Ponga un drag¨®n en su vida
La celebraci¨®n del D¨ªa del Libro es un momento propicio para sacar a relucir la m¨¢s reciente bibliograf¨ªa sobre libros y lectura
Todos los santos tienen su octava, tambi¨¦n Sant Jordi. Este a?o, la celebraci¨®n del libro vuelve, con limitaciones, a encontrarse con la tradici¨®n. En 2020, con las librer¨ªas cerradas, y Sant Jordi confinado, no hab¨ªa muchas m¨¢s huellas de su existencia inmortal que las que dej¨® Gaud¨ª en la decoraci¨®n de la casa Batll¨®, incluyendo las escamas del drag¨®n que cubren la azotea. El progreso de este a?o es que el santo matadragones, triplemente retratado por Paolo Uccello, ha pasado de estar confinado a estar perimetra...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
1. Sant Jordi
Todos los santos tienen su octava, tambi¨¦n Sant Jordi. Este a?o, la celebraci¨®n del libro vuelve, con limitaciones, a encontrarse con la tradici¨®n. En 2020, con las librer¨ªas cerradas, y Sant Jordi confinado, no hab¨ªa muchas m¨¢s huellas de su existencia inmortal que las que dej¨® Gaud¨ª en la decoraci¨®n de la casa Batll¨®, incluyendo las escamas del drag¨®n que cubren la azotea. El progreso de este a?o es que el santo matadragones, triplemente retratado por Paolo Uccello, ha pasado de estar confinado a estar perimetrado, lo que le ha venido bien al negocio. Una de las pocas ventajas del a?ito que llevamos es que los que cobraban un sueldo (el paro y la desigualdad se han disparado) han podido ahorrar m¨¢s a cuenta de las escasas oportunidades de gasto provocadas por las ca¨®ticas limitaciones horarias y comerciales, por lo que ahora cuentan con m¨¢s liquidez, algo que le viene bien al comercio. El otro d¨ªa, cuando Boris Johnson decidi¨® levantar las restricciones, pudieron verse por la televisi¨®n las riadas de compradores compulsivos corriendo hacia tiendas y grandes almacenes para desprenderse de dineros que parec¨ªan quemarles en las manos: ?a comprar, a comprar, que el mundo se acaba! Supongo que parte del capital ahorrado, tambi¨¦n en Espa?a, ir¨¢ al libro: hay donde elegir. Las librer¨ªas rebosan de ¡°producto¡± y, especialmente, ¡°producto¡± vendedor: de los presumibles superventas, como Sira, la ¨²ltima novela de mi venerada Mar¨ªa Due?as, la fil¨®loga m¨¢s acaudalada que conozco (exceptuando, quiz¨¢s, al creso profesor Rico), y a quien el grupo Planeta deber¨ªa erigir una estatua crisoelefantina frente a su sede, se han fabricado medio mill¨®n de ejemplares de tirada inicial; para poner en perspectiva lo que representa esa cantidad de papel encuadernado, sepan que la tirada media de los libros espa?oles es de 3.779 ejemplares por t¨ªtulo. Por lo dem¨¢s, me apetece hoy no tanto homenajear a Sant Jordi, sino a su n¨¦mesis, el sufrido drag¨®n que siempre acaba mordiendo el polvo, y en el que los m¨¢s recalcitrantes soberanistas puigdemontinos podr¨ªan ver una metaf¨®rica representaci¨®n de l¡¯Estat opresor. Nada mejor para ello que recomendarles vivamente El libro de los dragones (Siruela), que me ha entretenido un par de tardes de relajamiento y enso?aci¨®n: se trata de la compilaci¨®n cl¨¢sica de Roger Lancelyn Green (1918-1987), un conspicuo oxoniense que tom¨® parte en los c¨¦lebres debates literarios sobre la literatura fant¨¢stica que tuvieron lugar en la Universidad de Oxford en los cuarenta, y en los que participaron gentes como Charles Williams, C. S. Lewis o J. R. R. Tolkien, casi nada. En el libro ¡ªuna lectura para grandes y chicos, como atestigua su inclusi¨®n en la colecci¨®n Las Tres Edades¡ª se recogen los m¨¢s bellos, temibles, fant¨¢sticos, deliciosos relatos que tienen como protagonistas (o v¨ªctimas) a esas proteicas criaturas que han inflamado la imaginaci¨®n de la humanidad desde las epopeyas babil¨®nicas y para los que no existen fronteras culturales.
