La rana hervida
Hay da?os que se producen a c¨¢mara lenta. Cuando finalmente quedan en evidencia, las reacciones para evitarlos resultan in¨²tiles. Es lo que est¨¢ ocurriendo en Argentina
Si se arroja a una rana viva en una olla con agua hirviendo, saltar¨¢ hacia afuera de inmediato. Si se la pone en agua tibia y se calienta el agua despacio, no percibir¨¢ el peligro y terminar¨¢ muerta. La analog¨ªa se usa para describir da?os que se producen en c¨¢mara lenta. Cuando finalmente quedan en evidencia, las reacciones para evitarlos resultan in¨²tiles. Se sabe que el presidente argentino Javier Milei y la vicepresidenta Victoria Villarruel se refieren a la represi¨®n ejercida por la dictadura como ¡°una guerra¡± y no como terrorismo de Estado, y que niegan la cifra de 30.000 desaparecidos. Se sabe que esa postura recibe el repudio de organismos de derechos humanos y buena parte de la sociedad, que llen¨® la Plaza de Mayo el 24 de marzo para conmemorar el golpe de Estado de 1976. Se sabe bastante menos que tres d¨ªas despu¨¦s, el 27 de marzo, Luis Petri, ministro de Defensa, orden¨® desmantelar ¨Ddespidi¨® a 10 de sus 13 empleados¨D el Equipo de Relevamiento y An¨¢lisis documental (ERyA) que desde 2010 trabaja sobre archivos desclasificados de las Fuerzas Armadas. Su tarea consist¨ªa en analizar, a pedido de la justicia, documentos producidos durante la dictadura: informes, registros de operaciones. Hace a?os Maco Somigliana, miembro del Equipo Argentino de Antropolog¨ªa Forense, dijo: ¡°Mientras el Estado llevaba adelante una campa?a de represi¨®n clandestina, segu¨ªa registrando cosas con su aparato burocr¨¢tico. Es como una rueda grande y una rueda peque?a. Vos pod¨¦s conocer lo que pasa en la primera por lo que pasa en la segunda¡±. Los documentos que el ERyA relev¨® fueron pruebas valiosas en causas por delitos de lesa humanidad. Hern¨¢n L¨®pez, uno de los historiadores despedidos, dijo: ¡°Nos echaron no por no hacer, sino por lo que hicimos¡±. Petri asegur¨® que se trataba de ¡°un grupo parajudicial¡±. La noticia no tuvo mucha repercusi¨®n. La llama aporta su calor al agua en la que nada, ya muy inquieta, la rana.
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