De las relaciones internacionales a las relaciones entre facciones
Es una tendencia cada vez m¨¢s frecuente. El presidente, el primer ministro o cualquier funcionario, olvida su investidura p¨²blica y arremete contra el dirigente de otro pa¨ªs por motivos ideol¨®gicos. El inter¨¦s nacional va siendo reemplazado por el inter¨¦s de una facci¨®n
La pol¨ªtica, sobre todo en tiempos en que transcurre por las redes sociales, ha tomado al odio y a la ira como insumo principal. Liderar es enojar. Sobre todo, cuando se trata de sociedades angustiadas por la incertidumbre y el malestar material. El m¨¦todo es bastante elemental. Todos los d¨ªas debe identificarse un enemigo y movilizar a la opini¨®n p¨²blica contra ¨¦l.
Esta t¨¦cnica, que suele emplearse en la disputa de poder dom¨¦stica, plantea inconvenientes i...
La pol¨ªtica, sobre todo en tiempos en que transcurre por las redes sociales, ha tomado al odio y a la ira como insumo principal. Liderar es enojar. Sobre todo, cuando se trata de sociedades angustiadas por la incertidumbre y el malestar material. El m¨¦todo es bastante elemental. Todos los d¨ªas debe identificarse un enemigo y movilizar a la opini¨®n p¨²blica contra ¨¦l.
Esta t¨¦cnica, que suele emplearse en la disputa de poder dom¨¦stica, plantea inconvenientes imprevistos cuando se expande hacia las relaciones exteriores. Es una tendencia cada vez m¨¢s frecuente, que ya no se inspira en conflictos entre estados o gobiernos. El presidente, el primer ministro o cualquier simple funcionario, olvida su investidura p¨²blica y arremete contra el dirigente de otro pa¨ªs por motivos ideol¨®gicos. La diplomacia comienza a desfigurarse. El inter¨¦s nacional va siendo reemplazado por el inter¨¦s de una facci¨®n.
El espacio iberoamericano se est¨¢ contaminando con este nuevo estilo. La demostraci¨®n m¨¢s estridente ha sido el cruce de declaraciones entre el Gobierno argentino y el Gobierno de Espa?a. Pero el problema tiene un alcance mucho m¨¢s extenso.
El entredicho que desataron las insinuaciones del ministro ?scar Puente al hablar de las ¡°sustancias que consume¡± el presidente argentino Javier Milei se inscribe en un contexto de profunda adversidad. Hay que recordar lo que pas¨®. Cuando Milei gan¨® las elecciones, el titular del gobierno socialista, Pedro S¨¢nchez, no expres¨® felicitaci¨®n alguna. En cambio, desde su flanco izquierdo, Yolanda D¨ªaz se?al¨® que ¡°es un d¨ªa triste para el bloque democr¨¢tico en todo el mundo¡±. Para ese entonces el apellido Milei ya ten¨ªa un significado en la pol¨ªtica espa?ola: era un aliado militante de Santiago Abascal y la ultraderecha de Vox.
Tambi¨¦n hay que vislumbrar lo que est¨¢ por ocurrir: el presidente argentino visitar¨¢ Espa?a pero no para desarrollar actividades oficiales sino para participar de una reuni¨®n de Vox. Es posible que unos d¨ªas antes aparezca por Madrid la vicepresidenta, Victoria Villarruel, aunque ese viaje todav¨ªa no est¨¢ definido. Alg¨²n funcionario de S¨¢nchez con capacidades premonitorias busc¨® un intermediario, hace ya semanas, para sugerirle a la canciller¨ªa argentina que modere los arrebatos de su presidente contra los gobiernos de izquierda.
La presencia de Milei en la asamblea de Vox es promocionada por Abascal con la consigna ¡°ven a ver sacudir a los zurdos¡±. El presidente argentino llega all¨ª en el avi¨®n oficial, cuyos costes abonan todos los contribuyentes. Tambi¨¦n ¡°los zurdos¡± que ser¨¢n sacudidos. Nada que sorprenda. El l¨ªder de La Libertad Avanza ya concurri¨®, siendo jefe de Estado, a una cumbre conservadora en homenaje a Donald Trump, en los Estados Unidos. M¨¢s tarde debi¨® matizar ese favoritismo, acaso por alguna queja discreta del Departamento de Estado, diciendo que ¨¦l era amigo tambi¨¦n de los dem¨®cratas.
Milei aprecia mucho que su imagen de profeta capitalista y conservador se proyecte fuera de la Argentina. Se comprende as¨ª lo que parece inexplicable para el protocolo de los diplom¨¢ticos. En vez de reaccionar con un sobrio comunicado de la Canciller¨ªa, Milei encarg¨® a su propia oficina emitir un comunicado furibundo con el inventario de todos los males con los que Vox caracteriza al Gobierno de S¨¢nchez. Mencion¨® las acusaciones de corrupci¨®n contra su esposa. Le reproch¨® de poner en peligro la unidad del Reino de Espa?a pactando con separatistas; amenazar la seguridad f¨ªsica de las mujeres al permitir la inmigraci¨®n ilegal; y afectar el bienestar de la clase media, por ¡°sus pol¨ªticas socialistas que s¨®lo traen pobreza y muerte¡±.