2. Bibliotecas
La octava de Sant Jordi es tambi¨¦n un momento propicio para sacar a relucir la m¨¢s reciente bibliograf¨ªa de libros sobre libros y lectura. Perm¨ªtanme que les recomiende en primer lugar La memoria vegetal (Lumen), una estupenda recopilaci¨®n del maestro Umberto Eco acerca de las distintas formas y caracteres que reviste la pasi¨®n bibli¨®fila, bibli¨®mana o la biblioclasia (no solo la de los intolerantes e inquisidores, sino tambi¨¦n la de los ¡°anticuarios¡± que trocean los libros antiguos para sacarle m¨¢s rendimiento econ¨®mico a sus l¨¢minas, vendidas por unidades); La furia de la lectura (Lumen), de Joaqu¨ªn Rodr¨ªguez, uno de los mejores especialistas en edici¨®n y lectura que tenemos en Espa?a, intenta responder de forma amena y erudita a la pregunta acerca de la necesidad de la lectura en el siglo XXI; J¨¦r?me Lindon. El autor y su editor (N¨®rdica), de Jean Echenoz, recoge de manera magistral en un brev¨ªsimo m¨¦moir la relaci¨®n entre el novelista y el gran editor franc¨¦s (de Les ?ditions de Minuit) desde 1979 a 2004, fecha de la muerte de Lindon; C¨®mo ordenar una biblioteca (Anagrama) re¨²ne cuatro ensayos breves de Roberto Calasso acerca del peliagudo problema con que se enfrenta cualquiera que posea una cantidad respetable de libros (pongamos por encima de los 1.000 o 1.500 ejemplares) y que el autor no duda en calificar de ¡°tema metaf¨ªsico¡±. Por ¨²ltimo, a los que aman (yo, no mucho) las ficciones con peripecias en torno a los libros, les recuerdo que se ha publicado La biblioteca de Par¨ªs (Salamandra), de Janet Skeslien Charles.
3. Orilla izquierda
Desde que, tan lejos como el siglo XII, Pedro Abelardo, fil¨®sofo, poeta y amante (lo que le vali¨® que el can¨®nigo Fulberto, t¨ªo de Elo¨ªsa, mandara emascularlo), fuera desterrado a la orilla izquierda del Sena, el ¨¢rea ha atra¨ªdo a cuantos, de uno u otro modo, se han alejado de la norma tradicional y de la sociedad de orden, ya sea por su modo de vida o por la subversi¨®n de sus obras. La Rive Gauche (Paid¨®s), de Agn¨¨s Poirier, subtitulado Arte, pasi¨®n y el renacer de Par¨ªs, 1940-1950, se concentra en el abigarrado panorama intelectual y art¨ªstico de este sector del Barrio Latino durante la posguerra, una d¨¦cada en la que el quartier alcanz¨® una popularidad universal gracias a la emigraci¨®n de artistas (y turistas) norteamericanos y al poder de irradiaci¨®n de todo lo que ol¨ªa a ¡°existencialismo¡± y transgresi¨®n. M¨¢s anecd¨®tico y narrativo que las obras de Herbert Lottman que cubren dicho periodo (pienso, especialmente, en La Rive Gauche y La depuraci¨®n, ambos en Tusquets), el libro de Poirier alterna las peripecias de sus personajes (de Sartre a Koestler o Camus, de Beauvoir a Nelson Algren, de Juliette Gr¨¦co a Miles Davis o Giacometti) con la descripci¨®n de los nuevos c¨®digos que gestaron y contribuyeron a difundir. Un buen ensayo que no desde?a el reportaje retrospectivo.
Puedes seguir a BABELIA en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.