¡®Herederas¡¯, ellas tienen la palabra

La antolog¨ªa Ellas tienen la palabra (1997, reeditada en 2017), de Noni Benegas y Jes¨²s Mun¨¢rriz, supuso un hito por dar voz a una nutrida n¨®mina de autoras y por presentar las modulaciones de un discurso femenino que desafiaba clich¨¦s persistentes: ya no se trataba de tomar la iniciativa en materia er¨®tica, sino de reclamar una mirada propia sobre la realidad social y el lenguaje po¨¦tico. Publicado en la misma editorial que lanz¨® la mencionada antolog¨ªa, ...

La antolog¨ªa Ellas tienen la palabra (1997, reeditada en 2017), de Noni Benegas y Jes¨²s Mun¨¢rriz, supuso un hito por dar voz a una nutrida n¨®mina de autoras y por presentar las modulaciones de un discurso femenino que desafiaba clich¨¦s persistentes: ya no se trataba de tomar la iniciativa en materia er¨®tica, sino de reclamar una mirada propia sobre la realidad social y el lenguaje po¨¦tico. Publicado en la misma editorial que lanz¨® la mencionada antolog¨ªa, Herederas (premio de Poes¨ªa Joven Tino Barriuso), de Mar¨ªa S¨¢nchez-Saor¨ªn, se adscribe a este planteamiento desde su elocuente declaraci¨®n de principios: ¡°Yo no quiero ser musa, quiero ser yo la artista¡±.

La estirpe de mujeres que desfila por esta extraordinaria opera prima remite a las gavieras de Aurora Luque, aunque la plantilla cultural se desplace ahora al ¨¢mbito familiar. No significa esto que Herederas renuncie al bagaje hist¨®rico-mitol¨®gico, como reflejan la ¡°Atenea en ruinas¡± que soporta el peso de los siglos con actitud estoica (¡®Cari¨¢tides¡¯) o la seductora imagen de una Venus reducida a la condici¨®n de naturaleza muerta (¡®Palabras de una Venus ap¨®crifa¡¯). Sin embargo, las mayores aportaciones se concentran en la resemantizaci¨®n de las labores dom¨¦sticas como ritos inici¨¢ticos y potencialmente pol¨ªticos: si el acto de enhebrar una aguja entronca con la sutura del parto, la cocci¨®n a fuego lento tiene que ver con la g¨¦nesis del poema y la creaci¨®n del mundo. La reivindicaci¨®n de la sororidad recorre un libro de expresi¨®n clara y depurada, pero m¨¢s inc¨®modo de lo que podr¨ªa parecer a simple vista.

Frente a la normatividad de un feminismo para todos los p¨²blicos, S¨¢nchez-Saor¨ªn se arriesga a decir ¡°poetisa¡± para marcar la diferencia con el calco masculino, y no concibe la rabia airada sin el contrapeso del amor compasivo. La reflexi¨®n metaliteraria, la reparaci¨®n de la memoria hist¨®rica y la denuncia c¨ªvica son los otros ejes de una entrega que se conjuga en primera persona del plural. Entre la colectividad asamblearia y las ra¨ªces del ¨¢rbol geneal¨®gico, Herederas nos invita a dialogar en cuerpo y alma con aquellas ¡°generaciones de mujeres¡± que se atrevieron a tomar la palabra.

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