La vida interior de Matadero
Se puede visitar una exposici¨®n, ver una pel¨ªcula, una obra de teatro, una ¡®performance¡¯ improvisada, leer, apuntarse a un taller, asistir a una conferencia, pasear, comer, jugar y hacer deporte sin salir de este lugar. Esto es un d¨ªa normal en el gran centro de creaci¨®n contempor¨¢nea de Madrid
Dos grandes dispositivos de riego agr¨ªcola ocupan desde hace ocho a?os la gran plaza interior de Matadero. Parece que se hubieran quedado ah¨ª varados, exc¨¦ntricos e in¨²tiles en ese paisaje urbano, en medio del mayor complejo cultural de Madrid. Pero basta observar esas estructuras durante un tiempo para darse cuenta de la cantidad de usos que tienen. Zona de juegos para ni?os, centro de asambleas vecinales y reuniones de colectivos art¨ªsticos, espacio de ensayo, punto de encuentro. Son tan vers¨¢tiles que es dif¨ªcil recordar por qu¨¦ y c¨®mo llegaron ah¨ª: fue en 2012 por idea del arquitecto Andr¨¦s Jaque, que los coloc¨® como instalaci¨®n art¨ªstica y como soporte de las actividades de verano del centro, desde proyecciones audiovisuales hasta conciertos, conferencias y fiestas. Los llam¨® Escaravox y los cubri¨® con lonas de invernadero para dar sombra durante el d¨ªa.
Hoy aquellas lonas ya no est¨¢n, pero los escaravox permanecen y es dif¨ªcil imaginar ya esta plaza sin ellos. Forman parte del imaginario de Matadero y son el ejemplo perfecto de c¨®mo funciona este centro: hay muchas actividades programadas, pero otras ocurren de manera espont¨¢nea. El secreto est¨¢ en el contacto: hay siempre tanta variedad de artistas y ciudadanos creando, pensando o haciendo cosas a la vez en este lugar, que la mayor¨ªa de las veces acaba surgiendo algo inesperado. De una exposici¨®n puede nacer una performance. Una obra de teatro puede inspirar una instalaci¨®n. Una pel¨ªcula puede dar pie a una sesi¨®n de m¨²sica. ¡°Este es un espacio para la experimentaci¨®n como pocos. Su modelo de gesti¨®n es muy poco dogm¨¢tico, pues el objetivo es generar cultura entre todos. Hay una parte que irradia desde arriba, pero otra muy importante irradia desde abajo. Tanto desde los artistas como de los ciudadanos. Los ni?os que vienen a los talleres, las familias que se acercan a intercambiar semillas o al mercado de productos de proximidad, los festivales, las conferencias, los debates. Todo acaba dejando su huella¡±, explica Rosa Ferr¨¦, directora art¨ªstica de Matadero.
Es la fantas¨ªa de cualquier gestor cultural del siglo XXI. Posiblemente lo so?aran as¨ª quienes en 2005 decidieron reconvertir, por iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, las naves del antiguo matadero municipal en un gran complejo cultural. Enormes pabellones di¨¢fanos proyectados hace un siglo para el sacrificio y desguace de animales transformados en espacios para exposiciones, artes esc¨¦nicas, cine, lectura, juegos y paseos. Los primeros se inauguraron en 2007 y todav¨ªa hoy algunos siguen en proceso de rehabilitaci¨®n. En total son 75.000 metros cuadrados en uso para todo tipo de disciplinas de creaci¨®n y pensamiento. Algunas se desarrollan de manera transversal y otras son gestionadas por entidades o programas espec¨ªficos: la Casa del Lector, la Cineteca, Intermediae, las Naves del Espa?ol, la Central de Dise?o y el Centro de Residencias Art¨ªsticas.
Visto en conjunto, todo esto puede resultar abrumador. Pero no es necesario abarcarlo todo. Hay un Matadero para cada persona. Un matrimonio asi¨¢tico del barrio vecino de Usera (el llamado Chinatown madrile?o) va cada ma?ana a hacer taichi en la plaza con grandes abanicos que despiertan admiraci¨®n. Un grupo de elegantes mujeres se re¨²ne ah¨ª tambi¨¦n casi cada d¨ªa para bailar juntas. Una anciana en silla de ruedas atraviesa regularmente el recinto escuchando m¨²sica en un viejo radiocasete al que acompa?a tocando las casta?uelas: lo mismo le da que suene Elvis Presley que un reguet¨®n. Artistas de todo pelaje pasan el d¨ªa entre nave y nave. Grupitos de j¨®venes van y vienen. Paseantes de Madrid R¨ªo hacen parada aqu¨ª desde la entrada que conecta directamente el parque con el centro. Esto es un d¨ªa normal en Matadero.
