¡®Cr¨®nica de 30 a?os en primera l¨ªnea¡¯, la mirada de un fotoperiodista sobre ETA

Enfrentarse a la lectura de este libro es rememorar la historia m¨¢s dura del terrorismo etarra, de los llamados ¡°a?os de plomo¡± en los que la banda asesinaba a un centenar de personas cada 365 d¨ªas y Espa?a figuraba a la cabeza del ranking de un siniestro congreso mundial de bombas. La novedad es que en esta ocasi¨®n no se trata de una novela de ¨¦xito ni de la cr¨®nica ...

Enfrentarse a la lectura de este libro es rememorar la historia m¨¢s dura del terrorismo etarra, de los llamados ¡°a?os de plomo¡± en los que la banda asesinaba a un centenar de personas cada 365 d¨ªas y Espa?a figuraba a la cabeza del ranking de un siniestro congreso mundial de bombas. La novedad es que en esta ocasi¨®n no se trata de una novela de ¨¦xito ni de la cr¨®nica de uno de los periodistas que cubri¨® ETA, sino de las memorias de un fotoperiodista que durante tres d¨¦cadas captur¨® con sus c¨¢maras la interminable tragedia y el dolor de las v¨ªctimas.

Fidel Raso es uno de los testigos principales de casi todos los atentados y secuestros de la organizaci¨®n terrorista en el Pa¨ªs Vasco y Navarra. El libro recoge los sentimientos y las emociones del profesional que dedic¨® lo mejor de su vida a despertar cada ma?ana por la llamada de la muerte, subirse a lomos de su Yamaha 250 o su viejo Citro?n AX, con sus c¨¢maras colgando del hombro, y llegar muchas veces el primero a la escena del crimen.

El autor se ha desnudado cada d¨ªa con sus fotograf¨ªas publicadas en los principales medios nacionales e internacionales. Im¨¢genes cargadas de mensajes de dolor, de rabia o resignaci¨®n de las v¨ªctimas. Ahora, Raso confiesa la dureza de retratar el diminuto f¨¦retro blanco de Fabio, un ni?o de dos a?os muerto al explotar una bomba en los bajos del coche de un guardia civil en Erandio en noviembre de 1991, o explica lo dif¨ªcil que fue captar con respeto y sensibilidad las im¨¢genes de aquellas familias an¨®nimas que acud¨ªan por primera vez al norte de Espa?a a recoger el cad¨¢ver de sus maridos y llev¨¢rselos a enterrar a Andaluc¨ªa. Comitivas f¨²nebres que, tal y como recogen sus fotograf¨ªas, caminaban por las calles de Bilbao bajo el silencio atronador de escasos y mudos espectadores.

Cuenta el autor que en un encuentro con el lendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza, el presidente del Gobierno vasco se dirigi¨® a ¨¦l con la coletilla: ?hombre, un fot¨®grafo de los de antes! Una buena manera de definir al fotoperiodista que figura en la cabeza de una reducida lista de profesionales que durante a?os se jugaron el tipo y lo entregaron todo para que la sociedad viera el da?o que caus¨® ETA.

Raso entr¨® en el ¡°ata¨²d¡± de Ortega Lara, as¨ª lo bautiz¨® el guardia civil que le permiti¨® visitarlo, y retrat¨® los rostros de dolor de miles de personas congregadas en Ermua por el asesinato de Miguel ?ngel Blanco, pero al mismo tiempo cruz¨® la frontera de Ir¨²n con Francia para cubrir los atentados de los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL), la guerra sucia protagonizada por mercenarios y polic¨ªas durante los primeros a?os de mandato socialista.

La cr¨®nica recoge tambi¨¦n las experiencias como enviado especial. Pero tras estas escapadas, Raso regresaba una y otra vez a su tierra, ¡°al primer mundo donde se asesina con el tiro en la nuca¡±

El autor relata sus viajes al otro lado de la frontera, junto al periodista Ricardo Arques, tras la pista de la misteriosa Dama Negra, autora de varios asesinatos. Y sus encuentros en Bilbao con las novias de los polic¨ªas Jos¨¦ Amedo y Michel Dom¨ªnguez, condenados por organizar los atentados. Dos mujeres que con sus testimonios ayudaron a denunciar la trama, pero que en aquella ocasi¨®n se negaron a ser fotografiadas. La cr¨®nica recoge tambi¨¦n las experiencias como enviado especial en la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, la guerra del Golfo, su estancia como editor gr¨¢fico en Ecuador y los 10 a?os cubriendo la inmigraci¨®n y el terrorismo yihadista en Ceuta y Melilla. Pero tras estas escapadas, Raso regresaba una y otra vez a su tierra, ¡°al primer mundo donde se asesina con el tiro en la nuca¡±.

Leyendo este libro, el lector descubrir¨¢ a un autor que confiesa tener el alma herida y se enfrentar¨¢ a un relato que ayudar¨¢ a las generaciones futuras a reflejar en im¨¢genes y sin mentiras los a?os m¨¢s duros de la barbarie etarra.

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