El caos argentino
El pa¨ªs se ha vuelto reaccionario: cada gobierno hace tantos desastres que el siguiente es votado para reaccionar contra ¨¦l, desarmarlo, y dedicarse a producir los suyos
Lo siento. Quer¨ªa titular esta columna ¡°El caso argentino¡± y las palabras, como suelen, se rieron de m¨ª: con una m¨ªnima pirueta se volvieron ¡°El caos argentino¡±. Las palabras, ya sabemos, dicen mejor que las personas: la Argentina es un caos. En la manada de preguntas sin respuesta que recorre el mundo cojea una que me han hecho tanto: ?por qu¨¦ ese pa¨ªs rico en recursos, bien dotado, bien poblado, est¨¢ como est¨¢? Hoy, si alguien me lo preguntara, le dir¨ªa que, para buscar respuestas, mire sus elecciones.
2023 es impar, o sea que es a?o electoral en la Argentina. Tambi¨¦n lo es en Espa?a:...
Lo siento. Quer¨ªa titular esta columna ¡°El caso argentino¡± y las palabras, como suelen, se rieron de m¨ª: con una m¨ªnima pirueta se volvieron ¡°El caos argentino¡±. Las palabras, ya sabemos, dicen mejor que las personas: la Argentina es un caos. En la manada de preguntas sin respuesta que recorre el mundo cojea una que me han hecho tanto: ?por qu¨¦ ese pa¨ªs rico en recursos, bien dotado, bien poblado, est¨¢ como est¨¢? Hoy, si alguien me lo preguntara, le dir¨ªa que, para buscar respuestas, mire sus elecciones.
2023 es impar, o sea que es a?o electoral en la Argentina. Tambi¨¦n lo es en Espa?a: eso significa que un d¨ªa de fin de mayo habr¨¢ auton¨®micas y municipales y, quiz¨¢s, en diciembre, nacionales. En Argentina, si alg¨²n dios no lo impide, este a?o habr¨¢ diez o doce fechas de votar.
La Argentina tiene 24 provincias o distritos. Por ahora sabemos que dos de ellos elegir¨¢n gobernador el 16 de abril; otros tres, el 7 de mayo; cuatro m¨¢s, el 14; el 11 de junio solo uno. Estas son las citas confirmadas: entre junio, julio, agosto y septiembre debe haber elecciones en una docena de provincias m¨¢s.
Todo esto porque sus gobernadores ¨Cque suelen llevar muchos a?os en sus sillones¨C quieren separar sus sufragios de los nacionales. La mayor¨ªa son peronistas que tienen miedo de la mala elecci¨®n que le suponen a su partido en la presidencial y quieren reelegirse antes para no cargar con ese lastre en sus boletas.
Esta confusi¨®n y dispersi¨®n muestra c¨®mo el pa¨ªs se ha convertido, en las ¨²ltimas d¨¦cadas, en una confederaci¨®n inestable de feudos estabil¨ªsimos, donde cada jefe provincial retiene el mando durante d¨¦cadas e impone condiciones al jefe nacional ¨Ccomo, por ejemplo, esta de separar sus elecciones para no comprometer su poder en la b¨²squeda de una opci¨®n com¨²n. Esta confusi¨®n muestra, tambi¨¦n, el talante de esos jefes: yo me salvo y el resto que se mate.
Y, para completar el panorama, el 13 de agosto se prev¨¦n las elecciones m¨¢s inveros¨ªmiles. Se llaman PASO ¨CPrimarias Abiertas Simult¨¢neas y Obligatorias¨C y mandan a todos los ciudadanos a votar en las internas de los partidos. Las instituy¨® el matrimonio Kirchner en 2009 ¡°para favorecer la democracia interna partidaria¡± y, desde entonces, su partido siempre present¨® un solo candidato: su jefa sigue eligiendo el suyo a dedo y lo hace votar en esas internas que no pueden decidir lo que ya est¨¢ decidido. O sea que las PASO, esa gran movilizaci¨®n de 25 millones de electores y 170 millones de euros, son una s¨²per encuesta pagada por el Estado que anticipa sin mucha precisi¨®n los resultados de la presidencial.
