La industria editorial se enfurece por la ausencia de un ganador del Pulitzer
El jurado no fue capaz de llegar a un consenso sobre qu¨¦ novela merece ganar el galard¨®n No se declaraba el premio a la mejor ficci¨®n desierto desde el a?o 1977
Por primera vez desde 1977, el pasado lunes, el jurado que otorga los Pultizer declar¨® el premio a la mejor novela de ficci¨®n desierto. Y no dio m¨¢s explicaciones, porque no est¨¢ obligado a darlas. Desde entonces, las redes sociales y los medios especializados de EE UU se han preguntado qu¨¦ mensaje trataban de enviar los 20 miembros del tribunal. ?Es una cr¨ªtica al estado de la ficci¨®n en general? ?Es un reconocimiento a la calidad de los tres finalistas? ?Hicieron una pobre labor los tres expertos a los que se les encarg¨® preseleccionar tres finalistas de una lista de m¨¢s de 300 concurrentes? El caso es que 2011 no tiene Pultizer. Y el campo est¨¢ abierto a especulaciones.
Cualquiera dir¨ªa que 2011 fue un a?o nefasto para la ficci¨®n literaria. Pero no. Fue un a?o de ¨¦xitos de cr¨ªtica, como La esposa del tigre, de T¨¦a Obreht, elegida como una de las mejores escritoras j¨®venes por The New Yorker. Tambi¨¦n fue un a?o de ¨¦xitos en ventas, como Criadas y se?oras, obra de m¨¢s modestas ambiciones que logr¨® coronarse como novela m¨¢s vendida de EE UU. Adem¨¢s, Swamplandia!, libro nominado al Pulitzer, alcanz¨® la nada desde?able cifra de 200.000 ejemplares vendidos en todos los formatos, con 12 ediciones.
Cuando el jurado decide algo, no lo hace como una evaluaci¨®n de la ficci¨®n.? Refleja que ninguno de los libros pudo lograr la mayor¨ªa¡±
Sis Gissler, administrador de los Premios Pulitzer
?Qu¨¦ ha sucedido, entonces, para que el jurado del Pulitzer considere que ninguna novela es merecedora del premio de ficci¨®n este a?o? Es probable que nunca se sepa. Los miembros de ese jurado se someten a un acuerdo de confidencialidad, que les impide revelar sus decisiones. Los que hicieron la preselecci¨®n para ellos, sin embargo, s¨ª que pueden hablar. Y se han despachado a gusto.
As¨ª es como funciona el proceso: a tres grandes personalidades del mundo editorial se les encomienda, cada a?o, la lectura de cientos de libros para elegir a tres finalistas. Este a?o, ese tribunal previo lo conformaban Susan Larson, exeditora literaria del diario The Times-Picayune de Nueva Orle¨¢ns; Maureen Corrigan, cr¨ªtico literaria del programa Fresh Air de la cadena de radio NPR, y el novelista Michael Cunningham, que gan¨® el galard¨®n en 1999 por Las horas.
Larson dijo en una entrevista en NPR el martes que los tres estaban ¡°at¨®nitos, enfadados y muy decepcionados¡± por la decisi¨®n ¨²ltima del tribunal. ¡°Fue un trabajo muy intenso¡±, a?adi¨®. Cunningham dijo posteriormente que consideraba que hab¨ªa algo ¡°que no est¨¢ bien en un sistema en el que se presentan tres libros de notable calidad y no se falla un premio¡±. ¡°Creo que se lo deber¨ªan hacer mirar¡±, a?adi¨®.
Estamos at¨®nitos, enfadados y muy decepcionados. Leimos 340 novelas para presentar tres finalistas" Susan Larson, exeditora literaria del diario The Times-Picayune
Este a?o se presentaron 340 novelas. Los tres miembros del jurado eligieron Train dreams de Denis Johnson; Swamplandia! de Karen Russell, y The pale king, de David Foster Wallace. Esos tres t¨ªtulos se presentaron ante el jurado, que consta de 20 miembros, que se renuevan cada tres a?os. Entre el tribunal de este a?o se hallaban el escritor Junot D¨ªaz, el columnista de The New York Times Thomas Friedman y el presidente de la Universidad de Columbia, Lee Bollinger.
La declaraci¨®n de premio desierto enfad¨® m¨¢s si cabe a la industria editorial, que se halla en la encrucijada de un cambio a un modelo digital y que se enfrenta, adem¨¢s, a desaf¨ªos como las investigaciones del Gobierno de EE UU a sus acuerdos con empresas tecnol¨®gicas como Apple. Al saber de ello, la editorial Doubleday dijo en Twitter: ¡°Aunque no haya un Pultizer REAL para ficci¨®n, aun podemos dar otro en Twitter. Empleen la etiqueta #TwitterPulitzer¡±. El ganador de ese Pulitzer popular fue, por cierto, Teju Cole, por Open City.
No es que entre los tres finalistas no hubiera calidad. Los tres se hallaban en la lista de libros notables que cada a?o publica The New York Times. Recibieron, por lo general, cr¨ªticas excelentes. The pale king gan¨® el premio Salon de 2011. El autor de Train dreams obtuvo el Premio Literario Nacional de Ficci¨®n en 2007. Es cierto que de los tres libros, s¨®lo uno, Swamplandia!, es una novela como tal, ideada y acabada en ese formato. The pale king es un libro p¨®stumo de David Foster Wallace, que acabaron sus editores. Y Train dreams fue publicada en la revista Paris Review en 2002, para acabar en formato libro en 2011.
Aun as¨ª. El cr¨ªtico literario de The Washington Post se quej¨® en Twitter el lunes: ¡°S¨®lo hay una novela, acabada como tal entre los finalistas, y no pueden escoger un ganador¡±. Era el sentimiento generalizado en las redes sociales.
Por apagar algo del fuego, Sis Gissler, el administrador de los premios, afiliados a la Universidad de Columbia, trat¨® de apartar la idea de que el jurado estuviera enviando ning¨²n mensaje con su decisi¨®n. ¡°Cuando deciden algo, no lo hacen como una evaluaci¨®n de la ficci¨®n en general¡±, dijo al New York Times. ¡°S¨®lo refleja que ninguno de los libros pudo lograr un voto por mayor¨ªa¡±.
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