La medicina amarga de Bukele es un atajo para satisfacer sus intereses
El Ministerio de Cultura, que una vez fue una apuesta estrat¨¦gica en su plan de Gobierno, se ha convertido ahora en una instituci¨®n mermada y desdentada de su poder legal, por medio de una reforma que prioriza lo privado sobre la protecci¨®n de lo p¨²blico
La segunda parte de la saga de la medicina amarga de Nayib Bukele, anunciada en la toma de posesi¨®n de su primer mandato inconstitucional, tuvo como primera v¨ªctima a los empleados del Ministerio de Cultura. La medida, disfrazada de un aleccionamiento a quienes ¡°promueven agendas oscuras¡± por haber autorizado la presentaci¨®n de una obra de teatro interpretada por artistas drags, es en realidad una excusa para desarmar la i...
La segunda parte de la saga de la medicina amarga de Nayib Bukele, anunciada en la toma de posesi¨®n de su primer mandato inconstitucional, tuvo como primera v¨ªctima a los empleados del Ministerio de Cultura. La medida, disfrazada de un aleccionamiento a quienes ¡°promueven agendas oscuras¡± por haber autorizado la presentaci¨®n de una obra de teatro interpretada por artistas drags, es en realidad una excusa para desarmar la institucionalidad con la que ya no le interesa guardar las apariencias. Fuentes consultadas por EL PA?S aseguran que, en realidad, ¡°eso fue una excusa, porque entre los cesados hay personal que nada tiene que ver con eso, por ejemplo empleados administrativos, de comunicaciones y de la direcci¨®n de Arqueolog¨ªa¡±. Las fuentes pidieron anonimato, una porque est¨¢ a la espera de su compensaci¨®n por despido y otra porque no quiere engrosar las listas de los despidos. En el r¨¦gimen de Bukele, hablar con la prensa tiene represalias.
Lo que una vez fue una apuesta estrat¨¦gica en el Plan de Gobierno de Bukele se ha convertido ahora en una instituci¨®n mermada y desdentada de su poder legal, por medio de una reforma que prioriza lo privado sobre la protecci¨®n de lo p¨²blico.
El Ministerio de Cultura ha sido hist¨®ricamente una de las carteras de Estado que menos ha interesado a los gobiernos de turno. Apenas en 2018 dej¨® de ser una secretar¨ªa de la Presidencia, despu¨¦s de 17 a?os de haber sido una dependencia del Ministerio de Educaci¨®n. En 2019, cuando Bukele gan¨® constitucionalmente la presidencia, Suecy Callejas, delegada de cultura del partido Nuevas Ideas declaraba a la instituci¨®n como un paciente en coma. ¡°Yo creo que est¨¢ en coma. Han tenido la oportunidad de desconectarlo varias veces, pero aun as¨ª les parec¨ªa que es necesario¡±. Ahora, como vicepresidenta de la Asamblea Legislativa, Callejas dio su voto y aplaudi¨® una reforma aprobada con dispensa de tr¨¢mite que puso al ministerio en estado vegetal.
El oficialismo no cumpli¨® con ninguna de las apuestas contempladas para el Ministerio en el Plan Cuscatl¨¢n, la plataforma de Gobierno de Bukele para el per¨ªodo 2019-2024. Seg¨²n la misma Callejas, ese plan era el reflejo de los ideales del partido, donde la cultura se entend¨ªa ¡°como un derecho humano, como una necesidad¡±, y por eso le iban a apostar a la modernizaci¨®n de la red de Casas de la Cultura ¨Cun espacio de encuentro en donde se daban talleres de educaci¨®n art¨ªstica y en algunos casos era el ¨²nico acceso a biblioteca para algunos habitantes¨Cy la educaci¨®n art¨ªstica en todos los niveles. La memoria hist¨®rica y la reconciliaci¨®n tendr¨ªan un rol clave para ejecutar estos proyectos. Sin embargo, en cinco a?os ocurri¨® lo opuesto.
