Juan Arias, maestro del optimismo
El periodista y escritor profesaba una pasi車n por Italia, el pa赤s al que lleg車 en pleno franquismo y donde fue corresponsal: ※Era un para赤so de las libertades. Me forj車 cultural y pol赤ticamente§
El d赤a de su 迆ltimo cumplea?os, Juan Arias brind車 con su esposa, la escritora Roseana Murray, con una copa de Brunello di Montalcino y un limoncello. Celebrar la vida era para 谷l una forma de relacionarse con el mundo. El mar frente a su casa de Saquarema, a las afueras de R赤o de Janeiro, la foto de un arco赤ris, el relato de una an谷cdota, sus amistades, sus compa?eros, el peri車dico, una exclusiva, un recuerdo, un r赤o de recuerdos. Los mensajes de WhatsApp, un canal que manejaba con sorprendente soltura, serv赤an para anunciar su pr車xima columna y comentar la actualidad, pero tambi谷n para transitar por las zozobras y la incertidumbre. Tras cumplir 92 a?os, el pasado mes de julio, cont車 que se deb赤a a las palabras de Pedro Casald芍liga, obispo catal芍n, te車logo de la liberaci車n y poeta: ※Quiero morir de pie, como los 芍rboles§.
Juan, nacido en Arboleas (Almer赤a) en 1932, falleci車 este viernes en su casa por una insuficiencia renal. Hace 11 d赤as, despu谷s de enviar su 迆ltima columna, en la que se resist赤a a caer en el pesimismo por la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, avis車 de que no se encontraba bien y que no podr赤a escribir durante unos d赤as. En sus textos analizaba la vida pol赤tica de Brasil, la pugna entre Luiz In芍cio Lula da Silva y Jair Bolsonaro y las tendencias sociales y culturales del pa赤s que lo acog赤a desde finales de los noventa. Era un int谷rprete imbatible de las entra?as del Vaticano, que conoci車 primero como sacerdote de la orden de los Misioneros del Sagrado Coraz車n y despu谷s como periodista. Pero siempre, por mucho que la realidad abriera la puerta a la desesperanza o al dolor m芍s hondo, como cuando su esposa Roseana sufri車 un ataque de tres perros que le arrancaron el brazo derecho, se aferraba a la vida, al optimismo. Lo escribi車 con todas sus letras hace tres veranos: ※?Ser芍 verdad que tiempos pasados fueron mejores? [...] El miedo a esa posible vuelta al tiempo de las barbaries nos demuestra que el pasado fue siempre peor que hoy§.
Italia y el periodismo eran sus grandes pasiones. En Roma empez車 a trabajar como corresponsal, primero para el diario Pueblo, despu谷s en la radiotelevisi車n p迆blica italiana, la RAI, hasta que en 1977 se incorpor車 a EL PA?S. ※Me hace ilusi車n que seas italiano, pues sabr芍s que en tu tierra viv赤 40 a?os. Ojal芍 puedas escaparte a Brasil, comeremos buenos rigatoni§. Este fue su primer mensaje. Le siguieron una avalancha de historias, del cumplea?os que celebr車 en Calabria poco despu谷s de la final del Mundial de 1982 a aquella vez que el papa P赤o XII le invitaba a una audiencia. ※Sal赤 de Espa?a en pleno franquismo y llegu谷 all赤. Era un para赤so de las libertades. Italia me forj車 cultural y pol赤ticamente§, escribi車.
La memoria, precisa y de extraordinaria lucidez hasta el final, marcaba sus d赤as. En gran medida, la memoria de lo que somos y fuimos cientos de sus compa?eros y compa?eras. Los m芍s j車venes lo le赤an admirados. ※Siempre se aprend赤a algo con 谷l. Juan Arias era como nuestro abuelo del conocimiento§, recuerda Diego Mancera. El pasado lunes, se acord車 de Rosi Rodr赤guez Loranca, m赤tica secretaria de Redacci車n, testigo de glorias y penas de generaciones de periodistas. ※Ella me recogi車 cientos de cr車nicas cuando no ten赤amos ni tel谷fonos. Era nuestro 芍ngel§. Y Juan era un maestro, de periodismo, pero sobre todo de fuerza vital. De optimismo.