Ni?as y lideresas: seis voces que transforman sus territorios
En Colombia se forman los liderazgos sociales desde la infancia. Estas son las historias de seis adolescentes que trabajan por otras ni?as en Tumaco, Buenaventura, Cali, Catatumbo, Quibd¨® y Barranquilla
El 19 de diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas adopt¨® una resoluci¨®n para declarar el 11 de octubre como D¨ªa Internacional de la Ni?a y reconocer sus derechos as¨ª como se?alar los desaf¨ªos que enfrentan. ¡°La generaci¨®n actual de ni?as sufre de forma desproporcionada las consecuencias de las crisis mundiales del clima, de los conflictos, de la pobreza y del retroceso de los logros conseguidos con tanto esfuerzo en materia de derechos humanos e igualdad de g¨¦nero¡±, reconoce la ONU, pero tambi¨¦n recuerda la valent¨ªa con la que hacen frente a estas situaciones e inspiran a otras ni?as a protegerse y exigir respeto. En Colombia abundan los casos de ni?as que se han convertido en lideresas de sus territorios y lo transforman desde la m¨²sica, el arte o la educaci¨®n. UNICEF, en su iniciativa El Poder de las Ni?as, reuni¨® a varias de ellas en Bogot¨¢. Estas son sus historias:
Yuliana Regalado, Tumaco
Se hizo lideresa a la fuerza. Siendo apenas una ni?a fue v¨ªctima del conflicto armado. Se rode¨® de mujeres, de las de su familia y las de cabildo ind¨ªgena Aw¨¢, de El Diviso, un corregimiento de Tumaco, en el suroccidente colombiano. A ellas se debe hoy. Yuliana, a sus 16 a?os, es la voz que alienta a otras ni?as de su comunidad como gobernadora estudiantil de su colegio y consejera de ni?ez y juventud del cabildo ind¨ªgena.
Le gusta presentarse como una ¡°lideresa rebelde de buena manera¡± y est¨¢ decidida a que las ni?as de la comunidad vean m¨¢s opciones que ¡°casarse con un viejo¡± o ir a la guerra. ¡°Estar en los grupos es tener claro que el final es la c¨¢rcel o la muerte, as¨ª que mi lucha es porque no tengan que elegir entre esas dos cosas, sino que sepan que pueden estudiar y hacer otra cosa¡±, dice Yuliana que tambi¨¦n tiene su bast¨®n de mando. Su trabajo como lideresa se enfoca en dar herramientas a las ni?as de su comunidad para que puedan identificar y defenderse de situaciones de violencia de g¨¦nero. Lo hace desde la emisora del colegio y se invent¨® un reinado no solo de belleza, sino de inteligencia. ¡°Quer¨ªa darles seguridad, decirles que no est¨¢n solas y que pueden hablar si sufren de abusos. Quiero darles esa empat¨ªa, esa motivaci¨®n a trav¨¦s de mi historia¡±.
¡°La situaci¨®n de las ni?as es tr¨¢gica¡±, no duda en advertir y se?ala la soluci¨®n. ¡°Los gobernadores de nuestros cabildos deben enfocarse en la seguridad de las ni?as, no solo de los adultos¡±, asegura. ¡°En un futuro me veo como una mujer lideresa, que muestra que a pesar de todo lo que le pas¨® dio voz a ni?as que eran muy calladas. Tambi¨¦n me veo, por qu¨¦ no, como la guardia de mi resguardo¡±.
Yuliza Su¨¢rez, Barranquilla
Habla con la propiedad de quien lleva a?os siendo lideresa. Comenz¨® a los 13 cuando se mud¨® de ciudad y su mam¨¢ se sum¨® a una fundaci¨®n para mujeres en un barrio popular de Barranquilla. Yulisa Su¨¢rez estudiaba en el colegio que quedaba tras la Casa de la Mujer, y desde ah¨ª ve¨ªa a su madre y a otras vecinas asistir a capacitaciones de todo tipo.
Es integrante de la Red Departamental de mujeres j¨®venes y lidera el proyecto Voces de Ni?as, que llega a 60 ni?as y adolescentes a quienes les ense?a sobre salud menstrual, autocuidado y prevenci¨®n de la violencia basada en g¨¦nero. ¡°Me motiva brindar un espacio seguro para que puedan hablar ese tipo de temas en una ciudad machista como Barranquilla¡±, dice Yuliza, que lidera los talleres destinados a ni?as de 9 a 17 a?os, muchas migrantes. As¨ª como ella lo necesit¨® en su momento, cree que es esencial darles herramientas a las ni?as para que tengan ¡°conocimientos b¨¢sicos de lo que les pasa a sus cuerpos¡±.