Desde noviembre 2023 se han ido cerrando paulatinamente las Casas de la Cultura, incluida la de El Mozote, inaugurada en 2012, en el marco de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Su eliminaci¨®n por decreto el pasado 5 de julio es solo una formalidad.
¡°El objetivo es optimizar los recursos p¨²blicos y hacer un trabajo m¨¢s eficiente dentro del Ministerio de Cultura¡±, asegur¨® el diputado oficialista Ra¨²l Chamagua, pero sus palabras son solo un guion que el oficialismo ahora repite para justificar el desmembramiento institucional. En 2022, por ejemplo, los diputados oficialistas dijeron lo mismo de la decisi¨®n de disolver la Direcci¨®n General de Estad¨ªsticas y Censos (Digestyc), una instituci¨®n clave para recolectar datos sociodemogr¨¢ficos que permit¨ªan evaluar pol¨ªticas p¨²blicas, como la pobreza, la desigualdad, el uso del tiempo, entre otras. La modernizaci¨®n prometida por los diputados del presidente en aquel entonces consisti¨® en trasladar las funciones de la Digestyc al Banco Central de Reserva, una instituci¨®n con funciones totalmente opuestas.
La optimizaci¨®n del uso de los recursos del Estado que realmente interesa al partido de Gobierno es la de agilizar los permisos de construcci¨®n, raz¨®n por la cual la reestructuraci¨®n del Ministerio de Cultura estuvo acompa?ada de reformas a la Ley Especial de Protecci¨®n al Patrimonio Cultural, una ley clave para denunciar la destrucci¨®n de patrimonio arqueol¨®gico y cultural. Uno de esos casos ocurri¨® en 2017, cuando Bukele era alcalde de San Salvador, y el equipo de arque¨®logos del Ministerio, amparados en la Ley, detuvieron las obras de remozamiento del Centro Hist¨®rico de la capital. En aquel momento, Bukele se salt¨® la normativa y us¨® la matoner¨ªa para salirse con la suya y poner cemento donde los arque¨®logos deb¨ªan excavar.
Bukele no es el ¨²nico al que esta ley le ha estorbado, pero s¨ª es primero en modificarla a su antojo exitosamente. En 2018, diputados de la derecha legislativa decidieron que hab¨ªa que hacer una interpretaci¨®n aut¨¦ntica al inciso 2 del art¨ªculo 8 en respuesta a la destrucci¨®n de Tacuscalco, un sitio arqueol¨®gico de primer orden. Este inciso establece que ¡°los planes de desarrollo urbano y rurales, los de las obras p¨²blicas en general y los de construcciones o restauraciones privadas que, de un modo u otro, se relacionen con un bien cultural inmueble ser¨¢n sometidos por la entidad responsable de la obra a la autorizaci¨®n previa del ministerio a trav¨¦s de sus respectivas dependencias¡±. Para el caso de las urbanizaciones, por ejemplo, la entidad responsable suele ser la empresa constructora. La reforma fue vetada por el presidente Salvador S¨¢nchez Cer¨¦n, pero para entonces la residencial ya hab¨ªa sido construida y anunciaba la venta de casas. Una vez que Bukele lleg¨® al poder, su ministerio de Cultura decidi¨® que una multa de 30.000 d¨®lares era suficiente para cerrar el caso.
La reforma de Bukele establece que ya no ser¨¢ el Ministerio de Cultura el responsable de los permisos y que el presidente ser¨¢ el encargado de ¡°adecuar el reglamento¡± de la ley. Para ello, el Ejecutivo pidi¨® el pasado 26 de julio que se cree la Direcci¨®n de Ordenamiento Territorial y Construcci¨®n, una instituci¨®n aut¨®noma que busca ¡°mejorar el clima de negocios e impulsar procesos de transformaci¨®n y generaci¨®n de ciudades pr¨®speras, resilientes e inclusivas¡± por medio de la agilizaci¨®n de los tr¨¢mites. Si bien la direcci¨®n de Arqueolog¨ªa sobrevivi¨® a la reestructuraci¨®n, as¨ª sea con apenas dos arque¨®logos, sus funciones han sido reducidas a lo acad¨¦mico.