Exposiciones
Zonas dedicadas
Paseo de la Chopera n?14
100m
Nave 0. Es lo primero que el visitante encuentra cuando entra a Matadero por el vest¨ªbulo de recepci¨®n y taquillas. Era la antigua c¨¢mara de refrigeraci¨®n y se conserva pr¨¢cticamente como cuando ten¨ªa ese uso. Un lugar que mantiene el pavimento original de baldosa hidr¨¢ulica y las huellas de un incendio sucedido en los a?os noventa del siglo pasado. Y magn¨¦tico: todo el que pasa por delante asoma la cabeza y la mayor¨ªa acaba adentr¨¢ndose, siempre con una especie de cautela, como intern¨¢ndose en un bosque misterioso. Desde 2018 se desarrolla aqu¨ª el programa de exposiciones Profundidad de campo, dedicado a la obra de artistas que trabajan con formatos audiovisuales, que cobran especial relieve en este espacio dominado por la oscuridad. El bosque misterioso transformado en un bosque de im¨¢genes. En este momento se pueden ver cuatro piezas del artista Eric Baudelaire, entre ellas una realizada por las calles de Par¨ªs durante el confinamiento de la pasada primavera.
Junto a la Nave 0 est¨¢ la Central de Dise?o. Es otro espacio de Matadero dedicado a exposiciones, en este caso para mostrar trabajos de dise?adores de todo el mundo, gestionado por la asociaci¨®n que los agrupa en Madrid, Dimad. Lo mismo se exhiben complementos de moda que muebles, objetos pr¨¢cticos, obras gr¨¢ficas y proyectos industriales. ¡°El dise?o lo abarca todo y por eso aqu¨ª viene p¨²blico muy variado. Y mucha gente se sorprende porque tiene una idea del dise?o como algo sofisticado y distante¡±, comenta Isabel Le¨®n, presidenta de Fundaci¨®n Dimad. Hasta finales de enero se desarrolla aqu¨ª la 7? Bienal Iberoamericana de Dise?o, uno de los grandes eventos internacionales del sector. Dentro de la Central de Dise?o hay un peque?o espacio que ocupan los Artistas Visuales Asociados de Madrid, donde tambi¨¦n se celebran exposiciones abiertas al p¨²blico.
Fuera de la Central de Dise?o se oye m¨²sica. Procede de Intermediae, un espacio en el que puede tener cabida cualquier proyecto art¨ªstico o de pensamiento, siempre que tenga un objetivo social. Es decir, que promueva la participaci¨®n de ciudadanos o comunidades. Ahora alberga el programa Ciudad Bailar ¡¤ Exagerar, que incluye performances, laboratorios, talleres y encuentros en torno al significado social y cultural del baile en la sociedad actual. Y una gran instalaci¨®n del artista Guillermo Santom¨¤ a modo de jaima de hormig¨®n con una enorme bola de luz dentro invita a bailar. Este mismo s¨¢bado, por ejemplo, el colectivo Madrid All Styles, en el que se mezclan bailarines de diferentes estilos urbanos (break dance, locking, popping, dancehall, krumping, voguing), celebrar¨¢ una jam session que podr¨¢ seguirse en directo por streaming a trav¨¦s de la web de Matadero.
Saliendo de Intermediae, al otro lado de la plaza, se encuentra el otro gran espacio expositivo de Matadero, que ocupa buena parte de la Nave 16. La que hay ahora se llama Doce f¨¢bulas urbanas y muestra la respuesta de arquitectos y artistas a la siguiente pregunta: ?c¨®mo es tu ciudad ideal?
