Diez exalumnos denuncian por abusos sexuales al colegio jesuita donde ense?¨® el Papa
La Justicia requisa la escuela y un centro de la orden en busca de evidencias sobre los presuntos abusos perpetrados por el hermano C¨¦sar Fretes y el encubrimiento de las autoridades
El Colegio El Salvador, con m¨¢s de 150 a?os de historia, es la escuela jesuita m¨¢s renombrada de Argentina. Pero la instituci¨®n se enfrenta ahora a una denuncia penal por el presunto encubrimiento de los ...
El Colegio El Salvador, con m¨¢s de 150 a?os de historia, es la escuela jesuita m¨¢s renombrada de Argentina. Pero la instituci¨®n se enfrenta ahora a una denuncia penal por el presunto encubrimiento de los abusos sexuales perpetrados por un profesor a decenas de alumnos entre 1998 y 2003. Sus v¨ªctimas, que entonces ten¨ªan entre 10 y 11 a?os, acusan a las autoridades escolares de haber sido part¨ªcipes necesarias de los abusos y critican el desinter¨¦s del Papa, que fue profesor all¨ª en los a?os sesenta.
El hermano C¨¦sar Fretes era el tutor de sexto de primaria, un cargo que le permit¨ªa llamar a los alumnos en cualquier momento y recibirlos a solas en un aula. Era, tambi¨¦n, acompa?ante en los campamentos y retiros espirituales que organizaba el colegio. Ese contexto propici¨® que encontrase espacios para ¡°abusar de al menos 42 alumnos de la instituci¨®n¡±, seg¨²n la denuncia. Diez de ellos han dado el paso de presentarse ante los tribunales. Aunque Fretes falleci¨® en 2015, acusan a cinco exautoridades jesuitas de la escuela como ¡°como part¨ªcipes necesarios de los delitos de abuso sexual, corrupci¨®n de menores y encubrimiento agravado¡±. La pena contemplada por estos cargos es de 15 a?os de c¨¢rcel.
Seg¨²n los denunciantes, el hecho de que fuese el responsable de impartir educaci¨®n sexual le permit¨ªa ganarse la confianza de los ni?os para despu¨¦s manipularlos y poder perpetrar el abuso. Casi todos tardaron a?os en lograr verbalizarlo y cuando lo hicieron, cre¨ªan que s¨®lo les hab¨ªa ocurrido a ellos. La soledad comenz¨® a quebrarse el a?o pasado cuando Gonzalo Elizondo y Pablo Vio alzaron la voz. Tras ellos, empezaron a aparecer otras v¨ªctimas. Hasta la fecha tienen contabilizadas 42, pero creen que la cifra real podr¨ªa ser el doble.
Nicol¨¢s Quinteros necesito m¨¢s de 15 a?os en procesarlo. Fue consciente por primera vez al cont¨¢rselo a su pareja, a ra¨ªz de una charla que mantuvieron sobre la pol¨¦mica en Argentina por la aplicaci¨®n de la educaci¨®n sexual integral (ESI) en las escuelas. ¡°Era el a?o 2016, 2017, y en los medios se hablaba de la ESI. Le dije a mi pareja que estaba muy a favor de que se implementara bien porque yo hab¨ªa tenido una experiencia muy fea que no deber¨ªa haber pasado y que no hubiera pasado de haberse implementado bien. Le cont¨¦ que ese tipo, C¨¦sar Fretes, un d¨ªa me vio angustiado, llorando y me dijo: ¡®And¨¢ a esperarme al ba?o¡±. Cuando el profesor entr¨®, estaban los dos solos. Con excusas, lo convenci¨® para que le mostrase los genitales. ¡°Nico, eso no fue ESI mal dada, fue un abuso, eras menor¡±, le dijo su mujer, seg¨²n recuerda en una entrevista con EL PA?S.
¡°Yo hace tiempo que lo tengo identificado como abuso y le pongo ese nombre, pero hasta el a?o pasado pensaba que me hab¨ªa pasado solo a m¨ª. Ver que hubo 40 casos, que quiz¨¢s son muchos m¨¢s, lo cambia todo¡±, asegura Francisco Segovia. ¡°Estamos ante un hecho que es de naturaleza colectiva, no fue un loquito que tiene una perversi¨®n, una conducta mal acomodada, sino que a su alrededor hubo gente con funciones eclesi¨¢sticas y educativas se organizaron para taparlo y para proteger la imagen del colegio, dej¨¢ndonos totalmente despojados de contenci¨®n¡±, agrega Segovia.
