As¨ª fue la primera gran protesta callejera contra Javier Milei
Organizaciones sociales marchan contra los recortes econ¨®micos. El Gobierno ultraderechista amenaza con el uso de la fuerza y el retiro de la ayuda social a quienes se sumen a las manifestaciones
Miles de argentinos se manifiestan este mi¨¦rcoles por primera vez contra el Gobierno del ultraderechista Javier Milei y su duro recorte del gasto p¨²blico en un clima de tensi¨®n. Buenos Aires amaneci¨® con un gran despliegue policial en los accesos a la ciudad y las estaciones de tren y este aument¨® a medida que se acercaba el horario previsto de la manifestaci¨®n, las cuatro de la tarde. Los alrededores de Plaza de Mayo, frente a la Plaza de Mayo fueron blindados con antidisturbios con un objetivo claro: evitar mediante el uso de la fuerza el corte de calles y garantizar la libre circulaci¨®n.
Se trata de un giro de 180 grados en la respuesta estatal a los piquetes, una de las formas m¨¢s comunes de protesta en Argentina, que consiste en bloquear calles y carreteras durante horas, a veces incluso d¨ªas. En las ¨²ltimas d¨¦cadas hubo una gran tolerancia hacia estas manifestaciones y en algunas de ellas participaron incluso el propio Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Sin embargo, la actitud del Gobierno de Milei no es una sorpresa. El control de la calle fue una de sus promesas de campa?a y es la m¨¢s popular, incluso entre aquellos que no son sus votantes. El 65% de la poblaci¨®n est¨¢ de acuerdo con que el Gobierno garantice la libre circulaci¨®n, seg¨²n una encuesta del Observatorio de Psicolog¨ªa Social Aplicada de la Universidad de Buenos Aires realizada la semana pasada. Por el contrario, m¨¢s del 50% se opone a otras promesas como la dolarizaci¨®n, la privatizaci¨®n de la petrolera estatal YPF, la desregulaci¨®n del precio de los alimentos y combustibles y la eliminaci¨®n de los subsidios a la energ¨ªa y el transporte p¨²blico.
La marcha de este 20 de diciembre fue convocada con semanas de antelaci¨®n. La idea original era recordar, como todos los a?os, a las v¨ªctimas de la violenta represi¨®n que marc¨® el final del Gobierno de Fernando de la R¨²a en 2001. Un total de 39 personas murieron y cerca de 500 resultaron heridas durante dos jornadas de protestas multitundinarias. Sin embargo, el plan de ajuste econ¨®mico anunciado por Milei la convirti¨® en la primera protesta contra su administraci¨®n.
El Gobierno hizo todo lo posible por disuadir a los manifestantes. Pidi¨® evitar la participaci¨®n de ni?os ¡°para no exponerlos al calor y la violencia¡± y amenaz¨® con retirar las ayudas sociales a aquellos que cortasen la calle.
La poblaci¨®n m¨¢s pobre qued¨® as¨ª atrapada entre dos extremos: las organizaciones sociales, que animaban a manifestarse, y el Gobierno, que advert¨ªa que no lo hiciesen y habilit¨® una l¨ªnea telef¨®nica para denunciar de forma an¨®nima si los obligaban a asistir a la marcha. Seg¨²n fuentes oficiales, m¨¢s de 9.000 personas llamaron para denunciar amenazas de las organizaciones sociales.
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