¡°La culpa es de los fil¨®sofos¡±: Sala GAM y el regreso de la pintura
Apasionados por y conocedores de la pintura desde muy temprana edad, Juan P¨¦rez y Bartolom¨¦ Delmar nos hablan del regreso de la pintura, su aparente truculento discurso, as¨ª como la oportunidad que esta oleada representa para Sala GAM, espacio que coordinan.
Para buena parte de los creadores, galeristas, curadores y personas involucradas en el entramado del arte contempor¨¢neo resulta dif¨ªcil escapar de los lugares comunes y las tendencias de su ambiente. Pasa con frecuencia que el sistema de validaciones, perspectivas, corrientes est¨¦ticas e incluso discursos y lenguaje se encuentran en un tiempo y espacio com¨²n, construyendo recurrentemente una suerte de homologaci¨®n. El conceptualismo, el minimalismo, el hiperrealismo, el boom de las galer¨ªas, el neomexicanismo al frente¡
En este tenor, una de las voces m¨¢s recurrentes se ha venido replicando a la menor provocaci¨®n, muchas veces sin tener bien a cuenta a qu¨¦ nos referimos pero s¨ª con mucha fuerza: ¡°la pintura ha vuelto¡±.
Cierto, el arte contempor¨¢neo es un terreno de juegos, ciclos, din¨¢micas y discursos que aparecen y desaparecen, se reformulan y vuelven con nuevos br¨ªos. Algunas voces aluden al centralismo de la mirada -as¨ª como su consecuente agotamiento- sobre las dislocaciones escult¨®ricas, el minimalismo y la recarga conceptual, puntos visibles de quiebre para que desde la d¨¦cada de los ochenta se pudiera hablar de un regreso a la pintura.
Sin embargo, y si bien este aparente regreso no antecede a los mismos motivos en todo del mundo, hay una realidad que pocos atienden a trazar de forma precisa: en el mundo no se ha dejado de pintar. Y m¨¢s all¨¢ de hablar de una intensificaci¨®n de la producci¨®n pict¨®rica que justifique dicho regreso, podr¨ªamos estar hablando, en todo caso, de una suma de voluntades por traer de nuevo a cuento su pertinencia y vitalidad.
El artista multidisciplinario Israel Mart¨ªnez (1979) apunta que este retorno es, por decir lo menos, extra?o, mismo que tal vez responda al innegable halo tendencioso y c¨ªclico en el arte. ¡°Cuando empec¨¦ a exponer [en los noventa] nadie quer¨ªa pintar. Ahora vas a las ferias y el 70% es pintura, muy poco video (que en alg¨²n momento fue tambi¨¦n la tendencia), incluso el sonido, que ha sido de los formatos m¨¢s complicados para aceptarse ha llegado a tener sus momentos interesantes tanto a nivel comercial como institucional. Quiz¨¢s se deba a un hartazgo de la gente a la cotidianidad dura, la crisis econ¨®mica o la violencia. Ahora viene m¨¢s el juego y las formas duras de la pl¨¢stica¡±, apunta Mart¨ªnez.
Coincidencia a la vista
Perteneciente a una de las galer¨ªas m¨¢s completas y longevas de Am¨¦rica Latina (Galer¨ªa de Arte Mexicano, la GAM) en donde han expuesto artistas como Leonora Carrington, Mar¨ªa Izquierdo, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Frida Kahlo, Dr. Atl, Carlos M¨¦rida, entre muchos otros, Sala GAM nace hace un lustro como un espacio joven y din¨¢mico, a partir del gusto, la indagaci¨®n y concepci¨®n particular de la pintura por parte de sus dos fundadores, Juan P¨¦rez (director, 36 a?os) y Bartolom¨¦ Delmar (curador, 35 a?os), quienes se conocen desde hace ya algunas d¨¦cadas y su conocimiento e inter¨¦s por la pintura es muy nato y vivo, lo cual brinda nuevos br¨ªos para ¡°generar nuevos artistas, coleccionistas y entenderlo [Sala GAM] como un espacio con mucha historia, y ver c¨®mo una tercera generaci¨®n puede tener injerencia en un lugar as¨ª¡±, apunta su director.
