Edici¨®n y emprendimiento
Mark Twain, autor de la primera Gran Novela Americana, experiment¨® una absoluta fascinaci¨®n por la ciencia y los inventos, lo que contribuy¨® a que perdiera casi todo lo que ganaba como autor de ¨¦xito
En sus interesant¨ªsimas Memoirs of a Publisher, Frank Nelson Doubleday (1862-1934), fundador de una de las grandes editoriales estadounidenses del siglo XX (y hoy propiedad de Penguin Random House), refiere la idea que ten¨ªa Mark Twain de los editores: ¡°Saca a un idiota de un manicomio y c¨¢salo con una idiota; la cuarta generaci¨®n de esa uni¨®n ser¨¢ un buen editor desde el punto de vista americano (estadounidense)¡±. Twain, autor de la primera Gran Novela Americana (Las aventuras de Huckleberry Finn, 1885), exper...
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1. Aprendizajes
En sus interesant¨ªsimas Memoirs of a Publisher, Frank Nelson Doubleday (1862-1934), fundador de una de las grandes editoriales estadounidenses del siglo XX (y hoy propiedad de Penguin Random House), refiere la idea que ten¨ªa Mark Twain de los editores: ¡°Saca a un idiota de un manicomio y c¨¢salo con una idiota; la cuarta generaci¨®n de esa uni¨®n ser¨¢ un buen editor desde el punto de vista americano (estadounidense)¡±. Twain, autor de la primera Gran Novela Americana (Las aventuras de Huckleberry Finn, 1885), experiment¨® toda su vida una absoluta fascinaci¨®n por la ciencia y los inventos (gracias a ello se hizo amigo de gentes como Nikola Tesla y Thomas Edison), lo que, por otra parte, contribuy¨® a que perdiera en sus emprendimientos casi todo lo que ganaba como autor de ¨¦xito. Invirti¨®, por ejemplo, mucha pasta en una ineficaz ¡°m¨¢quina de composici¨®n tipogr¨¢fica¡± que iba a facilitar el trabajo de imprenta justo en el momento en que apareci¨® la linotipia y la hizo obsoleta. Y, a pesar de sus invectivas contra los editores, en cuanto pudo permit¨ªrselo se hizo ¨¦l mismo editor (e incluso public¨® importantes ¨¦xitos de cr¨ªtica y ventas). Como en casi todo, existen editores buenos y malos, independientemente de esas pifias que se transmiten de boca a oreja con un aparato de detalles semejante a los de las leyendas urbanas: libros que no se contratan porque tienen malos informes editoriales (como Harry Potter y la piedra filosofal, 1997), autores que se van a otro sello porque se consideran de alg¨²n modo maltratados, mal pagados, mal distribuidos o insuficientemente cortejados (Mar¨ªas, Cercas, Gopegui¡). A editar se aprende, existen escuelas y libros para ello, pero nada como la pr¨¢ctica: que se lo pregunten, por ejemplo, a esos peque?os editores que, insatisfechos con la oferta y el modo de hacer de las grandes casas en las que algunos se formaron, surgieron en la asombrosa cosecha de hace 15 a?os y hoy son grandes garantes de la bendita bibliodiversidad. Algunos, los m¨¢s primerizos y diminutos, incluso se lanzan sin red, como los que vuelven a reunirse (los d¨ªas 24 y 25 de septiembre) bajo el paraguas de la biblioteca p¨²blica Casa de las Conchas de Salamanca, dirigida por la inquieta Nona Dom¨ªnguez, en los encuentros de ¡°editores inclasificables¡±. De entre los libros de y sobre la edici¨®n que he podido hojear y ojear ¨²ltimamente destaco uno publicado por Trama, la editorial del polifac¨¦tico Manuel Ortu?o: Los fundamentos del libro y la edici¨®n, un completo reader de Oxford University Press editado por Michael Bhaskar y Angus Phillips y traducido por ??igo Garc¨ªa Ureta; muy diferente y bastante menos ¡°profesional¡± es Black Sun, cuando editar era una fiesta (F¨®rcola, traducci¨®n de Gabriela Torregrosa y pr¨®logo de Jordi Doce), de Dominique de Saint Pern, que cuenta la glamurosa peripecia editorial y biogr¨¢fica de Caresse y Harry Crosby, una pareja de millonarios-mecenas que aterrizaron en el agitado Par¨ªs de los a?os veinte, fundaron la editorial Black Sun Press y publicaron y se relacionaron con buena parte de los escritores y artistas del modernismo literario, expatriados o europeos, que por aquellos a?os de entreguerras brillaron en la capital francesa.
