Vigdis Hjorth reinventa a la madre
¡®?Ha muerto mam¨¢?¡¯, la ¨²ltima novela de la autora noruega, tratar de resignificar el desapego materno a la vez que conduce a interesantes reflexiones sobre los l¨ªmites de representaci¨®n
Se piensa una madre y, desde la madurez, se reconstruye su vulnerabilidad para intentar comprender el desamor. Vigdis Hjorth, una de las novelistas noruegas m¨¢s importantes hoy, no hace algo distinto de lo que han hecho muchas mujeres: tratar de resignificar el desapego materno desde la frustraci¨®n vital de la madre que solo puede ser comprendida por una hija cuando esta mira desde cierta distancia y ve las m¨¢culas de la piel en sus propias manos. Entre otras cosas, ?Ha muerto mam¨¢? pla...
Se piensa una madre y, desde la madurez, se reconstruye su vulnerabilidad para intentar comprender el desamor. Vigdis Hjorth, una de las novelistas noruegas m¨¢s importantes hoy, no hace algo distinto de lo que han hecho muchas mujeres: tratar de resignificar el desapego materno desde la frustraci¨®n vital de la madre que solo puede ser comprendida por una hija cuando esta mira desde cierta distancia y ve las m¨¢culas de la piel en sus propias manos. Entre otras cosas, ?Ha muerto mam¨¢? plasma con tino y naturalidad c¨®mo envejecemos: ¡°Los viejos olvidan peinarse la parte posterior de la cabeza, esas cabezas de la gente mayor me hacen imaginarme sus camas, ?por qu¨¦ es esa una visi¨®n triste?¡±. En el caso de la novela de Hjorth, la narradora lleva a cabo un esfuerzo extremo de aproximaci¨®n a la madre: ella es una hija repudiada que dej¨® a su marido por otro hombre, no asisti¨® al entierro de su padre, se dedic¨® a pintar, march¨® a extranjero, rompi¨® con todas las cosas que su madre podr¨ªa haber roto. La hija repudiada re-crea a su madre, reinventa a su madre y, en ese proceso, hay algo radicalmente verdadero y algo radicalmente falso: un lugar en el que tenemos conciencia del paso del tiempo y del car¨¢cter no est¨¢tico de los seres humanos.
Ni la mujer que mira ni la mujer que es observada son siempre id¨¦nticas a s¨ª mismas y, en esas transformaciones, radica la dificultad de congelar la imagen en un retrato. La madre redescubierta, esa hip¨®tesis reprimida que forma parte de la totalidad del cuerpo de la madre, podr¨ªa haber sido desplazada por una mujer que finge todo su pasado, oculta sus debilidades y sus dotes art¨ªsticas ¡ªel ardor de su cabellera roja¡ª, mitifica su relaci¨®n matrimonial para justificar su existencia. Para esa madre, una hija redentora es una amenaza, y ese v¨ªnculo traum¨¢tico supone un trabajo colosal de representaci¨®n. Porque la narradora de este libro pinta y ese oficio no solo condiciona una capacidad sobresaliente para aislar im¨¢genes significativas del recuerdo, sino que adem¨¢s nos conduce a interesantes reflexiones sobre los l¨ªmites de representaci¨®n y, concretamente, sobre los l¨ªmites morales del artefacto autobiogr¨¢fico: c¨®mo al escribir sobre otros individuos, reales y reconocibles, corremos el riesgo de humillarlos desde una superioridad que, a la vez, es un intento de comprender y comprendernos, una demostraci¨®n de amor.
Asociadas a esa b¨²squeda conflictiva, aparecen algunas consideraciones est¨¦ticas que la narradora enuncia en voz alta condicionando el estilo de una novela que a menudo adopta forma de pregunta: ¡°?Mi madre no mira hacia atr¨¢s?¡±; ¡°es infantil interesarse por lo feo¡± le dice su madre cuando la narradora es una ni?a que hace dibujos extra?os, no literales; ¡°¡ la realidad no es interesante, la verdad es interesante¡±. En esta ¨²ltima afirmaci¨®n encontramos un v¨ªnculo entre la literatura del yo y el activismo pol¨ªtico. ?Ha muerto mam¨¢? es tambi¨¦n el relato de un acoso y de la violencia que supone abrirles los ojos a quienes prefieren mantenerlos fuertemente cerrados: la idea gira en torno a la vida, pero tambi¨¦n en torno al alcance de las representaciones art¨ªsticas. Hjorth escribe desde un trist¨ªsimo sentido del humor. Desde cierto escepticismo frente a la acci¨®n de perseverar y frente a la consanguineidad. Pese a todo, la consanguineidad est¨¢ ah¨ª. La escamoteamos con dificultades y a veces lo m¨¢s conveniente es reducirla a los consejos dom¨¦sticos de una madre. C¨®mo se enjuaga la ropa, c¨®mo se cuecen los espaguetis. Y borrar todo lo dem¨¢s.
?Ha muerto mam¨¢??
Traducci¨®n de Kristi Baggethun y Asunci¨®n Lorenzo
N¨®rdica, 2022
325 p¨¢ginas. 22,50 euros
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