La construcci¨®n artificial del salvaje
In¨¦s Molina Navea indaga en la representaci¨®n del otro en el siglo XIX y en la historia colonial, as¨ª como en la percepci¨®n de la imagen, a trav¨¦s de un fotolibro reconocido con una menci¨®n de honor en los Encuentros de Arl¨¦s
Hace ya una d¨¦cada, cuando la artista, investigadora y fil¨®sofa In¨¦s Molina Navea (Valpara¨ªso, Chile, 1982) comenzaba su doctorado en filosof¨ªa sobre las mujeres mapuches expuestas durante el siglo XIX en el Jard¨ªn de Aclimataci¨®n de Par¨ªs, surgi¨® por azar el hallazgo de un curioso tr¨ªptico fotogr¨¢fico. La imagen se encontraba en el Museo del Quai Branly de Par¨ªs. Entre las cajas etiquetadas con los distintos nombres de los pa¨ªses colonizadores, era la correspondiente a Chile la que g...
Hace ya una d¨¦cada, cuando la artista, investigadora y fil¨®sofa In¨¦s Molina Navea (Valpara¨ªso, Chile, 1982) comenzaba su doctorado en filosof¨ªa sobre las mujeres mapuches expuestas durante el siglo XIX en el Jard¨ªn de Aclimataci¨®n de Par¨ªs, surgi¨® por azar el hallazgo de un curioso tr¨ªptico fotogr¨¢fico. La imagen se encontraba en el Museo del Quai Branly de Par¨ªs. Entre las cajas etiquetadas con los distintos nombres de los pa¨ªses colonizadores, era la correspondiente a Chile la que guardaba el curioso descubrimiento. En la primera imagen del tr¨ªptico, dos mujeres de raza negra posan de frente, en la segunda de espaldas, en la tercera eran tres las que quedaban representadas bajo el tema de Las Tres Gracias.
La imagen dio un vuelco a la tesis de la investigadora. ?C¨®mo era posible que la antropolog¨ªa del siglo XIX, equiparada a la ciencia en su metodolog¨ªa, se defendiera reproduciendo im¨¢genes ic¨®nicas de la historia del arte?, se preguntaba Molina Navea. As¨ª, la autora pas¨® siete a?os intentando entender aquella fotograf¨ªa y una vez acabada su tesis dio forma a la serie de im¨¢genes que componen su primer y exquisito fotolibro: Ejercicios m¨ªnimos para un jard¨ªn de invierno, N?8 (Ediciones Posibles). La publicaci¨®n recibi¨® el pasado mes de julio una menci¨®n de honor como libro de autor en los Encuentros de Arl¨¦s 2023, tras haber resultado finalista en la segunda edici¨®n del premio Eloi Jimeno durante el mes de junio.
El tr¨ªptico era obra del fot¨®grafo franc¨¦s Pierre Petit, y fue realizado durante las exposiciones etnogr¨¢ficas del 12 de octubre de 1888, que tuvieron lugar en el Jard¨ªn de Aclimataci¨®n de Par¨ªs. Desde 1867 hasta 1931 ¡ªcon la sola interrupci¨®n de la Primera Guerra Mundial¡ª eran habituales los llamados zool¨®gicos humanos, o exhibiciones que mostraban a seres humanos, cuyas caracter¨ªsticas eran consideradas salvajes, primitivas o diferentes. ¡°El fot¨®grafo har¨ªa posar a sus modelos siguiendo las reglas de la antropolog¨ªa decimon¨®nica, que buscaba visibilizar su objeto de estudio: el Salvaje. Todo estaba preparado en estas im¨¢genes para hacer de ellas documentos cient¨ªficos: las tres mujeres posan desnudas, brazos a los costados y mirada fija al lente; todo, salvo por un detalle: el fondo¡±, escribe la autora en uno de los textos que re¨²ne la publicaci¨®n.
¡°Toda esa producci¨®n del salvaje se hac¨ªa, en la mayor¨ªa de los casos, con personas que viv¨ªan en la ciudad. Eran ciudadanos franceses, pero de raza negra¡±
¡°Una de las cosas que intent¨¦ mostrar en el doctorado es que este tipo de fotograf¨ªas que mostraban a los salvajes o primitivos, en su mayor¨ªa, se hac¨ªan en Europa. De igual forma, el tr¨ªptico, en concreto, no estaba hecho en una selva, o en un poblado, sino que estaba hecho en Par¨ªs¡±, apunta Molina Navea durante una videoconferencia. ¡°Lo demostraban las palmeras que aparecen en el fondo. Pertenec¨ªan al Jard¨ªn de Aclimataci¨®n. De modo que, toda esa producci¨®n del salvaje se hac¨ªa, en la mayor¨ªa de los casos, con personas que viv¨ªan en la ciudad. Eran ciudadanos franceses, pero de raza negra¡±. Se conserva un documento que refleja los problemas a los que se enfrentaba la antropolog¨ªa cuando se comenz¨® a hacer este tipo de im¨¢genes. Una de las citas de un antrop¨®logo lo explica as¨ª: ¡°El problema es que, cuando los desnudamos, son simplemente hombres y mujeres desnudos. No son salvajes¡±. De ah¨ª que la tesis de la artista destaca la importancia del decorado, de un paisaje pintado, o en el caso del tr¨ªptico de las palmeras, a la hora de etiquetar a los sujetos.
