horas al a?o en el tr¨¢fico, casi tres d¨ªas, seg¨²n el ¨ªndice de Global Traffic Scorecard.
La l¨ªnea subterr¨¢nea del metro atraviesa 22 kil¨®metros, desde el extremo norte en el sector conocido como El Labrador, hasta el sur en Quitumbe. Los trenes pasan por 15 estaciones, y en un trayecto que durar¨ªa normalmente una hora y media en el transporte convencional, se reduce a 34 minutos a un costo de 45 centavos de d¨®lar.
Ahora que la obra m¨¢s esperada ve la luz, las emociones que despierta no son iguales para todos los ciudadanos. Para alrededor de 400 familias en el barrio Solanda, al sur de Quito, donde hay una estaci¨®n que lleva el mismo nombre, la obra fue el inicio de su tragedia. ¡°Cuando comenzaron a construir los pozos de agua que se usaron para abrir los t¨²neles provocaron que las casas de alrededor se hundieran y otras tienen las paredes agrietadas¡±, dice Fernando Chamba, presidente del Comit¨¦ Ejecutivo de Solanda.
Las familias viven con miedo e incertidumbre a un desastre, ¡°hay por lo menos 60 casas en condiciones cr¨ªticas y deber¨ªan estar inhabitadas; sin embargo, algunas personas no tienen d¨®nde vivir y permanecen ah¨ª con alto riesgo¡±, asegura. El tiempo transcurre y nadie les ha dado una respuesta.
Desde el Metro de Quito, Villacr¨¦s dice que a mediados de diciembre se tendr¨¢ el resultado de una consultor¨ªa externa contratada por el municipio de la capital ecuatoriana para esclarecer cu¨¢les son las causas del hundimiento de esas viviendas. ¡°Solanda hist¨®ricamente ha tenido problemas por la topograf¨ªa del terreno, temas de agua potable y tambi¨¦n se aduce que es por el metro¡±, dice Villacr¨¦s.
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