Hugo D¨ªaz, exjefe de Arqueolog¨ªa del ministerio que tuvo a cargo las inspecciones en las plazas del Centro Hist¨®rico a las que se opuso Bukele y la defensa por la destrucci¨®n de Tacuscalco explic¨® a EL PA?S que la reforma a la Ley Especial de Protecci¨®n al Patrimonio Cultural aprobada el pasado 6 de julio legaliza la desprotecci¨®n del patrimonio, ya que lo habilita para eliminar la declaratoria de bien cultural a aquellos sitios que han sido previamente intervenidos, ya sea por el Estado o un privado. ¡°Con ello, el ministerio renuncia a su funci¨®n de garante y atenta contra el inter¨¦s p¨²blico impl¨ªcito en patrimonio cultural¡±, sostiene. Seg¨²n la Ley salvadore?a, existe una obligaci¨®n de notificar a las autoridades de cultura el hallazgo fortuito de bienes culturales, pero bajo la nueva normativa esto puede significar, seg¨²n ampl¨ªa D¨ªaz, ¡°en la autorizaci¨®n de proyectos de construcci¨®n en los que se ha devastado patrimonio cultural argumentando que ya no existe valor cultural que proteger, as¨ª como, desconocer el derecho de protecci¨®n y desarrollo de los legados culturales que las comunidades y pueblos ind¨ªgenas tienen en el manejo, reporte y registro de sus expresiones patrimoniales¡±. Es decir, que el Ministerio pasar¨¢ de ser el ente protector de los bienes culturales y patrimoniales a ser su verdugo.
A Bukele le gusta comparar El Salvador con los pa¨ªses del primer mundo para decir no tiene nada que envidiarles, pero el desarrollo voraz que impulsa no tiene ning¨²n inter¨¦s por resguardar lo patrimonial; prefiere, en cambio, deslumbrar con el uso exagerado de luces LED y cer¨¢mica brillante. El centro hist¨®rico de San Salvador ha sido remozado paulatinamente para desalojar a los comerciantes locales y reemplazarlos por franquicias. Incluso aquellos edificios que, como alcalde, Bukele consideraba icono del Centro Hist¨®rico fue demolido en nombre de la modernizaci¨®n. Al presidente le interesa el patrimonio solo s¨ª va de la mano con sus intereses.
Para Joaqu¨ªn Aguilar, arquitecto restaurador que ha supervisado por a?os distintos proyectos de rehabilitaci¨®n en el Centro Hist¨®rico, la reforma a la Ley de Patrimonio es una medida que en papel parece ser buena, pero en la pr¨¢ctica peligrosa. Si bien admite que es importante que se agilicen los tr¨¢mites que, por distintas razones, estaban paralizados cuando el Ministerio de Cultura era el encargado de los permisos, dar poderes absolutos al Ejecutivo no es indicativo de que el inter¨¦s principal sea el resguardo de los bienes culturales. ¡°La ley est¨¢ hecha para evitar obst¨¢culos en la toma de decisiones arbitrarias¡±, dice y teme que lo que m¨¢s peligra en el Centro Hist¨®rico son las obras monumentales de arquitectura de l¨¢mina y madera. Destaca que lo que se ve como casas viejas y sucias son en realidad obras que dotan de identidad y car¨¢cter ¨²nico a la ciudad. Sin embargo, las autoridades actuales ¡°no tienen idea de lo que es restauraci¨®n, valor hist¨®rico ni est¨¦tico¡±, agrega y lamenta que no haya espacio para el di¨¢logo. Ya tienen ideas fijas, sentencia.
Mientras Bukele reparte la dosis de medicina amarga entre los empleados p¨²blicos, sue?a con montar la primera planta nuclear en Centroam¨¦rica, para lo cual se ha aliado con Argentina, en quien por ahora tiene, gracias a Javier Milei, su principal socio en la regi¨®n.
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