Porque entre una y otra pasan dos meses, y en dos meses argentinos pasan muchas cosas. Su primera vuelta ser¨¢ el 22 de octubre; la segunda el 19 de noviembre. En ese momento la Argentina va a haber tenido una o dos elecciones por mes desde abril, diez o doce fechas de circo politiquero, un a?o de pura especulaci¨®n electoral. As¨ª, no es extra?o que la democracia tenga cada vez menos prestigio, menos partidarios, menos votantes.
Por supuesto, mucho peor es que 18 millones de argentinos vivan bajo la l¨ªnea de pobreza, que cuatro millones no coman suficiente, que la inflaci¨®n anual llegue al 100%, que haya tan pocas esperanzas. Pero este desparramo de elecciones muestra la dificultad de gobernar un pa¨ªs descuartizado y la perfecta incompetencia de los partidos que lo hacen. A nueve meses de la presidencial los dos que podr¨ªan ganarla no tienen candidato. En el peronismo gobernante nadie quiere serlo porque ¨Cdada la situaci¨®n econ¨®mica y social que han producido¨C est¨¢n casi seguros de perder, y los pol¨ªticos tienen poca vocaci¨®n de m¨¢rtires. El ¨²nico que anuncia que pretende competir es el presidente Fern¨¢ndez, pero su jefa, la vicepresidenta Fern¨¢ndez, le hace la guerra y trata de impedirlo ¨Cy adem¨¢s el hombre tiene muy pocas chances.
(Mientras tanto, esa vicepresidenta anuncia que no se presentar¨¢ porque est¨¢ ¡°proscrita¡±. Se refiere al juicio que la conden¨® hace dos meses a seis a?os de c¨¢rcel por defraudaci¨®n al Estado. Pero la prisi¨®n y la prohibici¨®n de ocupar cargos p¨²blicos no ser¨¢n efectivas hasta que el proceso agote todas sus instancias, dentro de varios a?os. O sea: que para estas elecciones no est¨¢ proscrita. Pueden elegirla y puede ejercer, pero ahora toda su pol¨ªtica se basa en ¡°rechazar la proscripci¨®n¡± ¨Cque no existe¨C y lo repite sin parar, como cualquier Napole¨®n de manicomio. Y muchos lo repiten con ella: el caos avanza.)
Mientras, en la oposici¨®n neoliberal hay por lo menos siete candidatos que se disputan el honor a los gritos y no consiguen resolverlo. El que podr¨ªa definir la ri?a es el expresidente Macri, rechazado por millones de votos hace cuatro a?os tras una administraci¨®n muy fracasada ¨Cpero no lo hace porque tambi¨¦n sufre la tentaci¨®n de presentarse, cosa que todos sus enemigos desean y promueven.
Por supuesto, los dos grupos evitan por todos los medios explicar su programa, su idea de pa¨ªs, sus primeras medidas ¨Cporque sospechan que, como dec¨ªa un tal Menem, antiguo presidente peronista, ¡°si les contaba lo que iba a hacer no me votaba nadie¡±. Solo hablan, por si acaso, de lo mal que lo hacen los del otro partido o los otros del propio.
Pero no es dif¨ªcil imaginar sus intenciones, porque esos dos grupos vienen gobernando el pa¨ªs desde hace d¨¦cadas, conduciendo con arrojo y ardor su decadencia. La Argentina se ha vuelto un pa¨ªs reaccionario: un pa¨ªs donde cada gobierno hace tantos desastres que el siguiente es votado para reaccionar contra ¨¦l, desarmarlo ¨Cy dedicarse a producir los suyos. Y despu¨¦s el siguiente es votado para reaccionar contra el anterior ¨Cy as¨ª el siguiente ser¨¢ el anterior del anterior: el c¨ªrculo m¨¢s vicioso.
Un pa¨ªs reaccionario es un pa¨ªs sin proyecto, hecho a manotazos, deshecho a manotazos, un pa¨ªs tiovivo o calesita, que da vueltas y vueltas sin avanzar ni un paso. Y que, por eso, se ha vuelto uno donde gana m¨¢s y m¨¢s apoyos un se?or que se dice libertario, a¨²lla citas b¨ªblicas y declara que est¨¢ a favor de la venta de ¨®rganos o de ni?os porque el mercado libre tiene que ser libre ¨Cy ha conseguido fascinar a muchos j¨®venes hartos de los pol¨ªticos acostumbrados.
Los argentinos sabemos de esto: cuando parece que nada puede ser peor, nos esforzamos y lo conseguimos. En eso, muchaaachos, tambi¨¦n podr¨ªamos ser campeones.
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