¡®Nuestras primeras veces. 30 (pre)historias extraordinarias¡¯, de Nicolas Teyssandier: ?somos violentos, artistas, carn¨ªvoros, creyentes?
El prehistoriador franc¨¦s ofrece una bella introducci¨®n a ese pu?ado de preguntas que no dejan de atosigarnos sobre el origen. Cuestiones que traen consigo m¨¢s interrogantes sobre nuestros principios, nudos y hasta desenlaces
?La primera huella? ?La primera droga? ?Pero es que hubo alguna vez una primera vez de todo: herramientas, palabras, dioses? ?El primer vaso de leche? Esa es la propuesta de este peque?o gran libro, Nuestras primeras veces, del prehistoriador franc¨¦s Nicolas Teyssandier: contarnos esas posibles (imaginarias pero imaginables) primeras ocasiones en que los humanos creamos una escultura o un jefe o un entierro (?individual o m¨²ltiple?, ?con o sin ajuar?, ?con o sin alusiones al m¨¢s all¨¢?), o cometimos el primer asesinato en masa. Y a la vez que nos relata esto (pues sus cap¨ªtulos tienen al...
?La primera huella? ?La primera droga? ?Pero es que hubo alguna vez una primera vez de todo: herramientas, palabras, dioses? ?El primer vaso de leche? Esa es la propuesta de este peque?o gran libro, Nuestras primeras veces, del prehistoriador franc¨¦s Nicolas Teyssandier: contarnos esas posibles (imaginarias pero imaginables) primeras ocasiones en que los humanos creamos una escultura o un jefe o un entierro (?individual o m¨²ltiple?, ?con o sin ajuar?, ?con o sin alusiones al m¨¢s all¨¢?), o cometimos el primer asesinato en masa. Y a la vez que nos relata esto (pues sus cap¨ªtulos tienen algo de cuento) nos explica que eso de ¡°las primeras veces¡± tiene mucho de artificio narrativo... pero no todo es ficci¨®n. Y es que a los humanos digamos que la letra no s¨®lo con sangre nos entra, sino tambi¨¦n con historietas; de ah¨ª las elecciones estil¨ªsticas de Teyssandier. Pero con este libro nos queda claro que el estudio de la prehistoria es una disciplina cient¨ªfica, en di¨¢logo cauto, meticuloso y creativo con otras disciplinas compa?eras tales como (entre otras) la paleoantropolog¨ªa, la paleozoolog¨ªa, la gen¨¦tica, la qu¨ªmica, la arqueolog¨ªa, la medicina, la econom¨ªa y la primatolog¨ªa.
Gran parte del atractivo de este ensayo reside en que es un libro breve, armado en episodios tambi¨¦n breves, que sin embargo resulta profundo. Nos pone al d¨ªa de los estados de la cuesti¨®n m¨¢s candentes dentro de este campo del saber, y lo hace con argumentos concisos que no dejan de ser (y as¨ª el autor lo remarca) puntos orientativos para animar a los lectores a seguir ahondando. Porque aunque nosotros, legos, tengamos poco o nada de paleoantrop¨®logos o arque¨®logos, las preguntas que aqu¨ª se van cruzando y respondiendo (casi siempre a medias) nos interesan en lo m¨¢s ¨ªntimo. Bueno, nos interesan se queda corto: nos magnetizan, nos inquietan. Me refiero a esas inacabables preguntas tem¨¢ticas (?cu¨¢ndo, c¨®mo y por qu¨¦ empezamos a construir habit¨¢culos?, ?y bifaces?, ?y a domesticar al gato?, ?y a descubrir Am¨¦rica?, ?y a asesinarnos con sa?a ideol¨®gica?) que son, en el fondo, preguntas existenciales. ?En qu¨¦ consiste ¡ªo ha consistido hasta ahora¡ª ser humanos? ?C¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª? ?Estaba escrito desde el principio? (Por cierto, ?qu¨¦ principio? ?No nos chirr¨ªa la idea de principio, si comprendemos la sutileza de la evoluci¨®n? Y cuando decimos ¡°nosotros¡±, ?a qui¨¦nes nos referimos? ?A los hom¨ªnidos? ?A los homininis? ?Al g¨¦nero Homo? ?Al sapiens? ?Nos referimos tambi¨¦n, aunque sea en un 1 o 4%, al neanderthalensis? ?Con qu¨¦ cercan¨ªa o qu¨¦ distancia deber¨ªamos hablar del erectus, el ergaster, el idaltu?). Aunque hoy pueda parecer que no hicimos sino recorrer una l¨ªnea recta inevitable, hubo una pluralidad de humanidades. Incluso dentro de las propias v¨ªas que desarrollamos los sapiens, la diversidad insiste. Y quedan muchas cuestiones abiertas.
