Lo nuevo de Bj?rk, William Parker, Rina Sawayama y otros discos recomendados

Vivimos un periodo de revisionismo hist¨®rico en el que nada es inmutable, y mucho menos esas siempre pol¨¦micas listas de los mejores discos de los noventa que algunas publicaciones est¨¢n rehaciendo. Hoy, trabajos que se consideraban irrefutables hasta hace 10 a?os son ahora desbancados y sustituidos por otros que en su tiempo fueron ignorados. Pero eso no parece afectar a Bj?rk. Los discos de la islandesa permanecen firmes en esos listados, lo que parece demostrar que son tan apreciados por las nuevas generaciones de cr¨ªticos com...

Bj?rk nunca lo pone f¨¢cil

Por I?igo L¨®pez Palacios

Vivimos un periodo de revisionismo hist¨®rico en el que nada es inmutable, y mucho menos esas siempre pol¨¦micas listas de los mejores discos de los noventa que algunas publicaciones est¨¢n rehaciendo. Hoy, trabajos que se consideraban irrefutables hasta hace 10 a?os son ahora desbancados y sustituidos por otros que en su tiempo fueron ignorados. Pero eso no parece afectar a Bj?rk. Los discos de la islandesa permanecen firmes en esos listados, lo que parece demostrar que son tan apreciados por las nuevas generaciones de cr¨ªticos como lo fueron en su momento por sus coet¨¢neos. Bj?rk es todav¨ªa una artista indiscutible.

Y no porque lo ponga f¨¢cil. Este es su primer disco en siete a?os y hace que su antecesor, Vulnicura, suene accesible. Instrumentos de vientos combinados con beats electr¨®nicos y esa forma de cantar que cada vez parece m¨¢s una ¨®pera surrealista. Fossora es posiblemente el m¨¢s dif¨ªcil de los 10 ¨¢lbumes que ha publicado a lo largo de toda su carrera. Nadie espera a estas alturas un disco comercial de Bj?rk porque hace tiempo que la ligereza no le interesa, pero Fossora roza lo extremo. Hay que llegar al sexto tema, ¡®Ancestress¡¯, en el que participa su hijo mayor, Siri, para encontrar algo relativamente mel¨®dico, aunque dista mucho de ser un hit radiable. No hay un ¡®Hidden Place¡¯ ni un ¡®Hyperballad¡¯ en Fossora. Todo el disco es un viaje tan apasionante como inc¨®modo, inspirado en la tierra y, en concreto, en el mundo de los hongos. Es especialista en dotar a todo de un significado, en llenarlo todo de met¨¢foras y referencias que parecen solo al alcance de los fans m¨¢s ac¨¦rrimos. Y de algunos colaboradores singulares. En este caso, The Hamrahl¨ª? Choir o Serpentwithfeet (que tambi¨¦n colabor¨® con el fallecido Virgil Abloh). Y uno de esos nombres que destacan en el mundo de la electr¨®nica underground: si anteriormente tir¨® de The Haxan Cloak, y antes de Arca, esta vez son Gabber Modus Operandi, un d¨²o indonesio, que mezcla eso que se conoce como gabber, un ritmo acelerad¨ªsimo de hardcore techno holand¨¦s de los ochenta, con estilos locales de ese archipi¨¦lago asi¨¢tico. Una chifladura apasionante que conquist¨® a Bj?rk porque durante la pandemia, que la retuvo en Reikiavik m¨¢s tiempo que nunca antes en su vida, se dedic¨® a montar fiestas en su casa en el que ese sonido trepanador pero divertid¨ªsimo era el rey.

Tambi¨¦n participa su hija Isadora, aquella ni?a de la que hablaba en Med¨²lla (2005), su disco sobre la maternidad y que flotaba en Vulnicura, el ¨¢lbum de la ruptura de Bj?rk con Matthew Barney, con quien entonces se disputaba su custodia. Hoy con 19 a?os es ¡ª?suena fatal, pero no hay otra forma de decirlo¡ª modelo y actriz. Y ha dejado la casa de su madre, casi al mismo tiempo que fallec¨ªa la abuela del clan, aquella hippy que orient¨® a Bj?rk hacia el arte. Fossora es un disco dif¨ªcil, pero gratificante, que parece tratar de c¨®mo la vida se abre camino a trav¨¦s de la muerte. Y de c¨®mo las partidas jugadas en el pasado dejan un vac¨ªo del que hay que aprender.

Otro nombre para el amor

Por Yahv¨¦ M. de la Cavada

Hay que suponer que el ¨²nico motivo por el que esta grabaci¨®n registrada hace casi 20 a?os no haya sido publicada hasta ahora es la intensa actividad creativa de William Parker, uno de los m¨²sicos m¨¢s ocupados de la m¨²sica improvisada, cuya discograf¨ªa se ampl¨ªa regular y abundantemente, siempre con una talla art¨ªstica al alcance de muy pocos. Parker es un raro ejemplo de m¨²sico universal: surgido en la escena del free jazz de los setenta, con los a?os se ha empapado de m¨²sica de diferentes ¨¦pocas y continentes, y su obra, sin despegarse de la tradici¨®n negra que va desde el blues hasta el free, emerge de toda clase de ra¨ªces.

