¡®Nabucco¡¯, la ¨®pera de Verdi que estuvo dos a?os agazapada en un teatro argentino por la pandemia
La obra representada estos d¨ªas en el Teatro Col¨®n estuvo siete meses con la escenograf¨ªa armada sobre el escenario durante la cuarentena de 2020
El 12 de marzo de 2020, el Teatro Col¨®n de Buenos Aires ten¨ªa programado el pen¨²ltimo ensayo de Nabucco, la ¨®pera de Giuseppe Verdi con la que iba a inaugurar la temporada l¨ªrica cinco d¨ªas despu¨¦s. El vestuario ya estaba en los camerinos y la blanca y majestuosa escenograf¨ªa aguardaba detr¨¢s del tel¨®n. Pero ese ensayo no se realiz¨® y la futurista puesta en escena dise?ada por el italiano Stefano Poda qued¨® siete meses suspendida en el escenario. El ...
El 12 de marzo de 2020, el Teatro Col¨®n de Buenos Aires ten¨ªa programado el pen¨²ltimo ensayo de Nabucco, la ¨®pera de Giuseppe Verdi con la que iba a inaugurar la temporada l¨ªrica cinco d¨ªas despu¨¦s. El vestuario ya estaba en los camerinos y la blanca y majestuosa escenograf¨ªa aguardaba detr¨¢s del tel¨®n. Pero ese ensayo no se realiz¨® y la futurista puesta en escena dise?ada por el italiano Stefano Poda qued¨® siete meses suspendida en el escenario. El cese de actividades decretado por el Gobierno por la pandemia de covid-19 oblig¨® a aplazar el estreno m¨¢s de dos a?os.
El pasado 31 de mayo, bajo la direcci¨®n musical de Carlos Vieu, la nueva puesta en escena de Nabucco finalmente debut¨® en el Col¨®n. El enorme escenario del coliseo l¨ªrico argentino se present¨® al p¨²blico convertido en un austero cubo por el que transitaban hebreos y asirios sobre una plataforma giratoria, en constante movimiento. Los jud¨ªos, vestidos y maquillados de blanco; el rey babilionio Nabucco y sus hijas Fenena y Abigaille, de negro.
Poda, responsable tambi¨¦n del vestuario, la iluminaci¨®n y la coreograf¨ªa, opt¨® por alejarse de las referencias m¨¢s religiosas del libreto y ofrecer un espect¨¢culo esc¨¦nico abstracto, muy distinto al ¨²ltimo Nabucco que se hab¨ªa representado en el Col¨®n, dirigido por Roberto Oswald en 1991.
La gran belleza visual de algunas escenas, en especial de aquellas en las que la iluminaci¨®n se filtraba entre las telas transl¨²cidas de los figurantes, se acentuaba con la aparici¨®n de elementos escenogr¨¢ficos de gran tama?o, como una cinta de Moebius, s¨ªmbolo de lo infinito, que queda suspendida sobre el coro cuando entona el famos¨ªsimo ¡°Va pensiero¡±.
Entre los solistas, se destacaron las voces graves. El bar¨ªtono rumano Sebastian Catana cumpli¨® su rol con solvencia, mientras que el bajo polaco Rafal Siwek admir¨® al p¨²blico como Zaccaria por su autoridad vocal y esc¨¦nica en uno de los papeles de bajo m¨¢s arduos de todo el repertorio italiano. La soprano eslovena Rebeka Lokar, en cambio, son¨® despareja, con un vibrato excesivo que empa?aba su interpretaci¨®n del dif¨ªcil rol de Abigaille. El impecable desempe?o de la mezzosoprano Guadalupe fue reconocido con un fuerte aplauso, aunque no tanto como el que recibi¨® el coro, verdadero protagonista de la obra, y Vieu, quien dirigi¨® magistralmente a la orquesta.
En el limbo
En el lapso entre la fecha en que estaba previsto el estreno y la que se realiz¨®, Nabucco sigui¨® all¨ª. Con la sala principal del teatro a oscuras, durante los primeros meses de cuarentena estricta, la escenograf¨ªa que hab¨ªa sido realizada en los talleres escenogr¨¢ficos del Col¨®n colgaba del techo, a la espera de que de un momento al otro comenzase la acci¨®n.
Fue un largo tiempo de ensayo para quedarse a tan poco de descubrir el impacto que la ¨®pera tendr¨ªa en los corazones del p¨²blico. Ese deseo insatisfecho llev¨® a los m¨²sicos de la orquesta estable a rescatar una grabaci¨®n de 1988 de la obertura de esta obra temprana de Verdi para realizar un v¨ªdeo desde sus casas, compartirlo en Internet, y as¨ª recordar que Nabucco segu¨ªa esperando.
La recta final para el estreno del pasado mayo fue inusual. Int¨¦rpretes y m¨²sicos volvieron a ensayar una obra que ya conoc¨ªan a la perfecci¨®n. La escenograf¨ªa volvi¨® a colocarse en el escenario y el vestuario, a subirse desde los armarios del taller de sastrer¨ªa. Los retoques necesarios fueron m¨ªnimos, como la peluca confeccionada a Lokar por la imposibilidad de decolorar su pelo, como estaba previsto en la puesta inicial. Con el tel¨®n arriba, reapareci¨® el j¨²bilo y la incertidumbre contenidos durante dos a?os.
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