Mairy Riveros, Buenaventura
Ser una adolescente y conseguir que su barrio tenga agua potable. Aprender palabras como Box Culvert (una estructura que permite el paso de agua por debajo de una v¨ªa), entender c¨®mo funciona un presupuesto, c¨®mo se ejecuta, gestionar y lograr que se haga una obra. Eso ha hecho, entre otras cosas, Mairy Riveros, de 18 a?os. ¡°La gesti¨®n de esa obra en El Pail¨®n fue como una inauguraci¨®n de mi liderazgo¡±, dice esta joven que m¨¢s adelante se convirti¨® en parte de Voces de Poder, una iniciativa de Unicef para fortalecer el rol de las y los j¨®venes en la construcci¨®n de paz.
Mairy se crece cuando habla de Buenaventura, del amor que tiene por esta regi¨®n que vive una paradoja: es uno de los municipios por donde circulan millones de pesos cada d¨ªa y al mismo tiempo uno de las m¨¢s desiguales y donde la violencia es una realidad inocultable. Ella est¨¢ dedicada, primero, a evitar la estigmatizaci¨®n y mostrar que Buenaventura es m¨¢s que grupos armados; y, segundo, a intentar atraer j¨®venes de esa alternativa violenta siempre presente. Mairy lo hace a trav¨¦s de la m¨²sica del Pac¨ªfico. ¡°M¨¢s all¨¢ de las fronteras es una iniciativa para cambiar las narrativas de violencia que hay en la ciudad a trav¨¦s de los saberes ancestrales. Es una escuela de m¨²sica, pero no solo para desarrollar habilidades art¨ªsticas sino un espacio para promover la participaci¨®n de los j¨®venes¡±, cuenta Mairy que hoy es vicepresidenta de la Plataforma Distrital de Juventud.
Gabriela Mart¨ªnez, El Tarra
Se levanta todos los d¨ªas a las 4:30 a.m. y camina durante una hora para llegar a su colegio en El Tarra, un municipio del Catatumbo, en los l¨ªmites entre Colombia y Venezuela. Gabriela Mart¨ªnez, de 19 a?os hoy, es la presidenta del comit¨¦ juvenil de La Esmeralda y se ha dedicado a mejorar las condiciones de juego de los ni?os del barrio.
Su proyecto actual consiste en mejorar la cancha deportiva, cuyo arco de guadua se ca¨ªa cada que alguien met¨ªa un gol. ¡°Es el ¨²nico espacio que tenemos para la diversi¨®n, sobre todo los m¨¢s peque?os. Por eso decid¨ª adecuarla¡±. Lo hizo a trav¨¦s de f¨²tbol, comida y esfuerzo. ¡°Un campeonato comunitario, una ollla de sopa grand¨ªsima para toda la comunidad. Yo creo que los ni?os y ni?as merecen jugar en un lugar bueno¡±, dice Gabriela, quien se ve en un futuro como maestra o ¡°por qu¨¦ no, presidenta¡±.
Hanna Valentina Yarzagaray, Quibd¨®
Tiene 12 a?os y ya anda probando prototipos de rob¨®tica para mejorar la vida de los adultos mayores de su natal Quibd¨®. Comenz¨® en un programa llamado Ni?as en Steam (Science, Technology, Engineering, Arts & Mathematics, por sus siglas en ingl¨¦s) y es hoy parte de la Escuela de Rob¨®tica del Choc¨®.
Junto a otras dos ni?as dise?¨® Sayaha, un programa que ayuda a adultos mayores en labores de la vida cotidiana. ¡°Es un programa que permite generar ¨®rdenes como encender la luz, apagar el computador o acciones que facilitan la vida de personas de m¨¢s de 85 a?os¡±, cuenta ella y agrega que est¨¢ investigando para crear un prototipo que ayude a animales callejeros.
Su liderazgo se enfoca en tumbar los estereotipos de que la ciencia y la tecnolog¨ªa son para hombres. ¡°Siento que puedo expresar mis ideas al punto de crear prototipos y robots e inspirar a otras ni?as a que tengan conocimientos en ciencia y tecnolog¨ªa¡±, concluye.
Ana Sofia Lemos, Cali
Su nombre art¨ªstico es Queen Ana y hace parte del Crew Feminal Power, un grupo de rap de ni?as de Cali. ¡°Lo que hacemos es analizar e investigar las problem¨¢ticas del mundo y las convertimos en rimas para que las personas tengan elementos para actuar¡±. Cantan entonces para denunciar el racismo, el cambio clim¨¢tico y la violencia de g¨¦nero y se han convertido en referentes de su barrio.
Ana tiene hoy 17 a?os y no se imagin¨® ser rapera, pero el paro nacional del 2021, en el que miles de j¨®venes salieron a protestar a las calles del pa¨ªs, activ¨® en ella una manera de expresar lo que le pasaba como ni?a. Est¨¢ convencida de que el rap les permite tambi¨¦n hablar de la desigualdad y las drogas, otro de los temas que m¨¢s les preocupan en su barrio. ¡°Tambi¨¦n creo que el rap puede ayudar a otras ni?as a expresarse y confiar m¨¢s en s¨ª mismas¡±, dice mientras recorre las calles de Cali.