El revival de la pintura coincide tambi¨¦n con la mirada de Sala GAM, espacio que, aseguran sus fundadores, es s¨®lo eso: una coincidencia. ¡°Uno se puede ir f¨¢cil con la finta. En M¨¦xico, por ejemplo, s¨ª hubo un abandono de la tradici¨®n pict¨®rica casi declarado. Recuerdo a un curador de una instituci¨®n p¨²blica, que cuando empezamos a hablar de pintura hace seis o siete a?os, su respuesta fue: ¡®a m¨ª la pintura no me interesa¡¯. ?Por qu¨¦ se da esto? Pienso que por el impacto de las figuras relevantes que se dieron aqu¨ª en los ¨²ltimos tiempos, quienes eran no pintores. Y por el otro lado, justo gracias a una avanzada de curadores, fil¨®sofos de formaci¨®n, quienes ven¨ªan de las maquinaciones hiperret¨®ricas del conceptualismo y las acciones, cosas as¨ª, que suced¨ªan en las grandes urbes como una suerte de rebeld¨ªa adolescente ante la tradici¨®n cultural. Hab¨ªa un prejuicio hacia lo mexicano y su tradici¨®n. Sin embargo llegaron 20 a?os tarde; cuando comenzaron a rechazar la pintura, en el resto del mundo ya se pintaba con la transvanguardia italiana, con los alemanes, en Nueva York hubo un boom en los ochenta¡ ?Basquiat! Otro boom de pintura impresionista, en Alemania nunca se dej¨® de pintar. Es, a final de cuentas, un truco, un poco tambi¨¦n.¡±, subraya Delmar Huerta.
Juan P¨¦rez abunda tambi¨¦n en el escenario m¨¢s inmediato dentro del mercado del arte contempor¨¢neo, ponderando la pintura tambi¨¦n desde su factibilidad comercial, movilidad f¨ªsica y penetraci¨®n en las corrientes est¨¦ticas.
¡°Hasta hace muy poco, por ejemplo, en las ferias ya no hab¨ªa nada de pintura, s¨®lo arte conceptual e instalaciones invendibles. En ese sentido siento que, un poco, Sala GAM empez¨® una beta ante el hecho de que las grandes galer¨ªas no pod¨ªan incluir artistas m¨¢s j¨®venes que estaban pintando, pese a que sab¨ªan que tambi¨¦n era eso lo que necesitaban. La pintura adem¨¢s es movible; es complicado para los coleccionistas tener en bodegas interminables de esculturas. Y me atrever¨ªa a decir que he notado que el conceptualismo se ha permeado a la pintura, tambi¨¦n.
¡°A ra¨ªz de esto, otras galer¨ªas han abierto tambi¨¦n otros espacios. M¨¢s que buscar o abrir un resquicio comercial para regir todo esto, era el gusto por la pintura. Todos los artistas con los que hemos trabajado han dado un brinco a partir de eso y nuestra relaci¨®n es honesta en ese sentido, porque los artistas han disfrutado trabajar con nosotros y viceversa; es un vaiv¨¦n¡±, indica el director de Sala GAM.
Un reencuentro para nuevas experiencias
Si bien la pintura brinda la posibilidad de explorar ¨®pticas y reflexiones diversas incluso de manera simult¨¢nea, as¨ª como no puede escapar a su contexto y ser sociohist¨®rico y pol¨ªtico, los art¨ªfices de Sala GAM apuntan a que este reencuentro con la pintura se nos presenta tambi¨¦n como una oportunidad muy rica para entender el juego del arte como una experiencia est¨¦tica y no necesariamente moral o ¨¦tica, como s¨ª ha sido el caso del conceptualismo. ¡°Si acaso, esa es su postura moral¡±, afirman P¨¦rez y Delmar.
Por su parte, Bartolom¨¦ Delmar apunta que la tendencia actual en la pintura gira en torno a la trascendencia del inter¨¦s mat¨¦rico y reitera: ¡°La culpa de todo la tienen los fil¨®sofos. A final de cuentas, en el pasado te parabas frente a un cuadro y no hab¨ªa necesidad de que llegara ning¨²n galerista o curador a explicarte. Era m¨¢s enajenante si acaso, s¨ª. M¨¢s dif¨ªcil, tambi¨¦n. Pero justo ese era el juego. Yo he visto mucho eso: te paras frente a la obra y, a pesar de que uno est¨¦ versado en ese mundo, llegan y te explican.
