James Baldwin al completo y sin censura
Figura clave del siglo XX, el escritor estadounidense rompi¨® con el tab¨² de la raza y la homosexualidad en sus novelas, obras de teatro y ensayos. Su centenario alumbra la traducci¨®n de toda su obra y su publicaci¨®n sin cortes ni cambios
Carism¨¢tico, valiente y obstinado en su lucha por alcanzar la libertad como creador, James Baldwin (Nueva York, 1924 - Saint-Paul-de-Vence, Francia, 1987) fue nieto de esclavos y predicador en su adolescencia temprana, se forj¨® como cr¨ªtico en el West Village de Nueva York en los a?os cuarenta y como novelista y ensayista cuando viv¨ªa como expatriado en Francia y Turqu¨ªa. ¡°Hab¨ªa dicho que ser¨ªa un escritor, Dios, Sat¨¢n o Mississippi mediante, y el color no importaba porque iba a ser libre¡±, sentenci¨® en uno de sus ensayos...
Carism¨¢tico, valiente y obstinado en su lucha por alcanzar la libertad como creador, James Baldwin (Nueva York, 1924 - Saint-Paul-de-Vence, Francia, 1987) fue nieto de esclavos y predicador en su adolescencia temprana, se forj¨® como cr¨ªtico en el West Village de Nueva York en los a?os cuarenta y como novelista y ensayista cuando viv¨ªa como expatriado en Francia y Turqu¨ªa. ¡°Hab¨ªa dicho que ser¨ªa un escritor, Dios, Sat¨¢n o Mississippi mediante, y el color no importaba porque iba a ser libre¡±, sentenci¨® en uno de sus ensayos. El escritor, cuyo centenario se celebra este 2 de agosto, denunci¨® alto y claro la injusticia racial en Estados Unidos, form¨® parte del movimiento por los derechos civiles y fue una de las primeras voces en escribir sin tapujos sobre relaciones homosexuales en sus obras teatrales y novelas.
Curiosamente, las menciones a Espa?a recorren de forma discreta su obra: en el pr¨®logo de su colecci¨®n de ensayos Nadie sabe mi nombre cita Espa?a cuando se refiere a su experiencia en Europa y la necesidad de regresar a Estados Unidos; en la novela El cuarto de Giovanni, Espa?a es el pa¨ªs al que viaja la novia del narrador protagonista; mientras que en Otro pa¨ªs los personajes discuten sobre un posible viaje al sur de los Pirineos para acabar denunciando la connivencia de Estados Unidos con el r¨¦gimen franquista. Vuelve a incidir en esto en su c¨¦lebre ensayo La pr¨®xima vez el fuego: ¡°Defendemos nuestro papel en Espa?a refiri¨¦ndonos a la amenaza rusa y la necesidad de proteger el mundo libre¡±.
Hubo al menos una visita a Bilbao de Baldwin en los cincuenta a¨²n mal documentada, pero s¨ª consta que en la siguiente d¨¦cada el escritor asisti¨® a los encuentros literarios de Formentor en 1962 y despu¨¦s mantuvo un breve affaire con Jaime Gil de Biedma, que le dedic¨® un poema; tambi¨¦n fue amigo de Gabriel Ferrater. Su ¨²ltimo viaje a Espa?a fue ya en tiempos de la joven democracia en 1984, apenas tres a?os antes de morir en Francia como consecuencia de un c¨¢ncer.
Cuando el dictador a¨²n estaba vivo el nombre de James Baldwin aparec¨ªa con relativa frecuencia en la prensa espa?ola por su vinculaci¨®n con el movimiento que denunciaba y combat¨ªa la sist¨¦mica segregaci¨®n y discriminaci¨®n racial en EE UU. Tambi¨¦n fue recurrente la presencia del escritor, cuya obra tuvo un enorme eco durante los cincuenta y sesenta, en los informes de los censores franquistas que rechazaron reiteradamente la publicaci¨®n de su trabajo, algo en lo que estaba empe?ada la editora Esther Tusquets, al frente del sello Lumen.
El escritor era m¨¢s conocido que le¨ªdo en Espa?a; de hecho, lo primero que se tradujo suyo fue una obra de teatro (Blues para Mr. Charlie, Lumen, 1966), aunque circularon algunos ejemplares de Otro pa¨ªs, editado por el sello argentino Sudamericana en 1965, y Lumen logr¨® sacar Nadie sabe mi nombre en 1970 y Ve y dilo a la monta?a dos a?os despu¨¦s. Esta ¨²ltima obra, seg¨²n los censores que impusieron notables cortes, era ¡°una novela excesivamente cruda cuya expresividad descarnada puede ocasionar esc¨¢ndalo¡±, tal y como recoge en un estudio sobre la obra del autor afroamericano y la censura franquista Jordi Cornell¨¤-Detrell, profesor de la Universidad de Glasgow.
