Bob Dylan no da lo que promete
Su libro ¡®Filosof¨ªa de la canci¨®n moderna¡¯ no contiene ninguna filosof¨ªa, exhibe una idea muy limitada de lo ¡°moderno¡± y es dudoso que lo haya escrito ¨¦l solo. No aporta nada al canon literario del cantautor y premio Nobel
El enunciado de este hermoso libro contiene tres falacias. Primero, no se puede detectar ninguna ¡°filosof¨ªa¡± en el sentido convencional dentro de esta deriva por 66 discos de aqu¨ª y de all¨¢; todo lo m¨¢s, se especula sobre la vida amorosa, los estereotipos humanos, el dinero, el destino. Segundo, lo de ¡°canci¨®n moderna¡± debe considerarse una broma, y no es la ¨²nica. Apenas hay dos o tres grabaciones pertenecientes al siglo XXI y el grueso del repertorio seleccionado pertenece a los a?os cincuenta; sobre la mayor¨ªa de los textos planean las sombras de Elvis Presley y, sobre todo, Frank Sinatra. ...
El enunciado de este hermoso libro contiene tres falacias. Primero, no se puede detectar ninguna ¡°filosof¨ªa¡± en el sentido convencional dentro de esta deriva por 66 discos de aqu¨ª y de all¨¢; todo lo m¨¢s, se especula sobre la vida amorosa, los estereotipos humanos, el dinero, el destino. Segundo, lo de ¡°canci¨®n moderna¡± debe considerarse una broma, y no es la ¨²nica. Apenas hay dos o tres grabaciones pertenecientes al siglo XXI y el grueso del repertorio seleccionado pertenece a los a?os cincuenta; sobre la mayor¨ªa de los textos planean las sombras de Elvis Presley y, sobre todo, Frank Sinatra. As¨ª, ni rastro de Woody Guthrie, el modelo de cantautor que admiraba a su llegada a Nueva York.
M¨¢s peliagudo es el tercer embuste. Aunque firmado por ¡°Bob Dylan¡±, esto parece una obra conjunta con Eddie Gorodetsky, exitoso hombre de televisi¨®n y fan¨¢tico coleccionista de rarezas discogr¨¢ficas. Gorodetsky fue el principal responsable de la ordenaci¨®n y el contenido ¡ªdesde los discos incluidos hasta buena parte de las presentaciones dylanianas¡ª del delicioso Theme Time Radio Hour, programa inicialmente emitido por Sirius Satellite Radio entre 2006 y 2009. A Gorodetsky cabe atribuir el formidable complemento gr¨¢fico del presente tomo. As¨ª, las abundantes fotos que tienen que ver con la fabricaci¨®n y venta de pizarras y vinilos: es un habitual de las tiendas de discos, pasi¨®n que ¡ª?por lo que se sabe¡ª no comparte su amigo Bob.
Y no es que Dylan oculte su deuda. El apartado de agradecimientos en Filosof¨ªa de la canci¨®n moderna comienza as¨ª: ¡°Gracias especialmente a mi colega de pesca Eddie Gorodetsky por toda la informaci¨®n y el espl¨¦ndido material original¡±. De hecho, hay fragmentos del texto ¡ªlistados, especu?laciones discogr¨¢ficas, retazos de biograf¨ªas¡ª que parecen redactados por Gorodetsky o un erudito similar.
Todas las firmas de la tirada autografiada, 900 ejemplares a 599 d¨®lares, eran iguales. El m¨²sico no hab¨ªa tocado esos libros
?Hab¨ªa que engordar el libro hasta que alcanzara el tonelaje ¡ªun kilogramo aproximadamente¡ª requerido? Puede: aparenta estar enfocado al mercado de los regalos. Tal vez haya demasiada avaricia empresarial en todo el proyecto, como se descubri¨® al circular la tirada autografiada, 900 ejemplares en preventa, a 599 d¨®lares la pieza. Cuando empezaron a llegar a sus compradores, estos compartieron fotos y descubrieron que ?todas las firmas eran iguales! ?C¨®mo pudo ser posible? Sencillo: se hab¨ªa usado un Autopen, m¨¢quina que reproduce cualquier firma. Es decir, que Dylan ni siquiera hab¨ªa tocado esos libros.
Las excusas produc¨ªan sonrojo. Que Dylan sufre de v¨¦rtigo (no es impedimento, parece, para subirse a los escenarios durante sus extensas giras) y que hubiera necesitado ¡°cinco ayudantes¡± para mover los 900 vol¨²menes, ¡°algo imposible con los protocolos de distanciamiento social impuestos por la covid-19¡å. Lo que asombra, m¨¢s a¨²n que la voracidad recaudatoria de Bob Dylan SL, es que all¨ª ni siquiera se hubieran enterado de los peligrosos precedentes: uno de sus colegas, Van Morrison, hab¨ªa sido pillado con las manos en la masa ¡ª?en mayo de 2021!¡ª despachando signaturas autom¨¢ticas en la versi¨®n cara de su disco negacionista, Latest Record Project.