Hace una semana, la Justicia orden¨® dos allanamientos en el marco de la causa: en la sede del colegio y en la del Centro Loyola de la Orden Jesuita, en la localidad bonaerense de San Miguel. Los denunciantes aseguran que entre la documentaci¨®n que se encontr¨® hay papeles que demuestran que tanto el entonces rector, Rafael Velasco, como otras autoridades de la escuela sab¨ªan que Fretes era un pederasta y lo toleraron hasta que se multiplicaron las denuncias. Los acusan, adem¨¢s, de no haber investigado a fondo las primeras acusaciones contra ¨¦l, que se remontan a 1998, y de haber permitido que Fretes regresase a la escuela de visita despu¨¦s de su expulsi¨®n.
El colegio expres¨® su postura a trav¨¦s de un breve comunicado, al igual que ya hizo el a?o pasado, cuando Elizondo y Vio hicieron p¨²blicos los abusos por primera vez. En el texto, emitido tras los allanamientos, informa que ofrecieron ¡°toda su colaboraci¨®n para que los oficiales intervinientes pudiesen desarrollar el procedimiento a fin de que se puedan aclarar los hechos bajo investigaci¨®n¡±.
La Compa?¨ªa de Jes¨²s, organizaci¨®n de la que depende la escuela, destac¨® tambi¨¦n como se?al de colaboraci¨®n que ¡°hizo llegar de modo espont¨¢neo al Juzgado mayor informaci¨®n que la existente en las sedes educativas, ya que la misma se encontraba en la Sede Curial donde no se dispuso allanar¡±.
Uno de los abogados de la querella, Carlos Lombardi, califica de ¡°caprichosa¡± e ¡°hip¨®crita¡± la colaboraci¨®n de las autoridades escolares por considerar que entregan la documentaci¨®n que quieren y que les interesa m¨¢s salvaguardar la imagen de la instituci¨®n que lograr reparar el da?o causado. ¡°Antes, el modus operandi era proteger al abusador como d¨¦ lugar. Y cuando era insostenible, expulsarlo. Ahora, el modus operandi es blindar a la instituci¨®n, sin dar informaci¨®n a las v¨ªctimas, y limitarse a pedir perd¨®n¡±, asegura Lombardi.
Fretes muri¨® impune en 2015, pero los denunciantes conf¨ªan en que el c¨ªrculo que lo encubri¨® no lo haga. El principal obst¨¢culo para el avance de la causa es la prescripci¨®n de la acci¨®n penal. La ley que ampli¨® los plazos de prescripci¨®n se aprob¨® en 2015 y los delitos que se quieren juzgar son anteriores, pero Lombardi cita precedentes como el del cura Justo Ilarraz -condenado a 25 a?os de c¨¢rcel-para creer que pueden sentarlos en el banquillo de los acusados.
¡°Vamos a insistir con que se aplique la convenci¨®n de los derechos del ni?o, que ya estaba vigente en 2003. La Justicia deber¨ªa hacer prevalecer ese principio porque el paso del tiempo s¨®lo perjudica y profundiza el dolor de las v¨ªctimas¡±, se?ala el abogado.
Los denunciantes coinciden con Lombardi. ¡°Dicen que eran otros tiempos, pero s¨ª hab¨ªa leyes de la ciudad donde te obligaban a informar sobre este tipo de casos¡±, sostiene Elizondo. Despu¨¦s de un a?o de buscar respuestas en el colegio, asegura que no ha obtenido ninguna. Tambi¨¦n qued¨® sin responder la carta que le mand¨® al Papa Francisco. Por ese motivo, su desconfianza hacia el compromiso real de la Iglesia cat¨®lica contra la pederast¨ªa es enorme.
¡°Rafael Velasco era el rector del colegio en esos a?os, cuado ocurrieron estos abusos y hoy en d¨ªa es la m¨¢xima autoridad de la Compa?¨ªa de Jes¨²s en Argentina, es decir, la m¨¢xima autoridad de los jesuitas en el pa¨ªs en el que estamos denunciando. A otro de los que denunciamos, Andr¨¦s Aguerre, lo premiaron el a?o pasado con el cargo de rector de la Universidad Cat¨®lica de C¨®rdoba. Es muy chocante, que digamos que hicieron posibles los abusos, que los encubrieron y que parezca como si no importara¡±, denuncia Elizondo. Todas sus esperanzas est¨¢n puestas hoy en la Justicia.
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