La investigaci¨®n, que Cornell¨¤-Detrell ha ampliado con un art¨ªculo sobre el rastro de Espa?a en el trabajo del escritor, muestra adem¨¢s algo sorprendente: los cortes y cambios que sufrieron los libros de Baldwin, en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica debido a la censura franquista y en Argentina por decisi¨®n de sus editores, no fueron corregidos en las reediciones posteriores. ¡°Las consecuencias m¨¢s nocivas de la censura no fueron solo que algunos de sus libros apareciesen con recortes, sino que obras importantes, que hab¨ªan tenido un gran ¨¦xito en Europa, no pudiesen aparecer hasta bastante m¨¢s tarde¡±, explica Cornell¨¤-Detrell. ¡°Esto distorsion¨® la recepci¨®n de Baldwin en Espa?a: una novela tan importante como El cuarto de Giovanni, por ejemplo, solo pudo ser publicada por Bruguera en 1980, y muchos de sus ensayos todav¨ªa no han sido traducidos¡±.
El centenario viene a corregir esto y as¨ª en 2024 ha arrancado un nuevo impulso editorial que se prolongar¨¢ varios a?os y que permitir¨¢ al p¨²blico en espa?ol encontrarse con Baldwin sin cortes y al completo. Dos sellos independientes, Sexto Piso y Capit¨¢n Swing, publicar¨¢n, respectivamente, toda la ficci¨®n y no ficci¨®n del autor con nuevas traducciones. Tambi¨¦n en catal¨¢n aparecer¨¢n los t¨ªtulos de Baldwin a cargo de Trotalibros y Tigre de papel. ¡°Desde 2018 hemos tratado de recuperar su obra, que estaba bastante desperdigada y, en algunos casos, descatalogada¡±, explica Jos¨¦ Hamad desde Sexto Piso. El cuarto de Giovanni ha sido la primera novela que este sello ha sacado esta primavera, una apasionada y tr¨¢gica historia de amor entre el narrador y un camarero italiano, y seguir¨¢n con Ve y dilo a la monta?a, el debut de Baldwin publicado en 1953 gracias a la ayuda de Richard Wright. Y, aunque los cortes que modificaron la relaci¨®n homosexual y suprimieron las referencias a las drogas en la versi¨®n argentina de Otro pa¨ªs fueron corregidos en la traducci¨®n de hace unos a?os de Tres puntos, ahora sacar¨¢n una nueva versi¨®n, y saldr¨¢n, adem¨¢s, todos los cuentos de Baldwin reunidos en Nadie sabe mi nombre.
Lleg¨® a ocupar la portada de ¡®Time¡¯ y a viajar con Belafonte y Poitier a Kenia para celebrar su independencia
En Capit¨¢n Swing han arrancado con el ensayo que re¨²ne las dos cartas que Baldwin escribi¨® a uno de sus sobrinos, publicadas originalmente en 1962 en The Progressive y The New Yorker, y reunidas en La pr¨®xima vez el fuego. Este escueto y emocionante texto, testimonio capital de lo que supone ser un hombre negro en Estados Unidos a mediados del siglo XX es una piedra angular de la lucha por los derechos civiles, cuyo eco ha traspasado generaciones, que han vuelto a dialogar con Baldwin. Valgan como ejemplo de esa conversaci¨®n el libro coral editado por Jesmyn Ward Esta vez el fuego (Ediciones del Oriente y del Mediterr¨¢neo) o la carta que Ta Nehisi Coates escribi¨® a su hijo, tomando como modelo las de Baldwin, en Entre el mundo y yo (Seix Barral). ¡°Desde que arrancamos la editorial hemos publicado textos de Frederick Douglas, W. E. B. Du Bois, Malcolm X o Angela Davis, y Baldwin encajaba perfectamente en nuestro cat¨¢logo; era importante sacar su obra¡±, explica Blanca Cambronero, editora de Capit¨¢n Swing. Incorporar¨¢n en los pr¨®ximos a?os cuatro t¨ªtulos m¨¢s, entre los que figuran Nadie se acordar¨¢ de sus nombres y Notas de un hijo nativo, que permanec¨ªa in¨¦dito.
