¡®Miedo¡¯: la periodista Patricia Sim¨®n documenta la injusticia

No es lo m¨¢s habitual, pero en ocasiones Patricia Sim¨®n vincula el ejercicio del periodismo a su propia biograf¨ªa. Nacida en 1983 en Estepona, su visi¨®n del mundo est¨¢ enraizada al lugar y a las esperanzas de la que sabe que procede. A su padre y a sus t¨ªos, cuando eran chavales, les tocaba vigilar de noche el campo de los abuelos para que no les robasen frutas casi maduras. Desde los 14 a?os el padre curr¨® de mec¨¢nico, buscaba coches para reparar y revenderlos, y pasados los 20 ya pudo montar una tienda de repuestos....

No es lo m¨¢s habitual, pero en ocasiones Patricia Sim¨®n vincula el ejercicio del periodismo a su propia biograf¨ªa. Nacida en 1983 en Estepona, su visi¨®n del mundo est¨¢ enraizada al lugar y a las esperanzas de la que sabe que procede. A su padre y a sus t¨ªos, cuando eran chavales, les tocaba vigilar de noche el campo de los abuelos para que no les robasen frutas casi maduras. Desde los 14 a?os el padre curr¨® de mec¨¢nico, buscaba coches para reparar y revenderlos, y pasados los 20 ya pudo montar una tienda de repuestos. ¡°Mientras nosotras avanz¨¢bamos en nuestros estudios, ¨¦l iba subiendo en la escala social¡±. Si para sus mayores la m¨¢xima aspiraci¨®n era la educaci¨®n secundaria, Patricia Sim¨®n lleg¨® a la universidad ¡ªPeriodismo en Sevilla¡ª e incluso pudo ampliar estudios fuera de Espa?a ¡ªRelaciones Internacionales en el Instituto de Estudios Pol¨ªticos en Lyon¡ª. Pero en la ciudad francesa, al no pronunciar bien una palabra en una tienda, intuy¨® lo que pod¨ªa sentir un extranjero. Y all¨ª, en 2005, vislumbr¨® lo que estaba por venir: ¡°Se hab¨ªa roto el consenso sobre el que se hab¨ªa construido el Estado de bienestar en la segunda mitad del siglo XX¡±. Miedo ense?a esta ruptura encarnada.

Desde hace 20 a?os esta periodista se ha ido perfilando como una reportera valiente y comprometida, lo pueden constatar en sus art¨ªculos en el digital La Marea. Sin esa labor, que la ha llevado de contar los campos de refugiados en Europa a investigar abusos en Centroam¨¦rica, este libro no existir¨ªa. Pero aqu¨ª no suma reportajes, sino que, cruzando las voces de testimonios que ha entrevistado en Espa?a y en medio mundo, piensa c¨®mo esa ruptura del consenso y el progreso ha generado miedos, muros, injusticias. El miedo ser¨ªa el signo de nuestro tiempo, y ella, para sanarlo, ejerce su profesi¨®n. ¡°Ser periodista es mi forma de luchar contra la impotencia, narrar me regala el espejismo de sentir que puedo hacer algo con todo lo que nos pasa¡±. Aqu¨ª trata de mostrar qui¨¦nes se benefician del miedo ¡ªen primer lugar, los neoliberales del negocio de la xenofobia que animan la extrema derecha¡ª, pero sobre todo qui¨¦nes se resisten a ¨¦l. Asume que hay miedos que deben ser comprendidos ¡ªlo ve en los votantes de Trump en Detroit, por ejemplo¡ª y, al mismo tiempo, descubre redes de solidaridad para compartirlos y, en el mejor de los casos, con activismo c¨ªvico, superarlos.

Los protagonistas de Miedo son hombres y mujeres, refugiados y migrantes, que practican una ¨¦tica sin grito, que no necesitan de teor¨ªa alguna para saber de la necesidad de los afectos para luchar por la dignidad y por los derechos. Perdedores, pero no derrotados. Esa ¨¦tica ¡ªhabla de empat¨ªa, habla de amor¡ª es su respuesta ante lo sufrido desde la crisis de 2008. ¡°Somos una sociedad traumatizada y embrutecida por la crueldad sist¨¦mica a la que hemos sido expuestos durante los ¨²ltimos a?os¡±. La pandemia, adem¨¢s, habr¨ªa tenido la potencialidad de atemorizarnos todav¨ªa m¨¢s. Es en ese contexto, paseando por un Nueva York des¨¦rtico y al sentir miedo ante un grupo de pobres, cuando piensa por qu¨¦ siente ese temor y asume entonces el sentido y la sensibilidad de este libro. Porque ya no es solo el miedo a la soledad y a la pobreza. Tambi¨¦n el miedo a la muerte. Hace un a?o muri¨® su padre, y esa presencia final de la muerte, que de nuevo le recuerda su infancia, la lleva a reforzar su fe en la vida y en las personas. Esa fe es su aut¨¦ntica respuesta al miedo.

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