Artes esc¨¦nicas
Zonas dedicadas
100m
Las naves 10 y 11, bautizadas como sala Max Aub y sala Fernando Arrabal, respectivamente, est¨¢n dedicadas a las artes esc¨¦nicas. Ah¨ª nos encontramos con Natalia Men¨¦ndez, responsable del Teatro Espa?ol de Madrid, que gestiona tambi¨¦n estos dos modernos espacios, que pueden adaptarse a cualquier formato o disposici¨®n del escenario y est¨¢n dotados con innovadoras tecnolog¨ªas esc¨¦nicas. Justo este jueves Men¨¦ndez estren¨® en una de esas salas su nuevo trabajo como directora de escena, El salto de Darwin, del dramaturgo francouruguayo Sergio Blanco, pero de manera simult¨¢nea pueden verse otros dos montajes, J¡¯attendrai, de Jos¨¦ Ram¨®n Fern¨¢ndez, y Beethoven#ParaElisa, destinado a p¨²blico familiar. ¡°Aqu¨ª cabe todo. Desde obras vanguardistas hasta cl¨¢sicos, danza y teatro contempor¨¢neo. La idea es que venga aqu¨ª cualquier franja de gustos o edad¡±, dice Men¨¦ndez.
Actores, escen¨®grafos, iluminadores, t¨¦cnicos y espectadores se mezclan a cualquier hora con artistas que trabajan en otras naves y visitantes en el Caf¨¦ Naves, contiguo a la sala Fernando Arrabal, donde adem¨¢s hay un escenario para cabar¨¦s, obras de peque?o formato o recitales. Junto con la plaza, este es el gran punto de reuni¨®n del centro, donde se produce el roce art¨ªstico y ciudadano. En uno de sus rincones est¨¢ instalada una vieja caravana que se us¨® en una obra teatral y que ahora se ha convertido en una instalaci¨®n llamada Pepe Show. La encontr¨® Natalia Men¨¦ndez destartalada entre otros elementos de escenograf¨ªa antiguos y decidi¨® rehabilitarla para llenarla de respuestas a la siguiente pregunta: ?qu¨¦ te provoca alegr¨ªa? Se pueden leer ya las que le dieron los trabajadores del Teatro Espa?ol y tiene intenci¨®n de recopilar m¨¢s entre el p¨²blico. Otro ejemplo de c¨®mo Matadero absorbe y recicla.
Cine
Zonas dedicadas
100m
El cine tambi¨¦n tiene su espacio. Frente a las naves dedicadas al teatro est¨¢ la Cineteca Madrid: tres salas de proyecci¨®n, un archivo y una cantina con patio al aire libre. Otra peque?a ciudad dentro de Matadero. Se inaugur¨® en 2011 con una programaci¨®n dedicada en exclusiva al g¨¦nero documental, pero con el tiempo se ha ido ampliando a la ficci¨®n. Aqu¨ª se pueden ver t¨ªtulos que no se estrenan en salas comerciales y adem¨¢s es uno de los pocos espacios que tienen un proyector especial para pel¨ªculas de 16 mm. ¡°Es importante ver cada obra en su formato original, tal como la concibi¨® su creador. En cada conversi¨®n se pierden matices¡±, advierte Gonzalo de Pedro, director art¨ªstico de Cineteca.
Dice De Pedro que aqu¨ª se han forjado no solo espectadores, sino tambi¨¦n creadores. P¨²blico ¨¢vido y directores que se han lanzado a realizar pel¨ªculas arriesgadas gracias a que sab¨ªan que podr¨ªan mostrarlas en este espacio. ¡°En poco tiempo este sitio se ha convertido en una especie de casa para los amantes del cine. No solo exhibimos, sino que acompa?amos a los creadores en sus proyectos y organizamos muchas actividades para los espectadores¡±.
Hasta este domingo se celebra en sus tres salas Documenta Madrid, festival de cine documental de referencia internacional, con una extensi¨®n online que durar¨¢ hasta el 20 de diciembre. Es la gran fiesta del g¨¦nero en Espa?a.
Residencias art¨ªsticas
Zonas dedicadas
100m
Volvemos a la Nave 16, donde antes visitamos la exposici¨®n Doce f¨¢bulas urbanas. Por otra puerta se accede a otro espacio dentro del mismo edificio destinado a residencias art¨ªsticas. Cada a?o Matadero lanza varias convocatorias para que creadores de todas las disciplinas presenten proyectos para desarrollar dentro de este recinto. As¨ª que aqu¨ª se les puede encontrar en plena faena. Por ejemplo, Pablo Durango trabaja en el desarrollo de Onyx, un avatar que define como ¡°transdimensional¡±, de cuerpo humano, piel azul, orejas de elfo y largu¨ªsimos tacones. Durango adopta esa personalidad en intervenciones art¨ªsticas, performances o exposiciones para poner en cuesti¨®n la l¨®gica de la identidad binaria. Lo curioso es que, a pesar de su extra?o aspecto, nadie se sorprende cuando Onyx sale a pasear por la plaza de Matadero.