El centenario de Baldwin impulsa su obra no solo en Espa?a sino en m¨¢s de 15 pa¨ªses, seg¨²n los datos facilitados por su agente, Ayesha Pande. Exposiciones, charlas, nuevos montajes de sus obras, clubs de lectura y proyecciones de documentales o del c¨¦lebre debate que Baldwin mantuvo con William F. Buckley en la Universidad de Cambridge recorren todo Estados Unidos y se expanden por Reino Unido, Francia, Alemania y Turqu¨ªa. ¡°La obra de Baldwin ha pasado por varias fases, desde el apogeo de los sesenta hasta un cierto olvido en los noventa. En las ¨²ltimas d¨¦cadas ha resurgido: temas como la homosexualidad que trat¨® en su obra, los debates sobre la descolonizaci¨®n o la lucha de Black Lives Matter han ayudado a revalorizar su trabajo¡±, sostiene Cornell¨¤-Detrell, quien destaca la absoluta independencia de este autor. ¡°Nunca escondi¨® nada y tiene valor en su contexto y hoy en d¨ªa. Est¨¢ absolutamente vigente¡±.
Antes de que el asesinato de j¨®venes negros en las calles de Estados Unidos en los ¨²ltimos a?os volviera a poner sobre la mesa la violencia y sist¨¦mica injusticia hacia la poblaci¨®n afroamericana, la llegada de Barack Obama a la presidencia de Estados Unidos en 2008 trajo el eco de la obra de Baldwin, autor de cabecera del expresidente. Ese regreso en 2016 salt¨® a la gran pantalla y lleg¨® al gran p¨²blico con el multipremiado documental I Am Not Your Negro de Raoul Peck, que toma como eje el libro inconcluso de Baldwin, Recuerda esta casa, le¨ªdo en el filme por Samuel L. Jackson.
¡°La gente conoce su lucha por los derechos civiles, algo que fue esencial en su trabajo, pero quiz¨¢ no tanto sus reflexiones sobre la condici¨®n humana, sobre el respeto y la dignidad que merece toda persona¡±, explica al tel¨¦fono su sobrino Karim Karefa, hijo de Gloria, hermana de Baldwin. ¡°La manera que ten¨ªa de sobreponerse a la tragedia, de se?alar los problemas, de reconocer lo que estaba pasando y c¨®mo afectaba a blancos y negros fue reveladora. Y mantiene su relevancia porque entiende y conoce la historia, pero mira hacia el futuro¡±. Karefa destaca la manera que Baldwin ten¨ªa de dirigirse a ni?os y j¨®venes, su forma directa de exponerse al retratar una historia, la suya, que sucedi¨® en Harlem pero que pod¨ªa situarse en muchos otros lugares. ¡°Seguimos bregando con el racismo, pero ¨¦l se adelant¨® a su tiempo al se?alar lo que acarrear¨ªa no atajar los problemas¡±, concluye.
Nacido hace cien a?os en el hospital de Harlem fuera del matrimonio, James Arthur Jones tom¨® el apellido de David Baldwin, un predicador de la iglesia baptista estricto e inflexible, que se cas¨® con su madre cuando ¨¦l ten¨ªa tres a?os, marc¨® su infancia y termin¨® en un sanatorio. El matrimonio tuvo otros ocho hijos, y James encontr¨® un refugio en la lectura, gracias al apoyo de profesores que le ayudaron en la escuela. Fue compa?ero de instituto en el Bronx del fot¨®grafo Richard Avedon, con quien edit¨® la revista escolar The Magpie. Y en esos a?os parece ser que Baldwin se acerc¨® a la Guerra Civil espa?ola, que lleg¨® a inspirar, como ¨¦l mismo cont¨®, uno de sus primeros textos, del que no se conserva ninguna copia. ¡°Uno de sus maestros, Orilla Miller, criticaba abiertamente el capitalismo y era un defensor de la causa republicana¡±, adelanta el profesor Cornell¨¤-Detrell, ¡°Baldwin reconoc¨ªa que hered¨® de Orilla su compromiso por la causa antifascista en Espa?a¡±.
A los 19 a?os, tras la muerte de su padrastro, Baldwin se instal¨® en el West Village, coraz¨®n de la bohemia de aquel entonces en Nueva York. Trabaj¨® como camarero y empez¨® entonces a colaborar como cr¨ªtico en distintas publicaciones de la intelligentsia neoyorquina del momento como The Nation, Commentary o The Partisan Review. Entre sus amigos de aquella ¨¦poca estaba la dramaturga Lorraine Hansberry ¡ªa quien Nina Simone dedic¨® To Be Young, Gifted, and Black¡ª, o el abogado y activista gay afroamericano Bayard Rustin, que organiz¨® la gran marcha a Washington en 1963. Este c¨ªrculo y sus extensiones son el nervio de la exposici¨®n en homenaje a Baldwin de la National Portrait Gallery de Washington comisariada por el cr¨ªtico Hilton Als, que abri¨® este mes de julio y seguir¨¢ montada hasta abril de 2025, cuyo t¨ªtulo This Morning, This Evening, So Soon (esta ma?ana, esta tarde, tan pronto) est¨¢ tomado de uno de sus relatos.
