La motosierra de Milei que inspira a Musk

El desguace del Estado argentino tiene ministerio propio. Funciona en un edificio art dec¨® de los a?os treinta con pisos y escaleras de m¨¢rmol ornamentadas en bronce. Se construy¨® en 1936 a pocas calles de la Casa Rosada, como sede de la petrolera Shell. Es una exhibici¨®n de la ¡°Argentina potencia¡± que el presidente, Javier Milei, promete recuperar. Para el a?o de su construcci¨®n, sin embargo, el modelo agro exportador que hoy defiende Milei ya agonizaba. Y pronto llegar¨ªa el peronismo y todo lo que para Milei est¨¢ mal: lo que llama la ¡°decadencia populista¡± y el ¡°Estado opresor¡±. En ese mismo sitio, un centenar de funcionarios piensan d¨ªa a d¨ªa como achicar el Estado y eliminar la burocracia que impide ¡°el funcionamiento de las empresas¡±. En poco m¨¢s de un a?o, los equipos de Milei cerraron 250 direcciones nacionales, secretarias y subsecretar¨ªas, y dejaron en la calle a 40.000 empleados p¨²blicos. Eliminaron adem¨¢s cientos de leyes, decretos y ordenanzas. El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto los ojos sobre el trabajo del argentino. Inspirado o no en su amigo del sur, orden¨® al multimillonario Elon Musk que encabece un Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en ingl¨¦s).

El DOGE tiene oficinas en la Casa Blanca y su objetivo es ¡°desmantelar la burocracia, eliminar las regulaciones excesivas, recortar los gastos innecesarios y reestructurar las agencias federales¡±. El modelo argentino promete tambi¨¦n reducir el gasto. Al frente est¨¢ Federico Sturzenegger, un acad¨¦mico que tuvo un paso amargo por la direcci¨®n del Banco Central durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019). Milei lo considera un ¡°coloso¡± y cuando lleg¨® al poder le pidi¨® su ayuda, primero como asesor y luego como ministro. Su segundo en el cargo es Maximiliano Fari?a, un joven economista especializado en comercio internacional. ¡°Hay intercambios¡±, reconoce este cuando se le consulta sobre la ¡°inspiraci¨®n¡± evidente que el DOGE encuentra en el ministerio argentino. ¡°Estados Unidos va a iniciar un camino de transformaci¨®n y Javier [Milei] es un representante internacional de ese mensaje. Pero no s¨¦ si la palabra correcta es ¡®asesorar¡¯. Estamos dispuestos a compartir nuestra experiencia e ideas a cualquier ministerio o pa¨ªs que lo solicite¡±, dice.

Elon Musk ha dicho que su intenci¨®n de reducir el presupuesto federal en casi 2 billones de euros, cerca del 30% del gasto p¨²blico. Para esto, ha anticipado medidas que pasan por cortar las subvenciones a ¡°grupos progresistas¡± como Planned Parenthood ¨Duna organizaci¨®n que ofrece servicios de interrupci¨®n voluntaria del embarazo¨D y el despido de funcionarios encargados de aplicar las normas contra el cambio clim¨¢tico. Trump, por su parte, considera al DOGE ¡°el Proyecto Manhattan de nuestro tiempo¡± y, en su primer d¨ªa de Gobierno, implement¨® por decreto una de las recomendaciones repetidas hasta el cansancio por Musk: exigirles presencialidad a los empleados p¨²blicos con la expectativa de generar una ¡°ola de renuncias¡±.

El modelo argentino lleva m¨¢s de un a?o en proceso y puede servir de espejo al estadounidense, aunque, hay que aclararlo, se est¨¦ ante Estados no comparables. El economista Hern¨¢n Letcher, director del Centro de Econom¨ªa Pol¨ªtica Argentina, dice que ¡°lo que puede significar desregulaci¨®n en Estados Unidos es distinto que en Argentina, porque Milei y Trump no son lo mismo, no piensan en un Estado igual¡±. El presidente estadounidense, dice Lechter, ¡°claramente quiere defender la industria local, mientras que el presidente argentino no¡±. ¡°Lo que pretende hacer Trump es que las empresas norteamericanas ganen plata¡±, insiste, y por ello suma regulaciones arancelarias y cierra fronteras.