Muy cerca de Onyx trabaja el colectivo Liwai. Un grupo de mujeres chinas que desarrolla proyectos culturales para conectar su comunidad con la sociedad espa?ola y romper el clich¨¦ de ¡°negociantes¡± que se les atribuye habitualmente. Se re¨²nen en este espacio peri¨®dicamente y adem¨¢s lo usan como lugar de ensayo y taller, pues dentro del colectivo se integran creadoras teatrales y artistas de distintas disciplinas. A veces hacen funciones con p¨²blico y colaboran con otros colectivos de Matadero.
Lectura
Zonas dedicadas
100m
La Casa del Lector no es un lugar dedicado a los libros, sino a la lectura. Insiste en ello Luis Gonz¨¢lez, director de la Fundaci¨®n Germ¨¢n S¨¢nchez Ruip¨¦rez, que gestiona este espacio. Tampoco es una biblioteca: no hay libros, sino lugares para leerlos. Con la pandemia han limitado las actividades y el acceso a sus salas p¨²blicas, pero antes siempre hab¨ªa all¨ª alguien leyendo, adem¨¢s de estudiantes, miembros de clubes de lectura, j¨®venes, adolescentes y escolares. Su espacio estrella es la Nube, donde realizan talleres para ni?os y familias con las t¨¦cnicas m¨¢s novedosas en este ¨¢mbito.
Gran parte del trabajo que desarrolla la Casa del Lector no es visible para el visitante. Programas para la modernizaci¨®n de bibliotecas o la investigaci¨®n en torno a la lectura o el sector editorial. No obstante, su ubicaci¨®n dentro de Matadero le otorga una personalidad distinta a la de cualquier otro centro de este tipo. Un ejemplo: una parte de las dos naves que la acogen est¨¢ ocupada por un centro de alto rendimiento de deportes electr¨®nicos, lo que ha derivado en una colaboraci¨®n que en principio puede parecer extravagante pero que ha funcionado bien con los j¨®venes: van atra¨ªdos por los videojuegos y acaban leyendo un libro. Nada es extravagante en Matadero.
Matadero virtual
Como la mayor¨ªa de las instituciones culturales, Matadero puso en marcha un programa de actividades online durante el confinamiento de primavera que se mantiene en el tiempo. Pero esta circunstancia tambi¨¦n ha acelerado la puesta en marcha de proyectos digitales que ya estaban en la mente de muchos creadores antes de la pandemia. Por ejemplo, el desarrollo de aplicaciones de realidad aumentada art¨ªsticas que cualquier ciudadano puede descargarse desde su p¨¢gina web. Una de ellas, llamada 'Uramado AR', debe activarse dentro del propio recinto: se trata de buscar a los 'tanukis', unos seres digitales que est¨¢n escondidos en diferentes sitios del centro y que cobran vida cuando el visitante los encuentra, haci¨¦ndole preguntas y reaccionando a sus respuestas. Otra es 'MOA (My Own Assistant)', una ficci¨®n interactiva basada en la novela 'Les furtifs', de Alain Damasio, que ofrece la posibilidad de recorrer el entorno dist¨®pico en el que se desarrolla el libro y participar en su narraci¨®n. Por ¨²ltimo, 'Entes celestiales' es una escultura virtual inspirada en 'El ¨¢ngel ca¨ªdo' del Parque del Retiro que se puede visualizar en cualquier lugar en el que se est¨¦.
- Cr¨¦ditos
- Coordinaci¨®n: Brenda Valverde y Alberto Quero
- Direcci¨®n de arte: Fernando Hern¨¢ndez
- Dise?o: Ana Fern¨¢ndez
- Maquetaci¨®n: Alejandro Gallardo
- Infograf¨ªa: Luis Sevillano Pires
- V¨ªdeo: Carlos Mart¨ªnez y Luis Manuel Rivas