El ministro Puente suele ser agresivo en sus expresiones. Poco tiempo atr¨¢s, ante la consulta de un periodista de Venezuela sobre los ataques a los que la prensa es sometida en su pa¨ªs, contest¨®: ¡°Me llama mucho la atenci¨®n que los que se quejan de un gobierno socialcomunista vengan a Espa?a, donde tenemos otro gobierno socialcomunista¡±. Durante el fin de semana, Puente explic¨® que la diatriba de Milei hab¨ªa sido pensada como un ataque de la ultraderecha a S¨¢nchez, de parte de Vox. El gobierno socialista contest¨® de manera muy sobria, rechazando las imputaciones y reclamando por el cuidado de la hermandad de espa?oles y argentinos.
Las vinculaciones entre corrientes ideol¨®gicas determinan un juego de espejos. La pol¨¦mica entre la administraci¨®n de S¨¢nchez y la de Milei impuls¨® a Alberto Fern¨¢ndez, el expresidente argentino, a entrar en el juego. Fern¨¢ndez dijo que quer¨ªa romper el silencio que mantuvo hasta ahora porque se siente v¨ªctima de los ataques de ¡°la derecha¡±. A partir de esa premisa intent¨® identificarse con S¨¢nchez. Por ejemplo, volvi¨® a celebrarse a s¨ª mismo por la manera en que reaccion¨® a las cr¨ªticas que le llovieron cuando, en plena pandemia, mientras todos los argentinos permanec¨ªan encerrados por decreto, ¨¦l celebr¨® el cumplea?os de su esposa con una fiesta nocturna en la residencia presidencial. Ahora, a la luz de lo que sucedi¨® con S¨¢nchez, Fern¨¢ndez descubri¨® que ¡°la derecha¡± se hab¨ªa ensa?ado con la primera dama. De paso, revel¨® que hizo gestiones con el colombiano Gustavo Petro y con el brasile?o Lula da Silva para disuadir al presidente del gobierno de Espa?a de renunciar a su cargo. Tal vez S¨¢nchez no agradezca esa infidencia.
Milei tambi¨¦n se hab¨ªa dirigido en t¨¦rminos insultantes, en su momento, a Petro y Lula. Al primero lo calific¨® de asesino y al segundo de corrupto. Es verdad que ambos alertaron acerca de que un triunfo del l¨ªder de la ultraderecha argentina podr¨ªa significar un atentado contra la democracia. La tensi¨®n con el presidente de Brasil es un problema para una relaci¨®n bilateral con much¨ªsimos intereses cruzados. Por eso las canciller¨ªas de los dos pa¨ªses est¨¢n tratando de reparar las roturas. Lula y Milei deber¨ªan encontrarse en junio para una cumbre del Mercosur.
El cruce, muy subido de tono, entre Madrid y Buenos Aires, es s¨®lo una de las tormentas diplom¨¢ticas que sacuden a la regi¨®n. El mexicano Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador puso la relaci¨®n de su pa¨ªs con Espa?a al borde del abismo cuando resolvi¨® agitar la bandera indigenista y reclamar a la vieja metr¨®poli imperial que pida perd¨®n por las vejaciones cometidas contra la poblaci¨®n aborigen durante la conquista de Am¨¦rica. L¨®pez Obrador cambi¨® el discurso anti-imperialista con blanco en los Estados Unidos por otro, m¨¢s artificial y anacr¨®nico, pero tal vez m¨¢s inofensivo, dirigido a los espa?oles.
Si gira la cabeza hacia el sur, L¨®pez Obrador se ve envuelto en otra pelea. El gobierno de Ecuador, que preside Daniel Noboa, denunci¨® al de M¨¦xico ante la Corte Internacional de Justicia por haber interferido en los asuntos internos de su pa¨ªs al conceder asilo al exvicepresidente Jorge Glas, figura destacada de las filas de Rafael Correa, cuando ya acumulaba dos condenas por corrupci¨®n. L¨®pez Obrador tambi¨¦n hab¨ªa llevado a Ecuador a los mismos tribunales por haber irrumpido en su embajada en Quito para detener a Glas.
Esta agenda de altercados se extiende para dolor de cabeza de Andr¨¦s Allamand, el ex ministro de Relaciones Exteriores de Chile, que hoy ocupa al Secretar¨ªa General Iberoamericana, encargada de la cumbre Iberoamericana que debe celebrarse en Ecuador en noviembre de este a?o. Allamand deber¨¢ recurrir a todas sus artes diplom¨¢ticas para que el tema de la reuni¨®n, en vez de ser ¡°Innovaci¨®n, Inclusi¨®n, Sostenibilidad¡±, como promete el programa, no sea reemplazado por ¡°Pugilato¡±.
Este ambiente belicoso demuestra que tambi¨¦n en una escala superior a la nacional el motor de la pol¨ªtica es la ira. Los jefes de Estado prefieren ser jefes de una tribu ideol¨®gica, que se cohesiona por confrontaci¨®n con otra tribu, inclusive m¨¢s all¨¢ de la frontera. La pol¨ªtica internacional va perdiendo contenido y cediendo espacio a otra, m¨¢s primitiva, que se podr¨ªa llamar ¡°interfacciosa¡±. Por esa pendiente la regi¨®n ya ha perdido una agenda que la integre. Los Estados quedan incomunicados como consecuencia de una gresca de caudillos.