Cristina Kirchner se baja de la carrera presidencial tras su condena: ¡°No voy a ser candidata a nada¡±
La vicepresidenta argentina, sentenciada a seis a?os de prisi¨®n por corrupci¨®n e inhabilitada de por vida para ejercer cargos p¨²blicos, carga contra el poder judicial: ¡°Esto es un Estado paralelo y una mafia¡±
¡°Presa o muerta me quieren¡±, ha dicho este martes Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner tras escuchar su sentencia por corrupci¨®n. Condenada a seis a?os de prisi¨®n e inhabilitada de por vida a ejercer cargos p¨²blicos, la expresidenta argentina ha denunciado el uso pol¨ªtico de la justicia en su contra en una trama que ve controlada por sus rivales pol¨ªticos, los medios opositores y los jueces federales. Kirchner tard¨® menos de media hora en hablar tras la lectura de su sentencia. ¡°La condena real es la inhabilitaci¨®n perpetua¡±, ha dicho en un mensaje transmitido en directo desde su despacho en el Senado, en el que tambi¨¦n ha asegurado que no buscar¨¢ ser presidenta ni senadora en las elecciones de octubre de 2023.
Kirchner ha dedicado su anuncio a quien considera uno de sus m¨¢s feroces enemigos, H¨¦ctor Magnetto, el primer ejecutivo del grupo propietario del diario Clar¨ªn: ¡°No voy a ser candidata. Es una muy buena noticia para usted, Magnetto. El 10 de diciembre de 2023 [cuando termina su mandato en la Casa Rosada] no voy a tener fueros, no voy a ser vicepresidenta. As¨ª que le va a poder dar la orden a sus esbirros de la Casaci¨®n y de la Corte Suprema que me metan presa¡±, ha dicho la vicepresidenta. ¡°Mascota de usted, nunca jam¨¢s. No voy a ser candidata a nada, ni a presidenta, ni a senadora. Mi nombre no va a estar en ninguna boleta¡±.
El anuncio lleg¨® despu¨¦s de m¨¢s de una hora en la que la vicepresidenta denunci¨® ser v¨ªctima de ¡°un Estado paralelo y una mafia judicial¡±. Kirchner, que gobern¨® Argentina entre 2007 y 2015, ha afirmado que es v¨ªctima del lawfare, de un uso pol¨ªtico de la justicia en su contra. ¡°No es una condena por las leyes de la Constituci¨®n¡±, ha dicho la vicepresidenta, que dedic¨® gran parte de su discurso a relacionar su condena con la filtraci¨®n de un chat entre magistrados, fiscales, directivos de medios y pol¨ªticos opositores que en la v¨ªspera agit¨® la lectura del veredicto.
Los mensajes involucraban al juez Juli¨¢n Ercolini, a cargo de la instrucci¨®n en la investigaci¨®n contra Cristina Kirchner; al fiscal general de la ciudad de Buenos Aires, Juan Bautista Mahiques; al ministro de Seguridad de la ciudad de Buenos Aires, Marcelo D¡¯Alessandro; y a dos directivos del Grupo Clar¨ªn, entre otros. En los mensajes filtrados buscaban ocultar con mentiras un viaje a la Patagonia, realizado en octubre, a la finca del multimillonario ingl¨¦s Joe Lewis. El viaje, dijo Kirchner, ¡°es la confirmaci¨®n de un sistema paraestatal donde se decide sobre la libertad de la vida de los argentinos. La familia judicial en su m¨¢ximo esplendor. Este es el sistema que funciona bajo la pomposa figura de poder judicial¡±.
La vicepresidenta ha seguido la lectura de su condena desde su oficina en el Congreso, que ha sido su refugio pol¨ªtico durante todo el juicio. Desde ah¨ª hizo su alegato de defensa el pasado 23 de septiembre, cuando vincul¨® el intento de asesinato que sufri¨® a finales de septiembre con una confabulaci¨®n en su contra del poder judicial y la oposici¨®n: ¡°Desde el ¨¢mbito judicial se da licencia social para que cualquiera pueda pensar y hacer cualquier cosa¡±.
Tras el ataque fallido, su militancia sali¨® a defenderla con manifestaciones en las calles. D¨ªas antes, la Fiscal¨ªa hab¨ªa pedido 12 a?os de prisi¨®n en su contra por malversaci¨®n y ser jefa de una asociaci¨®n il¨ªcita. La petici¨®n de condena llev¨® al kirchnerismo a tomar las calles, con vigilias y manifestaciones frente a la casa de la vicepresidenta durante una semana. Fue en ese contexto cuando un hombre intent¨® dispararle, sin que saliese la bala.
La euforia con que fue defendida entonces contrasta con la resignaci¨®n con la que se ha esperado la condena este martes. Un centenar de personas se reunieron frente al edificio del Congreso, en el centro de Buenos Aires, a esperar su salida. Un grupo similar se reuni¨® a las afueras de los tribunales federales donde se ley¨® el veredicto.
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