El director de Sala GAM, Juan P¨¦rez, abre la discusi¨®n y apunta sobre un tema vital, el cual ve un tanto ausente en este regreso de la pintura al ojo p¨²blico: la relaci¨®n de la calidad y la movilidad del artista mismo en cuanto a su penetraci¨®n, trascendencia y vitalidad desde distintos frentes.
¡°A partir del boom del que estamos hablando, la calidad en la pintura ha bajado enormemente. Hay veces que gastar cinco pesos m¨¢s en un buen lienzo es una diferencia que se nota much¨ªsimo. Y c¨®mo la gente est¨¢ ¨¢vida de generar dinero r¨¢pido y de crear mucho. En esa traducci¨®n se pierde el hecho de que cada pieza vale y tiene que importar. No es un tema menor porque se pierde calidad no s¨®lo f¨ªsica y material, sino tambi¨¦n de la importancia que le pone el artista a cierta pieza¡±, asegura Juan P¨¦rez. Y Bartolom¨¦ remata: ¡°A diferencia de muchos ¨¢mbitos, en las artes pl¨¢sticas calidad es trascendencia y trascendencia, agreg¨¢ndole muy poco saz¨®n, es ¨¦xito financiero. Hay muchos casos de artistas extremadamente talentosos que, sencilla y llanamente no se mueven, no son buenos promotores de su obra ni les interesa. Pero cuando t¨² tienes un buen artista, que se quiere promocionar, va a ser un best seller con trascendencia de forma inminente. Ahora bien, ?qu¨¦ significa ser un best seller con trascendencia? Ah¨ª ya hablamos de estructuras de poder internacional que ya no dependen del artista propiamente dicho. Una cosa es ser un ¨¦xito en ventas con trascendencia en Londres y otra en Guadalajara, pero dentro de sus n¨²cleos es un hecho. Calidad y algo de esfuerzo publicitario implica ganancia¡±, apunta Delmar Huerta.
El juego infinito de los espacios limitados
De cara a un futuro en donde se espera que la pintura contin¨²e en el ojo p¨²blico de forma din¨¢mica, pertinente y evolutiva, la gu¨ªa curatorial de Sala GAM -espacio que su mismo director ve como un enorme tablero de posibilidades que a su vez son apuestas- sigue siendo una: el gusto por ver qu¨¦ hace alguien [el artista] con ese reto. Simple y llanamente. Toda creaci¨®n, aseguran los creadores de este lugar, es siempre el mismo juego: c¨®mo respondes a la provocaci¨®n, qu¨¦ se te ocurre. El viejo problema de la p¨¢gina en blanco.
¡°Gran parte de lo que nos interesa tambi¨¦n es dar esas libertades y ver qu¨¦ hacen con ellas. Invitar a un artista a participar implica tambi¨¦n relacionarte con ¨¦l, es muy rico ver c¨®mo trabaja un artista comprometido porque casi ninguno lo hace igual, son distintos en sus m¨¦todos y formas. Eso hace interesante la relaci¨®n. Y no hay ninguno con el que no nos hayamos entendido, no nos interese su trabajo o que no nos pudimos comunicar con ¨¦l. Es un gusto por el trabajo.
¡°Y es un poco tambi¨¦n como el ajedrez: lo que plantea la pintura es muy claro desde hace mucho tiempo, siempre se est¨¢ jugando el mismo juego. El hecho de que Sala GAM est¨¦ en la GAM es eso tambi¨¦n, porque el archivo de la galer¨ªa tiene 86 a?os y cada pieza que ha pasado por aqu¨ª desde 1935 se ha fotografiado y est¨¢ registrada. Es rico porque es tener muchas reglas guardadas y el mapeo del arte de M¨¦xico al menos est¨¢ situado en el mismo espacio. Inevitablemente es rico para todos¡±, abunda Juan P¨¦rez.
A pregunta expresa a los fundadores de Sala GAM por sus apuestas personales en materia pict¨®rica contempor¨¢nea, las cartas son tan fascinantes y diversas como claras y genuinas: Samuel Guerrero, Alicia Anayegui, Rafael Uriegas, Christian Camacho y Luc¨ªa Vidales.