¡®Una melod¨ªa de muerte y destrucci¨®n¡¯, de Ivy Pochoda: una novela negra furiosa y combativa
La autora estadounidense vuelve a mostrar su capacidad para crear un camino literario ajeno a cualquier otra corriente dentro del g¨¦nero
Es probable que los lectores que lleguen por primera vez a Ivy Pochoda a trav¨¦s de estas p¨¢ginas se sientan un poco perdidos, en particular si se trata de aficionados a la novela negra. No se preocupen, han aterrizado en otro planeta literario, uno que brilla sin necesidad de estrellas que le den calor, un universo aut¨®nomo dentro del g¨¦nero, ...
Es probable que los lectores que lleguen por primera vez a Ivy Pochoda a trav¨¦s de estas p¨¢ginas se sientan un poco perdidos, en particular si se trata de aficionados a la novela negra. No se preocupen, han aterrizado en otro planeta literario, uno que brilla sin necesidad de estrellas que le den calor, un universo aut¨®nomo dentro del g¨¦nero, el planeta Pochoda. Sigan. No se arrepentir¨¢n.
Florence Florida Baum es una reclusa de una prisi¨®n de mujeres en Arizona. Estamos al principio de la pandemia y la vida en la c¨¢rcel se complica. Adem¨¢s, esta ni?a bien de fondo oscuro tiene una amenaza constante, Diana Diosmary Sandoval, alias Dios. La primera parte, la carcelaria, tiene ya esa potencia de la literatura de Pochoda, que vimos en Esas mujeres (Siruela, 2023): voces que no sabes de d¨®nde vienen, temblores en el lector, potencia a raudales, mujeres que se valen por s¨ª mismas, sin mediaciones masculinas, ense?ando los dientes.
La libertad ser¨¢ solo el principio de algo. A Dios y a Florida les une un oscuro secreto, uno que apela directamente a la gran pregunta de la novela negra: ?qu¨¦ tenemos ah¨ª dentro, muy al fondo, que nos hace pasar en ciertas circunstancias ciertos l¨ªmites? Porque hay que avisar al lector de dos aspectos esenciales de esta historia. Por una parte, no es un procedimental ¡ªa pesar de la presencia, muy potente, de una mujer polic¨ªa¡ª,tampoco una novela enigma, sino que bordea el g¨¦nero y lo retuerce. Por otra parte, Florida y Dios no tienen una sola cara, no son solo v¨ªctimas, ni perpetradoras, no son de una pieza y nunca ser¨¢n mujeres fatales. Hay furia contenida y furia desatada, contra los monstruos interiores y contra las barbaridades del sistema. Se siente sobre ellas el peso de un mundo dise?ado por hombres, de su violencia y desconsideraci¨®n, pero no esperen llanto aqu¨ª. Ahora bien, cuidado: la autora no juzga ni justifica, en un ejercicio literario complicado del que sale viva gracias al poder de las voces que pueblan el relato.
Un poco antes de la mitad el libro da un salto. Podr¨ªa haberse quedado en una road movie alocada con dos mujeres aplastadas por el peso de la culpa, el pasado y la violencia de sus actos. Pero entonces no estar¨ªamos ante una novela de Pochoda, que incluye aqu¨ª al personaje que da equilibrio a todo: la inspectora de polic¨ªa Lobos (cu¨¢ntos habr¨ªan hecho ocho novelas solo con este personaje), una mujer con una enorme rabia contenida que tiene un origen com¨²n al de Florida y Dios, pero contra el que ella lucha de otra forma.
Queda el contexto, porque Florence, Florida, huye a Los ?ngeles, su casa, una ciudad en constante destrucci¨®n, que en la novela aparece como un lugar fantasma atravesado por los efectos de la pandemia (y no tan distinta a la del Harry Bosch de Michael Connelly o la del reciente y vibrante Silencios que matan, de Jordan Harper). La protagonista se adentra en los asentamientos masivos de personas sin hogar, no tan lejos de la mansi¨®n familiar, y el lector alucina, conoce otras formas de violencia, se ahoga con la protagonista en esa ciudad apocal¨ªptica.
¡°Al final lo hecho, hecho est¨¢, y no hay manera de deshacerlo. Que otros busquen la moraleja si quieren¡±, dice uno de los personajes hacia el final, un remate justo y nada reparador, violento tambi¨¦n, de una historia que no pretende tranquilizar conciencias.
Uno de los grandes m¨¦ritos de Ivy Pochoda es que no hace una sola concesi¨®n al espect¨¢culo, pero el lector queda igualmente atrapado; no utiliza el ritmo del thriller, pero no se puede parar de leer, es imposible escapar a su hechizo. Una melod¨ªa de muerte y destrucci¨®n no es Esas mujeres (Siruela, 2022), uno de los libros m¨¢s potentes del g¨¦nero en la ¨²ltima d¨¦cada, pero no deja de ser turbador y magn¨ªfico.
Una melod¨ªa de muerte y desutrcci¨®n
Siruela, 2025
304 p¨¢ginas, 24,95