¡®Un esp¨ªa privado¡¯, la correspondencia de John Le Carr¨¦: ¡®So British¡¯¡
Recopiladas minuciosamente por uno de sus hijos, las cartas del maestro del g¨¦nero de esp¨ªas lo convierten en uno de sus personajes
Hay algo que los brit¨¢nicos saben hacer a la perfecci¨®n: serlo rematadamente cuando se lo proponen. Esto es lo que John Le Carr¨¦ refleja en su correspondencia al hablar de s¨ª mismo en Un esp¨ªa privado. Hasta el punto de ofrecer un suculento bocado a los lectores de quien domin¨® el g¨¦nero literario del espionaje durante seis d¨¦cadas. Lo hizo con tanta habilidad y ¨¦xito que extendi¨® su reinado sin discusi¨®n gracias a t¨ªtulos como ...
Hay algo que los brit¨¢nicos saben hacer a la perfecci¨®n: serlo rematadamente cuando se lo proponen. Esto es lo que John Le Carr¨¦ refleja en su correspondencia al hablar de s¨ª mismo en Un esp¨ªa privado. Hasta el punto de ofrecer un suculento bocado a los lectores de quien domin¨® el g¨¦nero literario del espionaje durante seis d¨¦cadas. Lo hizo con tanta habilidad y ¨¦xito que extendi¨® su reinado sin discusi¨®n gracias a t¨ªtulos como El esp¨ªa que surgi¨® del fr¨ªo, La chica del tambor, La casa Rusia y El jardinero fiel. Seguro que sus devotos lectores agradecer¨¢n un libro como este, aunque dudo que pueda seducir a otros menos inclinados al acompa?amiento literario de 700 p¨¢ginas de correspondencia de un autor que b¨¢sicamente escribi¨® solo sobre esp¨ªas. No en balde se recogen 309 cartas, introducidas, anotadas y glosadas sin desfallecimiento. Un esfuerzo de recopilaci¨®n biogr¨¢fica tan preciso y exhaustivo que, no siendo una tesis doctoral, solo un hijo podr¨ªa abordar desde la devoci¨®n filial. En este caso, hay que agradecer que se haya hecho sin incurrir en la apoteosis hagiogr¨¢fica ni el ensa?amiento ed¨ªpico. Algo que es m¨¦rito del compilador, Tim Cornwell, que fue el tercero de los hijos que Le Carr¨¦ tuvo con su primera esposa. Un reputado periodista especializado en arte, que hace una selecci¨®n, casi literaria, de cartas personales que sacan tanto partido a la vida de John Le Carr¨¦ que hacen de ¨¦l un personaje m¨¢s de sus novelas. De hecho, la correspondencia lo desnuda movi¨¦ndose con libertad por las habitaciones de su biograf¨ªa, aunque siempre cubierto con un albornoz bastante pudoroso. Como cuando entra en sus infidelidades, que pasa de puntillas en extensi¨®n y profundidad, aunque se incluyen algunas cartas.
Pero m¨¢s all¨¢ de estas en concreto, lo cierto es que el estilo Le Carr¨¦ que envuelve todo el libro refleja una contenci¨®n algo victoriana que sienta bien a la lectura. Envuelve esta con una etiqueta algo pasada de moda que, sin embargo, logra realzar la sinceridad de lo que cuenta. Tanto que parece avalado por la distancia elegante de quien sospecha que est¨¢ siendo observado por un tercero y que, por eso, se empe?a en decir la verdad para no ser acusado de encubrirla. Esto hace que las cartas hablen por s¨ª solas y vayan enhebrando las puntadas de un hilo biogr¨¢fico que no esconde frustraciones infantiles y renuncias familiares; anhelos y esperanzas personales; miedos de escritor, as¨ª como numerosos comentarios pol¨ªticos tan del gusto de una buena sobremesa isle?a alrededor de un oporto y un habano. Cuestiones todas que inspiran y se filtran en sus novelas. Muestran los hilos conductores que van del inconsciente del autor y su propia biograf¨ªa a las tramas y los personajes que habitan las historias de esp¨ªas que le hicieron famoso y rico. Un magma biogr¨¢fico e imaginativo del que sali¨® un personaje tan excepcionalmente literario como George Smiley, a quien dedic¨® un libro antes de fallecer en 2020 y que encarn¨® la tragedia del esp¨ªa que supo entender la complejidad emocional del topo que persegu¨ªa como una posibilidad de s¨ª mismo.
Quiz¨¢ este sea el asunto de mayor inter¨¦s que nutre el libro, junto al retrato que surge de una correspondencia que espejea casi una perfecta biograf¨ªa. Los vasos comunicantes que van de la vida de David Cornwell a la escritura de John Le Carr¨¦, su seud¨®nimo. A trav¨¦s de ellos se entra y se sale en sus novelas, como en una historia de enredo. Se perciben las fuentes de inspiraci¨®n y se aprecia de primera mano la frustraci¨®n de quien tuvo que dejar Oxford por culpa de un padre malversador, las ideas de un tory compasivo y civilizado, la mirada geopol¨ªtica de un mediocre diplom¨¢tico que ocultaba un esp¨ªa perfecto del MI5 y el MI6 y la erudici¨®n acad¨¦mica del profesor de Eton que era devoto de los cl¨¢sicos y de la literatura alemana. Alguien que no cre¨ªa en el espl¨¦ndido aislamiento brit¨¢nico, y menos en la versi¨®n populista del mismo que se tradujo en el Brexit. Ve¨ªa a Inglaterra como una parte sustancial de la vieja y querida Europa. Tanto que se hizo irland¨¦s para no romper con ella. Sin duda, en todas estas historias que cuentan sus cartas est¨¢ el inter¨¦s del libro. En que muestra a un Le Carr¨¦ que amaba el esqu¨ª tanto como los dimes y diretes de la sociedad de la que proven¨ªa. Que gustaba de la soledad de su casa en la esquina m¨¢s remota de Cornualles, as¨ª como las cenas y el trato con personajes relumbrantes como Graham Greene, Ian McEwan, Alec Guinness, Sydney Pollack, Pierce Brosnan y Stephen Fry, entre otros muchos. En fin, alguien tan brit¨¢nico que poco antes de morir en noviembre de 2020 dedica en su ¨²ltima carta una pulla que solo un exprofesor de Eton podr¨ªa propinar a un alumno de este colegio que se llamara Boris Johnson: ¡°El hecho de que haya estudiado Cl¨¢sicas en Eton es extraordinariamente irrelevante. Es un oik (sin la clase necesaria) de Eton¡±. Lo dicho, so British.
Un esp¨ªa privado?
Traducci¨®n de Ram¨®n Buenaventura
Planeta, 2023
712 p¨¢ginas. 23,90 euros
Un espia privat?
Traducci¨®n de N¨²ria Par¨¦s Sellar¨¨s
Edicions 62, 2023
712 p¨¢ginas. 23,90 euros
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