Desentra?ar la nostalgia
Margaryta Yakovenko retrata en ¡®Desencajada¡¯ el universo de los hijos de la inmigraci¨®n y el desarraigo
Libros como este dan muestra de que se cumple, por fin, con un deseo tantas veces escuchado: que la escritura de los hijos de la inmigraci¨®n, de los ni?os que hablaban ¡°espa?ol en la escuela y chino en el restaurante de sus padres¡±, como afirmaba hace unos meses un art¨ªculo de este peri¨®dico, dar¨ªa un nuevo impulso a la literatura espa?ola. En Desencajada, ...
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Libros como este dan muestra de que se cumple, por fin, con un deseo tantas veces escuchado: que la escritura de los hijos de la inmigraci¨®n, de los ni?os que hablaban ¡°espa?ol en la escuela y chino en el restaurante de sus padres¡±, como afirmaba hace unos meses un art¨ªculo de este peri¨®dico, dar¨ªa un nuevo impulso a la literatura espa?ola. En Desencajada, Margaryta Yakovenko (Ucrania, 1992) apuesta por la cercan¨ªa biogr¨¢fica: experiencias similares entre la autora y la protagonista, fechas que coinciden. Hasta el punto de que buena parte de la magia de esta primera novela est¨¢ en el nacimiento de una peculiar percepci¨®n, de una escritura (o de una escritora) con una indudable autoridad en su voz.
Daria, protagonista y narradora, se muda al piso vac¨ªo de una amiga. Adem¨¢s de alimentar al gato de su anfitriona y de analizar una reciente ruptura, bucea en sus or¨ªgenes: con 27 a?os, la misma edad que ella tiene ahora, su madre dej¨® Ucrania para acompa?ar a su marido al levante espa?ol. El contexto: la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, la inflaci¨®n y los sueldos inexistentes de dos padres, funcionarios en su pa¨ªs, que ahora trabajar¨¢n limpiando casas, sirviendo comida en bares, recogiendo fruta en un invernadero.
Aunque las primeras p¨¢ginas de Desencajada pueden confundir al lector por su aire generacional, cierto romanticismo minimal, pronto nos encontramos ante un libro m¨¢s arriesgado, personal¨ªsimo: la lectura avanza en breves cap¨ªtulos que funcionan casi como ensayos, digresiones que expanden la trama y regresan con el cierre en alto. Son variaciones sobre una misma obsesi¨®n: desentra?ar la nostalgia. Y el tenue hilo argumental favorece este avance en zigzag, desvelando unas ambiguas verdades interiores. As¨ª, el paralelismo entre la ruptura amorosa y la p¨¦rdida de un hogar, o m¨¢s bien la ficcionalizaci¨®n de la pertenencia, se convierten en piedras de toque de una identidad perdida. ¡°La Ucrania a la que creo pertenecer muri¨® en cuanto yo me fui de all¨ª y ahora es un lugar mitol¨®gico que solo yo recuerdo¡±.
Pero Desencajada no es un regreso ensimismado a un lugar inexistente. Tambi¨¦n narra, desde una perspectiva poco habitual, el ¡°batacazo¡± espa?ol: ¡°Tras la crisis de 2008, mi generaci¨®n pas¨® a tener una vida peor que la de sus padres a su edad. No era mi caso. Los hijos de migrantes siempre viven mejor que sus padres porque sus padres son la clase m¨¢s baja de la escala social¡±. Yakovenko combina la precisi¨®n estil¨ªstica (se lee l¨¢piz en mano) con una infrecuente y maravillosa sabidur¨ªa emocional. Por eso Desencajada es un libro tan especial. Y por el equilibrio dif¨ªcil entre el desgarro y una absoluta falta de victimismo. Por la piedad con la que la narradora trata a los personajes, en especial a los dos padres, y esa inclemencia consigo misma.
Desencajada
Autor: Margaryta Yakovenko.
Editorial: Caballo de Troya, 2020.
Formato: 144 p¨¢ginas. 14,90 euros.