Que conste que esas peque?as trapacer¨ªas no van a afectar la f¨¦rrea repu?taci¨®n de Bob Dylan como el artista m¨¢s ¡°aut¨¦ntico¡± del rock. Lo interesante de Filosof¨ªa de la canci¨®n moderna es que revela otras facetas del personaje. Por ejemplo, su sentido de la prudencia o del pacto de caballeros entre superestrellas: no son seleccionados temas de los Beatles, los Rolling Stones, Neil Young, Bruce Springsteen ni su amiga/enemiga Joni Mitchell.
De hecho, las ¨²nicas mujeres incluidas entre las 66 figuras son Cher, Rosemary Clooney, Judy Garland y Nina Simone, ninguna de ellas destacada como autora. Tal vez no sea casualidad: Dylan se muestra belicoso frente a lo pol¨ªticamente correcto. En el comentario a ¡®Poison Love¡¯ (1951), del d¨²o country Johnnie and Jack, interpreta que se trata de una advertencia contra el ¡°amor il¨ªcito¡±. Y sigue con una defensa de la prostituci¨®n: ¡°Al contrario de lo que piensa la mayor¨ªa de la gente, cuando pagas por sexo con dinero, ese es quiz¨¢ el precio m¨¢s barato que existe. Las relaciones complejas resultan muy caras. Mejor acudir a una casa de putas o a un burdel (¡). Con suerte obtienes aquello por lo que pagaste, y te vas sin m¨¢cula, inc¨®lume¡±. Curioso que olvide un cl¨¢sico de t¨ªtulo similar ¡ª'Poison Ivy¡¯, de los Coasters¡ª que advert¨ªa n¨ªtidamente contra las enfermedades de transmisi¨®n sexual.
Aviso: no conviene menospreciar el sentido del humor de Dylan ni su deleite en la provocaci¨®n. ¡®Cheaper to Keep Her¡¯ (1973), del soulman ?Johnnie Taylor, sirve para armar una fil¨ªpica contra los abogados de familia, expertos en divorcios y acuerdos prematrimoniales. ?l ha pasado por esos trances y tiene una soluci¨®n limpia: el matrimonio pol¨ªgamo. Y antes de que ¡°las feministas me persigan por la calle con antorchas¡±, advierte que su arreglo incluye tambi¨¦n la poliandria, la mujer casada con dos o m¨¢s hombres. En realidad, el compromiso no parece recomendable, visto que esta lista de Bob incluye esencialmente detestables hembras codiciosas (¡®Money Honey¡¯, de Elvis), provocadoras fr¨ªvolas (¡®Poor Little Fool¡¯, de Ricky Nelson), modernas brujas (¡®Witchy Woman¡¯, de los Eagles), animadoras de cantinas fronterizas (¡®El Paso¡¯, de Marty Robbins) y hasta sospechosas de usar magia negra (¡®Black Magic Woman¡¯, de Santana).
Las ¨²nicas mujeres incluidas entre las 66 figuras son Cher, Rosemary Clooney, Judy Garland y Nina Simone, ninguna de ellas destacada como autora. Tal vez no sea casualidad: Dylan se muestra belicoso frente a lo pol¨ªticamente correcto
Ahora, en serio: no creo que, incluso entre los dylanianos m¨¢s cerriles, haya muchos que usen al Dylan contempor¨¢neo como consejero en asuntos del coraz¨®n o de la entrepierna. Lo que esperamos de Bob son las chispas de ingenio, las intuiciones inesperadas. As¨ª, cuando reivindica a los Grateful Dead como una orquesta de baile: ¡°Tienen m¨¢s en com¨²n con Artie Shaw y el bebop que con los Byrds o los Stones. Los derviches danzantes son un ingrediente tan importante como el que m¨¢s de los muchos que conforman su m¨²sica. Existe una gran diferencia entre el tipo de mujeres que ves desde el escenario cuando est¨¢s con los Stones y el que ves cuando est¨¢s con los Dead. Con los Stones es como estar en un festival de porno. Con los Dead se parecen m¨¢s a las mujeres que aparecen en el r¨ªo de la pel¨ªcula O brother! Flotantes, serpenteantes y escurridizas como en un sue?o¡±.
Aceptemos bebop como m¨²sica de baile. Asumamos tambi¨¦n que la decadencia (?y ca¨ªda?) del imperio estadounidense fue obra de los estupefacientes: ¡°Si andas pregunt¨¢ndote c¨®mo se hunde un pa¨ªs, f¨ªjate en los traficantes de drogas. Narcotraficantes en todas las ciudades pase¨¢ndose con una diana en la espalda, desafiando a cualquiera a que les pegue un tiro¡±.
?Est¨¢ sugiriendo un vamos-a-limpiar-nuestras-calles, a lo Travis Bickle? Podr¨ªa ser: el tono dominante es lo coloquial y Dylan ignora la autocensura. Sabemos que puede desarrollar argumentos extensos y agudos, como hizo en los discursos de aceptaci¨®n del Nobel y el MusiCares Person of the Year en 2015. Aqu¨ª ha optado por lo disperso y lo fragmentario. En el sentido de joviales provocaciones que esconden granadas de fragmentaci¨®n.
Filosof¨ªa de la canci¨®n moderna?
Autor: Bob Dylan.
Traducci¨®n: Miguel Izquierdo.
Editorial: Anagrama, 2022.
Formato: tapa blanda (340 p¨¢ginas. 29,90 euros) y e-book (15,99 euros).
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