La autopsia de la c¨¢rcel de un revolucionario del siglo XX

Este libro es un tratado sobre el proceso de deshumanizaci¨®n que implica la experiencia carcelaria. Que nadie espere la ¨¦pica de Cadena perpetua, que nadie busque un de profundis. Aqu¨ª el lector, incomodado, se siente morir en vida porque Victor Serge explic¨® la cotidianeidad en la c¨¢rcel como una condena peor a la sentencia de muerte. Su relato empieza con su detenci¨®n y culmina con la liberaci¨®n, pero este libro publicado en 1930 (en franc¨¦s y en esp...

Este libro es un tratado sobre el proceso de deshumanizaci¨®n que implica la experiencia carcelaria. Que nadie espere la ¨¦pica de Cadena perpetua, que nadie busque un de profundis. Aqu¨ª el lector, incomodado, se siente morir en vida porque Victor Serge explic¨® la cotidianeidad en la c¨¢rcel como una condena peor a la sentencia de muerte. Su relato empieza con su detenci¨®n y culmina con la liberaci¨®n, pero este libro publicado en 1930 (en franc¨¦s y en espa?ol) no explora su evoluci¨®n personal. Hombres en prisi¨®n forma parte de un combate contra el sistema porque muestra c¨®mo la m¨¢quina penitenciaria est¨¢ concebida para ir laminando capas de identidad y as¨ª, a partir del primer d¨ªa de privaci¨®n de libertad, transformar al hombre en un ser con las constantes de humanidad bajo m¨ªnimos. El Serge que se recuerda contemplando los dibujos de angustia er¨®tica pintados en paredes de distintas c¨¢rceles, que nos hace sentir el asco por el caldo sucio y el pan duro, que describe la celda como un ¡°retrete sobredimensionado¡±, es un revolucionario profesional.

En una p¨¢gina hay una alusi¨®n a su batalla. A pesar de la incomunicaci¨®n entre reclusos, le llega una noticia del mundo exterior desde el otro lado del muro: ¡°Tu amigo B. se ha cargado al jefe de la S?ret¨¦. Oremus!¡±. B. era el anarquista y delincuente Jules Bonnot. La v¨ªctima era jefe adjunto de la seguridad nacional y responsable de desmantelar el grupo de Bonnot, que hab¨ªa cometido diversos cr¨ªmenes y atracos en Par¨ªs ¡ªel del banco Soci¨¦t¨¦ G¨¦n¨¦rale, que conste, fue el primero perpetrado en coche de toda la historia¡ª. Estamos en la primavera de 1912. Despu¨¦s de aquel robo, Serge los refugi¨®. Y dicha vinculaci¨®n lo llev¨® cinco a?os a la c¨¢rcel, experiencia que est¨¢ en la base del libro que ahora se reedita. Cuatro d¨ªas despu¨¦s del crimen, la polic¨ªa liquid¨® a Bonnot.

Al salir de la c¨¢rcel Serge se traslad¨® a Barcelona para seguir con su lucha. Su militancia radical, siempre cr¨ªtica, le llev¨® a vivir una vida pol¨ªtica ¨¦pica. De Barcelona salt¨® a Francia, m¨¢s c¨¢rcel, y en 1919 ya estaba en la Uni¨®n Sovi¨¦tica para colaborar en la construcci¨®n del estado socialista, hasta que fue purgado por impugnar la deriva estalinista al situarse en la Nueva Izquierda. De esa ¨¦poca son sus primeros libros. Al poco la polic¨ªa secreta rusa le confisc¨® sus manuscritos y fue deportado a los Urales. Pudo salvarse gracias a una campa?a de apoyo internacional y, tras sobrevivir a diversos atentados dictados desde el Kremlin, tras denunciar los Juicios de Mosc¨², muri¨® en M¨¦xico.

La peripecia aventurera de Serge es tan pura y fascinante, en ocasiones ¨¦pica y arriesgada, que su literatura no siempre logra a estar a la altura de su biograf¨ªa. No es un escritor excelente, pero es un hombre magn¨¦tico y hay una dimensi¨®n del siglo XX que no se comprende sin sus libros de historia o sus testimonios autobiogr¨¢ficos. Lo supieron Orwell o Gorkin, Sontag o Hitchens. Ese furor revolucionario est¨¢ en las p¨¢ginas de este libro que ataca el orden burgu¨¦s ¡ª¡±el crimen cerrar¨¢ el c¨ªrculo del crimen¡±¡ª y, al mismo tiempo, tambi¨¦n es un manual de supervivencia para quienes militaban como ¨¦l y pudiesen vivir una experiencia como la suya. Est¨¢ su inteligencia mon¨®tona e inquietante para para explorar el funcionamiento de esa m¨¢quina de destrucci¨®n que era la c¨¢rcel y sus consecuencias f¨ªsicas y psicol¨®gicas, que van del miedo a la obsesi¨®n, la locura y el suicidio. Est¨¢n los retratos human¨ªsimos de sus compa?eros de presidio. Y est¨¢ tambi¨¦n la resistencia para sobrevivir y seguir su combate. ¡°A la monstruosa m¨¢quina carcelaria opone uno, en silencio, la firmeza y la inteligencia estoica del hombre m¨¢s fuerte que el dolor de su carne, m¨¢s fuerte que la locura¡±.

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