Aisladas pero no vencidas
Julia Phillips debuta en la ficci¨®n con ¡®La desaparici¨®n¡¯, una novela impecablemente construida sobre el desamparo de la vida de un lugar perdido de Rusia
Viene siendo moneda corriente en la novela actual la intriga basada en la desaparici¨®n de ni?os y adolescentes raptados por criminales o personas psicol¨®gicamente inestables. Me vienen a la cabeza ante este libro una pieza ya tan emblem¨¢tica como Mystic River, que corona otras muchas anteriores, u obras que se apoyan en la ambig¨¹edad de un final inconcluso, que conduce necesariamente a la angustia permanente de desconocer el paradero de las v¨ªctimas, como es el caso de la reciente y magn¨ªfica ...
Viene siendo moneda corriente en la novela actual la intriga basada en la desaparici¨®n de ni?os y adolescentes raptados por criminales o personas psicol¨®gicamente inestables. Me vienen a la cabeza ante este libro una pieza ya tan emblem¨¢tica como Mystic River, que corona otras muchas anteriores, u obras que se apoyan en la ambig¨¹edad de un final inconcluso, que conduce necesariamente a la angustia permanente de desconocer el paradero de las v¨ªctimas, como es el caso de la reciente y magn¨ªfica El embalse 13, de Jon McGregor. Ahora, Julia Phillips debuta como novelista en esta La desaparici¨®n, que comienza con dos ni?as, las hermanas Golos¨®vskaia, Aliona y Sofia, de 11 y ocho a?os respectivamente, a las que un desconocido se acerca y rapta, sin que ni su familia y allegados ni la polic¨ªa lleguen nunca a conocer su destino.
Julia Phillips se atiene al modelo y su novedad es, en primer lugar, que una novelista norteamericana desarrolle la historia en un lugar perdido de Rusia: la pen¨ªnsula de Kamchatka. Kamchatka est¨¢ situada en el extremo oriental de Rusia, a la que pertenece desde el siglo XVII. La pen¨ªnsula tiene 1.250 kil¨®metros de largo, 440 en su parte m¨¢s ancha y solo 97 en el istmo. La recorren dos cadenas monta?osas volc¨¢nicas. Sus habitantes (420.000 en total) son mayoritariamente rusos desde la repoblaci¨®n ordenada por el Estado y el resto nativos de etnias ind¨ªgenas. Hasta 1990 estuvo prohibida a extranjeros debido a sus instalaciones militares ultrasecretas, por lo que se mantuvo pr¨¢cticamente aislada del mundo. La rodean el mar de Ojotsk y el mar de Bering, junto a los que se interna en el oc¨¦ano Pac¨ªfico. Este es el singular escenario en el que se desarrolla La desaparici¨®n.
En segundo lugar, hay que decir que la intriga de la novela no reside en la desaparici¨®n de las ni?as, sino en las vivencias de un conjunto de mujeres relacionadas por una u otra raz¨®n con ellas. La ¡°desaparici¨®n¡± de las ni?as es m¨¢s un recordatorio, un pretexto, que un hilo argumental, salvo en el cap¨ªtulo que protagoniza la madre de ellas, hacia el final. La autora elige contarnos las vidas y sentimientos de 12 mujeres en 12 cap¨ªtulos. Ellas son las verdaderas protagonistas de un mundo cerrado y anclado en el dominio del var¨®n, un mundo tradicional y sofocante del que varias de ellas desean salir desde que existe la libre circulaci¨®n de personas y turistas y en el que otras se sienten protegidas por sus costumbres. Es un mundo en el que los hombres tienden a repetirse en una forma de vida convencional que algunas de ellas, m¨¢s curiosas y atrevidas, m¨¢s insatisfechas y germinativas, intentan superar, al menos con la imaginaci¨®n. Casi todas estas gentes son sencillas, movidas por emociones elementales, inmersas en la solidaridad vecinal, que viven en la capital, Petrop¨¢vlovsk, o en peque?as ciudades.
Al rev¨¦s que en El embalse 13, donde los personajes, la ciudad y la naturaleza se mueven de consuno y construyen su modo de vida como un todo, las historias de esta novela parecen una serie de cuentos con escenario com¨²n, donde a veces se entrelazan las vidas, pero que cada una se desarrolla a su modo, lo que no deja de afectar a la cohesi¨®n general del libro y, sobre todo, a la intenci¨®n global de la historia, que no acaba de afirmarse. La novela, escrita con admirable precisi¨®n, con belleza descriptiva, con una excelente selecci¨®n de los detalles, que define a sus personajes por sus actos con ejemplar sugerencia, es una obra que revela a una autora de considerable potencia expresiva y talento dram¨¢tico.
Uno a uno, sus personajes tejen el entramado social de un lugar que sin duda cautiv¨® a la autora y que ella les devuelve en forma de relato de un mundo femenino desamparado, duro y frustrante, pero cargado de humanidad, afecto y compasi¨®n por unos seres desamparados, que no vencidos. Tan dif¨ªcil es salir de ese mundo como le sucede a la protagonista de otra novela reciente, la soberbia La calle, de Ann Petry, cuyo personaje femenino es destruido por la imposibilidad de salir del c¨ªrculo de la pobreza. En la novela de Julia Phillips no es la pobreza el enemigo determinante, sino el aislamiento que empobrece sus vidas, unas vidas en las que al menos atisban la posibilidad de salir del mundo peque?o y asfixiante que las ata. Otra desaparici¨®n, la de una joven, Lilia, hija de una mujer que organiza un festival ¨¦tnico de Kamchatka, deja sospechar que su caso no fue un rapto, sino la decisi¨®n de salir en busca de un futuro lejos de la pen¨ªnsula.
La novela culmina en un cap¨ªtulo muy bien concebido (el festival) al que sigue el de Marina, madre de las ni?as Golos¨®vskaia, donde la dimensi¨®n del dolor de no saber qu¨¦ ha sido de ellas y seguir viviendo con su recuerdo y la tortura atroz, sin saber siquiera si a¨²n viven, alcanza una poderosa plenitud, que devuelve al lector al comienzo de la novela, el del rapto de las ni?as. El estupendo presente de este relato, sostenido por una escritura personal¨ªsima, es una carta de presentaci¨®n literaria que abre un estimulante futuro a Julia Phillips.
La desaparici¨®n
Autor: Julia Phillips. Traducci¨®n de Francisco Gonz¨¢lez L¨®pez.
Editorial: Sexto Piso, 2021.
Formato: 330 p¨¢ginas. 22,90 euros.
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