El modelo de Milei es un Estado m¨ªnimo que libere recursos hacia el sector privado. El debate est¨¢ en los l¨ªmites de ese recorte. Milei asegura que su objetivo final es ¡°acabar con el Estado desde dentro¡±, aunque eso suponga afectar ¨¢reas como salud y educaci¨®n. Fari?a matiza la dimensi¨®n del ajuste. ¡°No nos ponemos una meta sin conocer la realidad, no es reducir por reducir. Estamos en un proceso de revisi¨®n ¨¢rea por ¨¢rea, en un continuo que iniciamos hace unos meses. A medida que avanzamos, cerramos ¨¢reas y direcciones, y eso nos llevar¨¢ tiempo. La motosierra tiene todav¨ªa mucho camino¡±, dice el viceministro.

La motosierra ya dej¨® en el camino miles de v¨ªctimas, sin que la sociedad parezca reparar mucho en ellas. El cambio de ¨¦poca es evidente: en el imaginario popular argentino se ha instalado que el empleado p¨²blico cobra su salario sin trabajar y que el Estado es una loza sobre el desarrollo personal. ¡°Estamos trayendo lo que la sociedad pidi¨® y quiere: un Estado m¨¢s chico que no se entrometa en sus vidas¡±, dice Fari?a.

El proceso de achique es m¨¢s bien burocr¨¢tico. ¡°Los primeros meses fueron de motosierra en las ¨¢reas que estaba claro que no ten¨ªan ning¨²n sentido, o donde ibas y hab¨ªa 2.000 personas que no sab¨ªas d¨®nde estaban. Ahora empezamos lo que llamamos la motosierra profunda, en donde estamos yendo ¨¢rea por ¨¢rea a revisar su funcionamiento¡±. Y pone como ejemplo las oficinas dedicadas a regular el turismo: ¡°Ten¨ªamos una direcci¨®n de agencias de viajes, una agencia nacional de control de agencias de viajes y una de registro de agencias de viajes. Todo para una tarea que ahora hacen los privados¡±.

La eliminaci¨®n de normativas, en cambio, es m¨¢s artesanal. ¡°En la primera etapa creamos un correo electr¨®nico, el mismo que usa el ministro, y pedimos por redes que la gente nos escribiera contando las normas que impiden su trabajo. Hubo una gran respuesta¡±, explica Fari?a. Cuando el correo del ministro fue evidentemente insuficiente, se cre¨® una plataforma en la web. ¡°En menos de 15 d¨ªas recibimos m¨¢s de 8.000 denuncias. Un equipo de 40 personas, integrado por economistas y abogados, toma esos reclamos, los segmenta con inteligencia artificial y se junta con cada uno de los ministerios para ver c¨®mo eliminar esa barrera. Es un Gobierno chico donde todos tenemos la misma visi¨®n, entonces la capacidad de resoluci¨®n es r¨¢pida. Hay cambios muy chiquitos, que se resuelven en 48 horas, y otros muy grandes, como el r¨¦gimen de navegaci¨®n, que pueden llevar uno o dos meses¡±, dice el viceministro.

Si Musk tomar¨¢ o no el modelo argentino, est¨¢ por verse. Por el momento, el magnate y el presidente argentino no ocultan su amistad y admiraci¨®n mutua. Musk fue anunciado por Trump como cabeza del DOGE el 12 de noviembre pasado, apenas una semana despu¨¦s de su reelecci¨®n. Ese mismo d¨ªa, Milei confirmaba en Argentina que Musk manten¨ªa ¡±conversaciones con Federico Sturzenegger para ver c¨®mo desregular la econom¨ªa estadounidense¡±. Sturzenegger, el ministro de Desregulaci¨®n, es tambi¨¦n un admirador de Musk, a quien define como un ¡°personaje absolutamente extraordinario¡±, y ha asegurado con orgullo que Trump ¡°se inspir¨®¡± en Javier Milei para crear el DOGE.

Es un escenario donde todos parecen tener algo para ganar. Musk, fundador y director de Tesla, tiene inter¨¦s en las grandes reservas de litio del pa¨ªs austral, un mineral usado para las bater¨ªas de sus autom¨®viles el¨¦ctricos. ¡°Me llam¨® Elon Musk, y est¨¢ sumamente interesado en el litio. Y tambi¨¦n est¨¢ muy interesado el Gobierno de Estados Unidos¡±, asegur¨® Milei en diciembre. El presidente puso enseguida la lupa sobre las regulaciones que, hasta ahora, lastraban el desarrollo de la actividad minera en Argentina.

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