¡®Donantes de sue?o¡¯, pesadillas en un futuro pand¨¦mico de insomnio
La novela de Karen Russell, admirada por Stephen King, describe un mundo de noches en blanco que provocan la muerte y en el que prolifera una alucinaci¨®n insoportable
En un futuro neblinosamente cercano, el sue?o desaparece. La gente no puede pegar ojo. Los somn¨ªferos han dejado de funcionar. El ser humano ha desarrollado una resistencia a los f¨¢rmacos tan grande que hasta la anestesia es historia. Pero se ha encontrado la manera de poder donar sue?o. Existe un Banco del Sue?o, y luego existen las Brigadas del Sue?o, y hay ambulancias atravesando ciudades a toda velocidad para salvar a alguien que lleva tanto tiempo sin dormir que lo m¨¢s probable es que esa noche sufra alg¨²n tipo de colapso y muera. As¨ª dio comienzo todo para Trish. Su hermana Dori jam¨¢s ha...
En un futuro neblinosamente cercano, el sue?o desaparece. La gente no puede pegar ojo. Los somn¨ªferos han dejado de funcionar. El ser humano ha desarrollado una resistencia a los f¨¢rmacos tan grande que hasta la anestesia es historia. Pero se ha encontrado la manera de poder donar sue?o. Existe un Banco del Sue?o, y luego existen las Brigadas del Sue?o, y hay ambulancias atravesando ciudades a toda velocidad para salvar a alguien que lleva tanto tiempo sin dormir que lo m¨¢s probable es que esa noche sufra alg¨²n tipo de colapso y muera. As¨ª dio comienzo todo para Trish. Su hermana Dori jam¨¢s hab¨ªa dormido bien, pero luego dej¨® de hacerlo por completo. Muri¨® despierta, despu¨¦s de pasar 20 d¨ªas y 14 minutos sin dormir. Encerrada en su cabeza sin posibilidad de escapar. Ahora, Trish se dedica a invocarla para convencer a aquellos que a¨²n duermen de que donen su sue?o.
El punto de partida de la ¨²ltima novela de Karen ?Russell (Miami, Florida, 41 a?os), una de las autoras clave ¡ªy a la cabeza¡ª, junto a la imprescindible Kelly Link, del nuevo fant¨¢stico norteamericano, es fascinante. Y no lo es tanto por aquello que cuenta, sino por c¨®mo lo cuenta. El aire de microdistop¨ªa ¡ªo vistazo al abismo, peque?a temporada en el infierno del no sue?o¡ª que destila tan brev¨ªsima y punzante nouvelle no ser¨ªa el mismo si no fuese por la cristalina primera persona que, como lector, te hace sentir en todo momento dentro de la cabeza de Trish, la hermana superviviente, eliminando toda extra?eza ante el mundo representado, y convirti¨¦ndolo en instant¨¢nea y terror¨ªfica cotidianidad: he aqu¨ª lo que impact¨® a Stephen King, el maestro de ese tipo de narrador que impide que creas, mientras lees, que sigue existiendo un mundo a tu alrededor.
Existe un donante que don¨® una pesadilla insoportable que est¨¢ volviendo locos a aquellos que la recibieron. Se le conoce como Donante Y, y es una especie de supervillano
En el momento en el que Trish nos da la bienvenida a su vida de brigadista del sue?o est¨¢n ocurriendo al menos dos cosas. La primera es que acaba de captar a su primera donante universal, y la ¨²nica que existe. Porque no, no cualquier sue?o es apto para cualquiera. Pero el sue?o de la llamada Beb¨¦ A lo es. Y sus padres, los Harkonnen ¡ªa quienes Trish capt¨® en un aparcamiento, contando por en¨¦sima vez la historia de su hermana¡ª, est¨¢n empezando a temer por la salud de la peque?a de tanto sue?o como est¨¢ donando y se preguntan si no deber¨ªan apartarla de todo eso. La segunda cosa es que ha aparecido un donante nada solidario. Un donante que don¨® un sue?o contaminado con una pesadilla insoportable que est¨¢ volviendo locos a aquellos que lo recibieron. Se le conoce como Donante Y, y es una especie de supervillano.
?Por qu¨¦? Porque actu¨® a conciencia. Quiso que, de alguna forma, el mundo se infectara con sus pesadillas. ?La ¨²nica cura? El sue?o limpio de la Beb¨¦ A. Con un burocr¨¢tico enfrentamiento entre el Bien y el Mal de fondo, Russell enciende el piloto rojo del exceso de atenci¨®n, y la velocidad, y la inhumanidad de lo algor¨ªtmico, el inacabable flujo de informaci¨®n y entretenimiento, la llamada de atenci¨®n constante y no la falta de sue?o sino de conciencia. Lo que desaparece con los sue?os, parece decirnos Russell, y su brillante otro mundo infectado de alertas ¡ªun otro mundo en perpetuo estado de alarma al que no en vano dio forma durante la pandemia¡ª, es aquello que somos, o que podr¨ªamos haber sido, m¨¢s all¨¢ del mero recept¨¢culo en el que el acelerado sistema se vierte a s¨ª mismo sin descanso. Ese sistema envenenado con pesadillas que est¨¢, de alguna forma, mat¨¢ndonos, aniquilando nuestros sue?os.
Donantes de sue?o
Traducci¨®n de Rub¨¦n Mart¨ªn Gir¨¢ldez
Sexto Piso, 2023
180 p¨¢ginas. 19,90 euros
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