Lo cual me lleva a otro de los puntos fuertes de este libro. Es convincente Teyssandier cuando nos habla de las diferentes etapas y estilos de las artes visuales y escult¨®ricas prehist¨®ricas (se nota que es especialista en herramientas l¨ªticas y su gran sensibilidad est¨¦tica). Lo es cuando deshace clich¨¦s, como el de que los humanos desde el principio conquistamos las cuevas, o domesticamos el fuego frotando piezas de s¨ªlex. Brilla en los cap¨ªtulos de la joya, la pintura, el perro, la cirug¨ªa... Y brilla, sobre todo, cuando no quiere brillar. Comp¨¢rese con el trabajo de Yuval Noah Harari, m¨¢s que nada en Sapiens (2011) y Homo Deus (2015), inmensos ¨¦xitos comerciales que se han ocupado de cuestiones fascinantes como las relaciones (que ¨¦l parece ver como de causa-efecto) entre ciertas disposiciones econ¨®micas y ecol¨®gicas (el paso del nomadismo cazador-recolector al sedentarismo agroganadero) y ciertos corolarios pol¨ªticos (la desigualdad institucionalizada, la aristocracia, el Estado), o las conexiones entre la cultura material y las creencias.
Harari es sin duda un divulgador radiante que da gusto leer, pero vale decir que, dentro de los conocimientos aceptados por las comunidades cient¨ªficas que investigan este tipo de interrogantes (prehistoria, paleozoolog¨ªa, econom¨ªa, etc.), escoge los que m¨¢s convienen a su relato. Su relato (que a¨²pa, justamente, a los relatos) sostiene unas tesis y unas moralejas: el suyo es un trabajo descriptivo y ¡ªno siempre abiertamente¡ª selectivo, propositivo. El trabajo de Teyssandier es, si se quiere, m¨¢s modesto en lo epistemol¨®gico y m¨¢s riguroso en lo deontol¨®gico. Es otro tipo de libro y otro tipo de intelectual. Ah¨ª se emparenta por ejemplo con David Graeber ¡ªa quien tanto echamos de menos y cuyo The Dawn of Everything (2022), escrito junto a David Wengrow, creo que no hemos ni empezado a asimilar¡ª y con Alfredo Gonz¨¢lez-Ruibal y su Tierra arrasada: Un viaje por la violencia del Paleol¨ªtico al siglo XXI (2023), recientemente galardonado con el Premio Nacional de Ensayo. Porque no se trata de rehuir la reflexi¨®n pol¨ªtica ni el compromiso con los valores de cada cual; sin ir m¨¢s lejos, el propio Graeber se reconoc¨ªa abiertamente anarquista.
Pero s¨ª conviene dejar claro d¨®nde acaban los consensos cient¨ªficos que uno est¨¢ consignando (que, por supuesto, pueden ir evolucionando y que a veces no son sino consensos sobre disensos) y d¨®nde empieza la preferencia personal. Todo ello es compatible con historiar las ciencias. Teyssandier es humilde y, en su humildad, respetuoso: nos cuenta qu¨¦ s¨ª se sabe y c¨®mo se ha llegado a saber (de su mano aprendemos mucho sobre los m¨¦todos de estas disciplinas); qu¨¦ no se sabe y por qu¨¦ no se sabe (y qu¨¦ har¨ªa falta para que pudi¨¦ramos empezar a saberlo); cu¨¢les son las hip¨®tesis que se han ido proponiendo, descartando y, en su caso, privilegiando; y, cuando cabe el debate, cu¨¢l es la hip¨®tesis preferida por el autor. Es de agradecer este celo.
Nuestras primeras veces es una bella introducci¨®n completa (no, no es un ox¨ªmoron) a ese pu?ado de preguntas que no dejan de atosigarnos. ?Somos (que no estamos) violentos, artistas, carn¨ªvoros, creyentes? Preguntas que traen consigo m¨¢s: sobre nuestros principios, nudos y hasta desenlaces.
Nuestras primeras veces, 30 (pre)historias extraordinarias
Traducci¨®n de Laura Salas Rodr¨ªguez
Perif¨¦rica, 2024
2016 p¨¢ginas. 20 euros