Las encuestas fallaron en el ganador de las elecciones en Argentina, pero acertaron en lo esencial
La mayor¨ªa de los sondeos adelant¨® una segunda vuelta entre el peronismo y la ultraderecha
En una elecci¨®n tan re?ida como la que Argentina ha experimentado en la primera vuelta presidencial, lo m¨ªnimo que se espera de las encuestas es que proporcionen respuestas claras a las interrogantes fundamentales. En este caso, se planteaban dos cuestiones esenciales: si un candidato lograr¨ªa ganar la presidencia en la primera instancia, evitando una segunda vuelta, y derivado de ello, en caso de requerirse un segundo round, ?qu¨¦ contendientes avanzar¨ªan? Las encuestas, en su mayor¨ªa, acertaron al anticipar que ser¨ªan Javier Milei, representando a la derecha, y Sergio Massa, por la izquierda, quienes competir¨ªan en una eventual segunda vuelta, viendo como muy improbable que cualquier candidato alcanzase el 45% de los votos o el 40% con una diferencia de 10 puntos sobre el segundo, tal como estipula la normativa argentina. No obstante, pese a este acierto, la valoraci¨®n posterior general ha venido a cuestionar la precisi¨®n de las encuestas. La raz¨®n principal es que muchas predicciones se?alaban a Milei como el favorito, pero finalmente fue Sergio Massa quien lider¨® la contienda.
La fijaci¨®n cognitiva de nuestra atenci¨®n con el ganador es algo inherente a cualquier competencia electoral. Y es que los candidatos no solo se baten con respecto a s¨ª mismos, sino con respecto a las expectativas. Ahora mismo, el titular y el an¨¢lisis en la mayor¨ªa de medios y en las redes en Argentina se centra precisamente en el hecho de que m¨¢s all¨¢ de los n¨²meros absolutos de votos, lo que realmente ha sorprendido es c¨®mo las expectativas, alimentadas en cierta medida por estas encuestas, han enmarcado, condicion¨¢ndola, la percepci¨®n del resultado. Es com¨²n que un candidato que supera las expectativas, incluso si no gana, sea percibido como un ¡°ganador moral¡±. Por otro lado, aquel que no cumple con lo anticipado, a¨²n siendo el m¨¢s votado, puede ser visto como un candidato debilitado. Massa, al superar a Milei pese a las predicciones, desafiado las expectativas previas, ganando un impulso adicional en la percepci¨®n p¨²blica. Resulta parad¨®jico, eso s¨ª, que estas expectativas quedaran fijadas hace apenas dos meses, cuando los sondeos no acertaron en el volumen de votos que recibir¨ªa Milei.
Al observar los datos a nivel nacional en comparaci¨®n con los resultados electorales, esta doble valoraci¨®n se manifiesta con claridad. Por un lado, las encuestas acertaron al identificar a los tres primeros candidatos, al destacar la brecha entre estos y el resto de competidores, y al prever que Patricia Bullrich no avanzar¨ªa a la segunda vuelta. Asimismo, el promedio esperaba que ning¨²n aspirante lograr¨ªa la victoria en la primera ronda. No obstante, se observa una subestimaci¨®n notable de Sergio Massa y, aunque en menor medida, una sobreestimaci¨®n en favor de Javier Milei.
Esta metodolog¨ªa ha resultado en que el promedio sea m¨¢s preciso en el caso de Sergio Massa al no incluir a los indecisos. Sin embargo, ha sido ligeramente menos exacto en el caso de Milei y un poco menos a¨²n con Bullrich.
?ntimamente relacionado con esto queda la participaci¨®n, que en esta ocasi¨®n ha sido notablemente m¨¢s baja que en los ¨²ltimos a?os. La decisi¨®n de si participar o no es, en realidad, m¨¢s frecuente que la de cambiar voto entre candidatos. En un contexto como el argentino, caracterizado por su extrema polarizaci¨®n, es m¨¢s com¨²n que los votantes fluct¨²en entre votar o abstenerse, en lugar de cambiar su preferencia entre distintos partidos. Aunque es cierto que se ha visto una tendencia de transferencia de votos entre los dos candidatos de derecha, para Massa, el incremento en su apoyo probablemente se debe m¨¢s a la movilizaci¨®n de esos indecisos que a la transferencia directa de votos de otros candidatos hacia ¨¦l.
Si tomamos las encuestas bas¨¢ndonos en las cifras que cada una report¨® en su ¨²ltima versi¨®n, es decir, reincorporando a los indecisos en la base de votantes, observamos lo siguiente: La gran mayor¨ªa, si no todas, acertaron en prever qui¨¦nes avanzar¨ªan a la segunda vuelta, y sin excepci¨®n, todas anticiparon correctamente la necesidad de esta segunda instancia. Solamente dos de ellas erraron al predecir que ser¨ªa una segunda vuelta entre Massa y Milei, mientras que solo una, por el contrario, acert¨® en este pron¨®stico.
Es de esperar que ahora, como sucedi¨® tras las primarias, cuando las encuestas no anticiparon el alto voto a la primaria de Milei, las casas de encuestas realicen ajustes en sus m¨¦todos y calibren estimaciones de cara a la segunda vuelta. Los factores determinantes para una calibraci¨®n efectiva y que permita obtener pron¨®sticos m¨¢s certeros en el futuro radican, justamente, en la adecuada interpretaci¨®n de la indecisi¨®n y la abstenci¨®n de los votantes.
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