El deseo como motor de explosi¨®n

Una de las apuestas del cineasta Jon¨¢s Trueba como director rotatorio de Caballo de Troya es la del debut en la narrativa de la poeta Julieta Valero (Madrid, 49 a?os). Adem¨¢s de ser autora de cinco libros de poemas (el premiado Los heridos graves, Que concierne o ...

Una de las apuestas del cineasta Jon¨¢s Trueba como director rotatorio de Caballo de Troya es la del debut en la narrativa de la poeta Julieta Valero (Madrid, 49 a?os). Adem¨¢s de ser autora de cinco libros de poemas (el premiado Los heridos graves, Que concierne o Los tres primeros a?os, entre otros), ha desarrollado su actividad profesional dentro del campo de la edici¨®n y la gesti¨®n cultural y dirige desde 2018 la Fundaci¨®n Centro de Poes¨ªa Jos¨¦ Hierro.

A riesgo de enfangar el terreno de juego, digamos que la novela es aquel g¨¦nero literario que queda cuando no es ninguno del resto de g¨¦neros. No cabe una apuesta de infalibilidad con el lector en una novela. Jam¨¢s ser¨¢ un cuerpo perfecto como puede serlo ¡ªo parec¨¦rnoslo¡ª un poema o un cuento. El contrato con el lector de novela de ficci¨®n es otro: el texto es lo m¨¢s parecido a la vida y se le concede al autor los pedazos de rutina si el texto alza el vuelo y excava en algunos ¡ªlos m¨¢ximos posibles, por favor¡ª momentos de desvelamiento. Una de las condiciones del contrato es estar leyendo un corpus que parece unitario a nuestra mente aunque se trate de un puzle, tiras de un texto o algo incomprensible .

Valero hace sonar voces y registros alrededor de una pluralidad de temas como la crianza, el amor y el desamor o a vida como una especie de intemperie

Si hay algo que se puede se?alar en el debe de Ni?os aparte es que, a ratos, el libro es una suerte de relatos a los que le ha crecido dentro una novela. Y que su autora ha decidido salvar el texto ¡ªun coro de voces alrededor de temas que le interesan¡ª a condici¨®n de sacrificar la novela. El tema del genocidio guatemalteco o los textos del final del libro te rompen la burbuja neur¨®tica que es siempre una lectura novelesca que funciona. Todos los extras a la novela tienen las mismas virtudes que el resto pero incumplen el contrato. Tampoco importa en el caso de Ni?os aparte, una estupenda inversi¨®n de tiempo, inteligencia y curiosidad.

Valero hace sonar voces y registros alrededor de una pluralidad de temas como la crianza, el amor y el desamor, la vida como una especie de trozos de intemperie y de techado. Y del deseo como motor de explosi¨®n que impide que nos quedemos en manos de nuestro propio taxidermista. De la existencia como un trayecto de movimiento y reflexi¨®n, de dolor y alegr¨ªa, de saber y conocerse, pero tambi¨¦n de ¡°esa evidencia que nos asombra¡± que no es sino el deseo, lo que desencadena.

El coraz¨®n de la novela es la historia de dos mujeres separadas que se encuentran a la entrada y salida del colegio de sus respectivos hijos. El deseo de una de ellas por la otra a ciegas, sin saber, sin poder ni querer evitarlo y c¨®mo ese deseo mueve y cambia todo alrededor de un pu?ado de vidas. Valero acierta en las voces ¡ªincluso en la de los ni?os¡ª y en c¨®mo nos fragmenta lo que va sucediendo. Lo hace sin renunciar a la m¨²sica que la autora ya trae de casa, siempre al servicio de la causa. Valero es l¨²cida y divertida, apasionada, fantasiosa y verdad en la voz, en la cabeza y en la vida de sus personajes. Personajes bien construidos e identificables. Herramientas con las que la acompa?as a desvelar el misterio de lo cotidiano, nuestros miedos e inseguridades, alejado todo de la ¨¦pica entusiasta, pero tambi¨¦n del derrumbe narcisista. Historias ¨ªntimas y emocionales, esa suerte de libro que te lee a ti mientras t¨² lo est¨¢s leyendo.

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