A lo largo de sus investigaciones, la autora busc¨® im¨¢genes de las Gracias en la historia del arte. ¡°Incluso cuando artistas como Picasso o Man Ray las representan, siguen imitando el canon griego, es decir, una figura femenina blanca y rubia. Encontr¨¦ unas Gracias andr¨®ginas en el v¨ªdeo de Lucas Seguy de 2019, pero, con los rasgos de una mujer negra, nada m¨¢s que la fotograf¨ªa de Petit¡±, asegura. ¡°Es probable que la imagen sea la primera representaci¨®n de las C¨¢rites en una fotograf¨ªa. Pero lo m¨¢s importante: es la primera imagen, y quiz¨¢ la ¨²nica, en la que figuran las tres Gracias mediante los rasgos de tres mujeres negras¡±.
¡°Son los fondos pintados y las palmeras lo importante. Lo que realmente hace que aparezca en la fotograf¨ªa el salvaje¡±
As¨ª, una vez terminada su tesis, la artista comenzar¨¢ a manipular el tr¨ªptico a trav¨¦s de distintas t¨¦cnicas que incluyen el fotograbado, la fotograf¨ªa anal¨®gica y digital, la fotocopia y otras t¨¦cnicas experimentales con el fin de cuestionarse la percepci¨®n de la imagen. ¡°La intenci¨®n era mostrar que el salvaje no es la mala interpretaci¨®n de un grupo ¨¦tnico, sino que tiene que ver siempre con la imagen. Con el paisaje y el fondo en este caso. Las figuras lo que hacen es simplemente dar cuerpo a un personaje. Son los fondos pintados y las palmeras lo importante. Lo que realmente hace que aparezca en la fotograf¨ªa el salvaje¡±. Al tiempo, la autora har¨¢ uso de las representaciones m¨¢s caracter¨ªsticas de las tres Gracias en la historia del arte, como las de Botticelli, Rafael y Raimondi, para dar forma a una serie de collages. Se trata de composiciones toscas, que se refieren a una situaci¨®n imposible en un mismo espacio. Como ocurre con las fotos de Petit, donde confluye la historia del arte con la antropolog¨ªa del siglo XIX, la historia colonial y la historia del racismo, narraciones que normalmente se encuentran separadas.
Becada por la Asociaci¨®n Foto Torroella, la autora cont¨® con la colaboraci¨®n de los editores de Ediciones Posibles, Alex Llovet y Josep Maria de Llobet, a la hora de llevar a cabo la secuenciaci¨®n de las im¨¢genes. As¨ª como con el dise?o de Juanjo Justicia, del estudio underbau. P¨¢gina a p¨¢gina, a trav¨¦s de distintas versiones que se repiten, la materialidad de la imagen ir¨¢ influyendo en la percepci¨®n de la imagen. Aparte de las fotograf¨ªas de Petit, se incluyen otras pertenecientes a la colecci¨®n del Museo Nic¨¦phore Ni¨¦pce. Im¨¢genes etnogr¨¢ficas que esconden el cuerpo para hacer m¨¢s evidente la representaci¨®n. Una deconstrucci¨®n y reinterpretaci¨®n de la imagen que alude a las distintas lecturas que encierra el medio fotogr¨¢fico y a la fotograf¨ªa como ventana a un enigma. ¡°Realmente, despu¨¦s de siete a?os de estudio, sigo sin entender esta fotograf¨ªa¡±, afirma Molina Navea.
Cualquiera podr¨ªa ser un salvaje bajo las circunstancias adecuadas y con los disfraces correspondientes, nos advierte la autora. La construcci¨®n artificial del salvaje parecer¨ªa, por tanto, tener que ver m¨¢s con la historia del arte que con los sujetos en cuesti¨®n. De igual manera y de forma m¨¢s transversal, Molina Navea hace hincapi¨¦ en c¨®mo a¨²n cuesta imaginar que los retratados, siendo negros, hayan podido ser europeos. ¡°Los movimientos entre ?frica y Europa son extremadamente antiguos. Existen desde principios de 1400, por lo que es ilusorio creer que en el siglo XIX existiera eso a lo que investigadores se refieren por los otros. Que las sociedades europeas se hubiesen transformado dejando intactas a las africanas¡±, destaca la autora. A¨²n hoy en d¨ªa, en ocasiones, ¡°se vuelve a tender a unificar a una multitud de hombres y mujeres extremadamente diversa, que viv¨ªan en distintos continentes, hablaban distintas lenguas, ten¨ªan distintas culturas, tal y como en el pasado se hizo con la representaci¨®n del Salvaje¡±.
¡®Ejercicios m¨ªnimos para un jard¨ªn de invierno, N? 8¡ä. In¨¦s Molina Navea. Ediciones Posibles. 48 p¨¢ginas. 30 euros.
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