Las encuestas dejan abierta la segunda vuelta en Argentina con una ligera ventaja para Milei
Los 2,3 puntos que le saca la derecha a Massa caen dentro del margen de error y est¨¢n sujetos a una alta incertidumbre por los variados pron¨®sticos entre encuestadoras y la subestimaci¨®n del candidato oficialista en primera vuelta
Milei: 51,1%. Massa: 48,8%. Ah¨ª se queda el promedio de las ¨²ltimas quince encuestas registradas en Argentina antes de la segunda vuelta de las presidenciales m¨¢s re?idas, y a la vez m¨¢s at¨ªpicas, que recuerda Argentina. El candidato heredero del oficialismo y el outsider por la derecha pr¨¢cticamente empatan cuando uno sale de los decimales y contextualiza esos dos estimados que rozan por arriba o por abajo el 50%, con un promedio que elimina de su base de c¨¢...
Milei: 51,1%. Massa: 48,8%. Ah¨ª se queda el promedio de las ¨²ltimas quince encuestas registradas en Argentina antes de la segunda vuelta de las presidenciales m¨¢s re?idas, y a la vez m¨¢s at¨ªpicas, que recuerda Argentina. El candidato heredero del oficialismo y el outsider por la derecha pr¨¢cticamente empatan cuando uno sale de los decimales y contextualiza esos dos estimados que rozan por arriba o por abajo el 50%, con un promedio que elimina de su base de c¨¢lculo a los indecisos y al voto en blanco registrado por las encuestas para acercarse su foto a la imagen de lo que podr¨ªamos ver este domingo.
La diferencia de 2,3 puntos porcentuales cae dentro del margen de error de la mayor¨ªa de encuestas publicadas no ya en Argentina, sino de pr¨¢cticamente cualquier pa¨ªs. Bastar¨ªa para un vuelco en la victoria con un cambio de la mitad, de 1,2 a favor de uno de los candidatos, que ser¨ªa por mec¨¢nica en contra del otro. Son muy pocas las encuestas que logran, sobre el papel, reducir el margen de error por debajo de ese ¡°m¨¢s o menos¡± (suma o resta) de 1,2 puntos. Casi ninguna lo hace de manera cre¨ªble fuera del papel. Y ning¨²n promedio construido con esta materia prima puede, por l¨®gica, reducir significativamente esta ventana de incertidumbre.
De hecho, un an¨¢lisis desagregado de esas quince encuestas que conforman el promedio muestra que la frecuencia de diferencias absolutas entre candidatos por encima de ese 2,3 es alta. Lo que est¨¢ pasando en realidad es que nueve de ellas le dan la victoria a Javier Milei, pero seis se la dan a Sergio Massa. Las diferencias van del 0,8 al 9,9 pero en ambas direcciones: las casas de encuestas no pintan en su conjunto una carrera similar, apretada, pero con ligera ventaja a Milei como lo hace el promedio. No: las fotos de la competici¨®n var¨ªan sustancialmente entre s¨ª, lo que solo a?ade, no resta, incertidumbre a cualquier pron¨®stico.
Esto es porque, a la hora de construir un pron¨®stico con varias fuentes de informaci¨®n, es radicalmente distinto contar con un consenso entre ellas que con semejante disenso. Ante una varianza tan considerable, la media aritm¨¦tica no puede ni debe ser interpretada sin ella. Ese 51,1% de Milei sube hasta el 54,9% pero tambi¨¦n baja a 48,4%. De la misma manera, el 48,8% promedio de Massa toca suelo en el 45,1% pero su techo supera el 51% en m¨¢s de un sondeo. Estos son los m¨¢rgenes reales de la duda antes del domingo.
Cierto es que, a¨²n as¨ª, m¨¢s encuestas parecen caer de un lado (Milei) que del otro (Massa). Pero al mismo tiempo el error m¨¢s sustancial entre los promedios de la primera vuelta y el resultado final de entonces fue, precisamente, la sub-estimaci¨®n del candidato oficialista. En las PASO el error fue para Milei. Pero los ajustes metodol¨®gicos entre entonces y ahora eran m¨¢s factibles y cre¨ªbles por el tiempo extendido (de agosto a octubre), y porque el tipo de elecci¨®n era notablemente distinta. As¨ª, si habr¨ªa que asignar probabilidades entre errores potenciales (a favor de Milei, a favor de Massa), quiz¨¢s el sesgo hacia la derecha sea ligeramente m¨¢s cre¨ªble.
En cualquier caso, estas tres fuentes de duda (el escaso margen del promedio, su variopinta composici¨®n encuesta por encuesta, y el error en primera vuelta) aconsejan cautela en interpretar el promedio actual como un resultado probable. Es m¨¢s, m¨¢s que una imagen de lo cerrado de esta elecci¨®n, un retrato de la incertidumbre que le rodea.
Metodolog¨ªa del promedio. Este promedio tiene en cuenta la ¨²ltima versi¨®n de cada sondeo publicada por casas de encuestas con alg¨²n campo realizado desde el 1 de noviembre y hasta el d¨ªa 13, consultadas en la tarde del jueves 16 de noviembre.
Para hacer comparables las encuestas entre s¨ª y acercar al m¨¢ximo el n¨²mero final posible a la imagen percibida por los sondeos, el promedio se realiza excluyendo a los indecisos y al voto en blanco de la base de c¨¢lculo. As¨ª, si por ejemplo una encuesta le da 50% al candidato A, 40% al candidato B, y recoge un 10% de indecisos -los porcentajes de los candidatos A y B son recalculados con la base del total de votos decididos, que en este caso ser¨ªa 50+40=90. El candidato A pasar¨ªa a tener 50/90=55,55%. El candidato B 40/50=44,44%. A continuaci¨®n se listan todas las encuestas recogidas en su versi¨®n original.