2. Brindis
Desde sus primeros vagidos literarios, Alberto Olmos (Segovia, 1975) proporcion¨® muestras inequ¨ªvocas de su impertinencia de enfant terrible y de su voluntad de criticar con ferocidad a la generaci¨®n de sus inmediatos mayores (sobre todo a cr¨ªticos y comentaristas) a los que los a?os y, quiz¨¢s, el ¨¦xito habr¨ªan convertido en excesivamente complacientes. Novelista precoc¨ªsimo, Anagrama le public¨® su primera novela, A bordo del naufragio, finalista del Herralde, cuando ten¨ªa 23 a?os. Luego, y tras descubrir en Jap¨®n la fuerza comunicativa de la electr¨®nica, dominar la mec¨¢nica y la qu¨ªmica del blog, y comprender el ecumenismo de las p¨¢ginas web, su mensaje, siempre iconoclasta y provocativo, encontr¨® cauces m¨¢s estimulantes. Posee, adem¨¢s, el dudoso t¨ªtulo de ser uno de los (abundantes) mejores escritores espa?oles de la revista Granta, un tesoro para los editores que no pueden pagarse scouts. Desde entonces nunca ha parado (no puede): novelas, relatos y, sobre todo, mucho, much¨ªsimo periodismo en forma de columnas, cr¨®nicas y diatribas m¨¢s o menos salvajes. Su (actual) columna digital Mala fama, que pocos citan y muchos leen, es mordaz, informativa, a menudo despiadadamente cotilla, siempre astringente. Su ¨²ltimo libro es el ensayo Vidas baratas, cuyo subt¨ªtulo explica mejor de qu¨¦ se trata: ¡®Elogio de lo cutre¡¯, y se lo ha publicado HarperCollins, empe?ada (pero a¨²n un poco cutremente) en abrirse un hueco en Espa?a entre los dos voraces gigantes, Random y Planeta. El libro, ligero y punzante, me ha divertido bastante, especialmente la parte dedicada a las ¡°vidas baratas¡± (barrios, museos, verbenas) y el dedicado a ¡°Pablo Iglesias y la pol¨ªtica cutre¡±, al que, sin embargo, le falta, en mi opini¨®n, un poco m¨¢s de punch pol¨ªtico. Por lo dem¨¢s, y aprovechando que lo cutre es a veces (pero en absoluto siempre) lo m¨¢s barato, brindo por el libro con una copa de vino Estola (?3,65 euros la botella!), uno de los tintos que recomienda el imprescindible vadem¨¦cum Los supervinos 2022 (Lince, un sello de Malpaso), de Nuria Poveda, subtitulado ¡®La gu¨ªa de vinos de supermercado¡¯, todo un regalo para degustar buenos caldos barat¨ªsimos o simplemente baratos. Y que mi amigo Johnnie Walker me perdone.
3. Nos esp¨ªan
Han creado monstruos y nos hemos entregado a ellos porque nos facilitan la vida. Manipulados, de Sheera Frenkel y Cecilia Kang, disecciona la plataforma Facebook, cuyo secretismo propio de secta es proverbial. Y Privacidad es poder, de Carissa V¨¦liz, explica muy bien c¨®mo las grandes empresas tecnol¨®gicas saben casi todo de nosotros, porque se lo hemos servido gustosos en sus bandejas electr¨®nicas. Ambos estremecedores libros han sido publicados por Debate.
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