El concepto de ¡°tonalidad universal¡± de Parker es amplio y abstracto ¡ªel contrabajista se refiere a ¨¦l como ¡°otro nombre para el amor¡± o ¡°el inicio del sonido como met¨¢fora de cualquier cosa bella¡±¡ª. Pero tambi¨¦n, desde una perspectiva musical, el m¨²sico lo utiliza para referirse a la improvisaci¨®n m¨¢s genuina y a la confluencia de distintas voces musicales para crear algo conjunto. As¨ª, esta grabaci¨®n irrepetible documenta un encuentro de m¨²sicos de generaciones y procedencias diferentes para improvisar juntos a partir de unas breves anotaciones de Parker. La mezcla es genuina e inspiradora: a instrumentos ortodoxos como saxo, trompeta, piano o guitarra el¨¦ctrica se unen el koto japon¨¦s o el geomungo coreano, de la misma forma en que m¨²sicos j¨®venes interact¨²an naturalmente con maestros como Grachan Moncur, Billy Bang o Dave Burrell.

En Universal Tonality los improvisadores son elementos ¨²nicos de expresi¨®n sonora ¡ªno solo musical: Parker dice que su m¨²sica no tiene tanto que ver con notas como con sonidos¡ª; surgidos de horizontes distintos y forjados en sus propios caminos, todos ellos aportan experiencias y voces singulares, acompa?ando a Parker en la creaci¨®n de una obra absolutamente impresionante.

Una voluntad ecl¨¦ctica

Por Beatriz G. Aranda

Si observamos la forma, este disco es un artefacto ecl¨¦ctico dif¨ªcil de ubicar. El fondo es otra cosa: la compositora brit¨¢nico-japonesa Rina Sawayama aprovecha su segundo ¨¢lbum para explicar (y explicarse) que no todo el mundo encaja en la contracultura. En el primer tema, ¡®Minor Feelings¡¯, canta: ¡°Toda mi vida me he sentido fuera de lugar¡±. Hold the Girl se mueve libremente y sin complejos por g¨¦neros (rock electr¨®nico, nu metal, pop ¨¦pico, UK garage) y texturas. Lady Gaga o Shania Twain son algunas de las referencias, aunque el verdadero mensaje de Sawayama es ideol¨®gico y tiene que ver con la voluntad y la libertad. Ser¨¢n gajes del oficio: adem¨¢s de diva pujante del pop, es graduada en Ciencias Pol¨ªticas por Cambridge.

Himnos desde Aluche

Por Carlos Marcos

En las calles de Aluche, el barrio madrile?o donde se mueve este d¨²o de raperos, crecen los locales de apuestas deportivas y las conversaciones se centran en el presente: el futuro ni se vislumbra. Natos y Waor han retratado bien esa realidad que nace en las aceras de las zonas obreras de las grandes ciudades. Y parece que lo han hecho bien: es la banda de hip hop espa?ol m¨¢s popular del momento. Este es su octavo disco, cifra respetable que los empuja a ampliar el foco. Ya no es solo hip hop; el soul, la m¨²sica de baile y hasta el rock tienen cabida en su propuesta. Y siempre con la habilidad de componer himnos para esa juventud a la que ni le importa ni le preocupa lo que est¨¢ por llegar. No se los pierdan en concierto.

Una gozosa Babel panafricana

Por Javier Losilla

Con ¡®Panter¡¯, canci¨®n editada en marzo, este d¨²o formado por el productor francoargelino Nadjib Ben Bella y el DJ sudafricano Aero Manyelo, inaugur¨® Real World X, el nuevo sello de Peter Gabriel. En septiembre despach¨® un EP hom¨®nimo de cinco piezas, y ahora publica este primer ¨¢lbum. En ¨¦l, el d¨²o traza una sinuosa l¨ªnea r¨ªtmica que une el Magreb con Johanesburgo, un recorrido que hace una parada especial en el Congo. Miembros de Konono N?1, Kasai Allstars y Mbongwana Star, entre otros, participan en este viaje que va m¨¢s all¨¢ de la chatarrer¨ªa sonora armada en las calles de Kinshasa, en un cruce de lenguajes musicales org¨¢nicos y sint¨¦ticos que dialogan y construyen una gozosa y excitante Babel panafricana.

C¨ªrculo cerrado

Por Ferm¨ªn Lobat¨®n

La cantaora cierra el c¨ªrculo. Esta es la segunda entrega de un prometido doble ¨¢lbum, que tuvo la primera a finales del a?o pasado con Tremenda. Los temas son los mismos de aquella grabaci¨®n (m¨¢s un bonus track adicional), pero con un regreso al origen desde el futuro en que la artista est¨¢ instalada. Abandonados los arreglos el¨¦ctricos y electr¨®nicos, se vuelve a la desnudez org¨¢nica de la tradicional guitarra flamenca de acompa?amiento, con una cuidada elecci¨®n de maestros, Riqueni entre ellos. Los cantes ten¨ªan f¨¢cil la reversi¨®n: ese era su punto de partida y, en su vuelta a ¨¦l, no pierden su esencia ni la personalidad y estilo de su creadora, que se ha hecho con una voz propia y reconocible.

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