El gran escritor afroamericano Richard Wright ayud¨® a Baldwin a conseguir una beca y en 1948 lleg¨® a Par¨ªs. Tres a?os despu¨¦s logr¨® terminar su primera novela en Suiza, donde se refugi¨® tras una crisis nerviosa. Baldwin cargar¨ªa m¨¢s tarde contra Wright en una devastadora cr¨ªtica y un art¨ªculo posterior. Tambi¨¦n tuvo una sonada pelea por escrito con Norman Mailer. El autor de Los ej¨¦rcitos de la noche escribi¨®: ¡°Baldwin parece incapaz de decirle al lector ¡®que te jodan¡±. No era Mailer el ¨²nico que atacaba al autor por su falta de radicalidad. La apabullante fama que Baldwin alcanz¨® tras su regreso a Estados Unidos en 1957 y hasta finales de los sesenta no estuvo exenta de controversia.
Otro pa¨ªs y Nadie sabe mi nombre tuvieron mucho ¨¦xito, pero fue La pr¨®xima vez el fuego el libro que le convirti¨® en una estrella medi¨¢tica. Lleg¨® a ocupar la portada de Time y a viajar con Harry Belafonte y Sidney Poitier a Kenia para celebrar la independencia de ese pa¨ªs. Su firme compromiso con el movimiento de los derechos civiles, que le llev¨® a participar en las marchas o a registrar votantes en Alabama, para algunos resultaba insuficiente. Su fama era vista con suspicacia en ciertos c¨ªrculos del Black Power, como una prueba de que segu¨ªa el juego al establishment de los blancos. Y, sin embargo, cuentan que en 1960, frente a la chimenea de la casa de William Styron en Connecticut, dijo: ¡°Querido, vamos a derribar y quemar vuestras jodidas casas¡±. Baldwin nunca respondi¨® a las cr¨ªticas vitri¨®licas que ya en los sesenta le lanzaban otros afroamericanos, por ejemplo, Eldridge Cleaver. A Mailer, no obstante, s¨ª le contest¨® en 1961 con el contundente texto El chico negro mira al chico blanco.
Lejos de su pa¨ªs, Baldwin logr¨® encontrar la distancia para reflexionar sobre su historia: ¡°La conexi¨®n entre los blancos y los negros en Am¨¦rica es m¨¢s profunda y m¨¢s pasional de lo que ninguno de nosotros quiere pensar¡±, escribi¨®. Pero desde finales de los sesenta no pudo evitar quedar de alguna forma atrapado entre dos frentes. El asesinato de Martin Luther King, Malcolm X y Medgar Evers le empuj¨® a volver a Francia. All¨ª volvi¨® a encontrarle el editor Jaime Salinas, quien le hab¨ªa conocido en 1962 en Formentor. ¡°Me record¨® un poco a Espa?a, a los espa?oles que arrastran su cruz a cuestas desde hace siglos. Hablaba de una manera casi autom¨¢tica, como un ser que viene repitiendo lo mismo desde hace a?os. Al final de la cena un matrimonio americano que estaba al lado se meti¨® con ¨¦l. M¨¢s que indignaci¨®n sent¨ª tristeza. Lo que le dijeron era est¨²pido, injusto¡±, escribe Salinas en una de las cartas recogidas por Enric Bou en Cuando editar era una fiesta (Tusquets). Baldwin muri¨® a los 67 a?os en su casa del sur de Francia, pero su obra hoy no deja de interpelar con urgencia al mundo.
Lecturas y exposiciones
El cuarto de Giovanni. James Baldwin. Traducción de Ismael Attrache. Sexto Piso, 2024. 192 páginas. 18,90 euros
L'habitació d'en Giovanni. James Baldwin. Traducción de Dolors Udina. Trotalibros, 2024. 216 páginas. 18,90 euros
La próxima vez el fuego. James Baldwin. Traducción de Paula Zumalacárregui Martínez. Capitán Swing, 2024. 88 páginas. 16 euros
La pròxima vegada, el foc. James Baldwin. Traducción de Rafael Tasis. Tigre de paper, 2024. 88 páginas. 16,64 euros
This Morning, This Evening, So Soon: James Baldwin and the Voices of Queer Resistance. National Portrait Gallery. Washington. Hasta el 20 de abril de 2025.
JIMMY! God's Black Revolutionary Mouth. Biblioteca pública de Nueva York. Hasta el 28 de febrero de 2025.
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