Ivy Pochoda: del squash y el griego cl¨¢sico a la maestr¨ªa en la novela negra
La autora estadounidense marca un estilo muy distinto dentro del g¨¦nero al tiempo que lucha para que se vea a las mujeres mucho m¨¢s all¨¢ de su papel de v¨ªctimas
Nada o casi nada prefiguraba la s¨®lida carrera que Ivy Pochoda ha desarrollado en el g¨¦nero negro con solo cuatro novelas. Ni sus estudios de griego cl¨¢sico en Harvard, ni su carrera profesional en el mundo del squash (varias veces campeona de Estados Unidos, sal¨®n de la fama de su universidad por su desempe?o con la raqueta), ni siquiera su primera novela, The Art of Disappearing, para la que ella hab¨ªa imaginado otras glorias literarias. Y, sin embargo, la escritora estadounidense fue una de las estrellas invitadas hace unos d¨ªas al Quais du Polar de Lyon, el mejor festival de novela negra de Europa.
Pochoda (Brooklyn, 46 a?os) tiene muy claro cu¨¢l es su camino, qu¨¦ puede aportar su literatura a un g¨¦nero que se aparta poco a poco de la visi¨®n dogm¨¢tica, reduccionista y esencialmente masculina de la mujer que le ha caracterizado desde la explosi¨®n del hard boiled de los a?os treinta en Estados Unidos. ¡°Es esencial abordar a las mujeres fuera de la violencia, de la brutalidad; fijarse en la parte humana, en la vida, las pasiones, los intereses. Creo que a veces nos centramos demasiado en la violencia y nos olvidamos de la persona que la sufre. Y creo que las mujeres en la novela negra muchas veces son solo un cad¨¢ver para las estad¨ªsticas o la manifestaci¨®n f¨ªsica de algo que un criminal muy mol¨®n ha hecho. Todav¨ªa hay demasiadas historias, aunque es verdad que est¨¢ cambiando, en las que las mujeres se limitan a su car¨¢cter de v¨ªctima. Se trata de entender su vida al completo. As¨ª que mis libros no est¨¢n tan preocupados por el hecho violento como por toda la existencia, la vida que hay alrededor¡±, comenta, siempre r¨¢pida y certera en sus respuestas, elevando la voz por encima del bullicio del Palais de la Bourse de Lyon.
Podr¨ªamos considerar Esas mujeres (Siruela) como el compendio de todo el magma creativo de Pochoda. Ah¨ª est¨¢n las m¨²ltiples voces que tanto caracterizan su obra y que vienen de su educaci¨®n cl¨¢sica; ah¨ª se mira a la mujer maltratada o asesinada y se trata de saber qui¨¦n es, contar su historia; ah¨ª se dignifica a la madre, tambi¨¦n v¨ªctima, de una mujer desaparecida y su b¨²squeda de la verdad y, adem¨¢s, todo ocurre en una peque?a comunidad. As¨ª explica ella c¨®mo se une todo: ¡°En Visitation Street [segunda novela, publicada en Espa?a por Malpaso] y en Esas mujeres hay personas que han desaparecido en comunidades peque?as en las que cada uno va a tener una perspectiva de lo que ha pasado. La imagen que puede tener un polic¨ªa no va a ser la de una madre. Ninguna est¨¢ equivocada, son distintas, simplemente. De una u otra manera casi todos los lectores van a encontrar identificaci¨®n en algunas de esas miradas¡±.
Las ciudades desempe?an un papel esencial en toda esta construcci¨®n. Asegura Pochoda que no tiene nada que ver escribir en su Brooklyn natal, donde vivi¨® la gentrificaci¨®n de la que habla en Visitation Street, con hacerlo en Los ?ngeles, ciudad en la que vive ahora y donde transcurren sus ¨²ltimas novelas. ¡°Siempre digo que si quieres que tu barrio se gentrifique solo tienes que escribir una novela situada all¨ª¡±, bromea sobre su gusto por elegir lugares que han empezado a experimentar esos cambios. Nunca, admite, ha dejado de buscar ese Brooklyn en el que creci¨®, en el que su madre ha vivido durante 44 a?os.
Entre los m¨²ltiples personajes que pueblan las p¨¢ginas de Esas mujeres, todas con su discurso y su fuerza, destaca la figura de Essie, una polic¨ªa de cuerpo peque?o y mente enorme, con altas capacidades y un objetivo en la vida: resistir. ¡°Quer¨ªa poner a una mujer en un mundo de hombres, una mujer peque?a que ve todos los d¨ªas distintas manifestaciones de lo que es ser una mujer en un mundo as¨ª sin ser necesariamente violada o asesinada, sino solo exhausta con el sexismo diario¡±, explica.
Vivir al lado de la bestia
¡°La negaci¨®n, esa es la clave de este libro¡±, comenta sin esquivar el tema m¨¢s complejo, el de las mujeres que viven con el monstruo y deciden mirar hacia otro lado. ¡°Escrib¨ª sobre esto porque es una traici¨®n a la justicia y la humanidad que estos se?ores maten durante tanto tiempo porque nadie levanta la voz. No s¨¦, lo pienso mucho y no lo entiendo. Es como la novia de Ted Bundy, que lo denuncia como el asesino en serie que todo el mundo busca y la polic¨ªa le dice: ¡®No te preocupes, no es ¨¦l¡¯. Y yo pens¨¦: c¨®mo vuelves a cenar ese d¨ªa con ¨¦l despu¨¦s de eso, despu¨¦s de que el sistema te haya dado la espalda¡±. Pochoda conoce bien el mundo del crimen en Estados Unidos, pero no es el asesino en serie quien le interesa. Ella mira y hace que el lector mire a otro lado. Lo mismo ocurre con la polic¨ªa. ¡°Cada vez m¨¢s, especialmente con la violencia policial en Estados Unidos, es importante no glorificar a la polic¨ªa. La polic¨ªa no es mala, no todo el tiempo, pero no es la misi¨®n del g¨¦nero arreglar la brutalidad policial, eso les corresponde a ellos; nosotros tenemos que reflejarlo. Y eso implica hablar tambi¨¦n de problemas sociales¡±.
En ese camino literario que pisa con tanta seguridad, Pochoda ha relacionado la novela negra con su formaci¨®n cl¨¢sica. ¡°Me encantan los coros, me encanta cuando hay varias voces que dirigen la acci¨®n y creo que eso viene de las toneladas de dramas cl¨¢sicos que he le¨ªdo. Hay mucha violencia y violencia contra la mujer y ejercida por la mujer y creo que mi nuevo libro [Sing Her Down, se publica en mayo en Estados Unidos] usa ese tipo de violencia. Creo que, si bien hay gente que igual no se da cuenta, mis libros est¨¢n organizados como dramas griegos¡±, aclara.
El squash le impuso a la joven Pochoda una disciplina que no ha dejado de usar en la soledad de la escritura. ¡°Ah¨ª est¨¢s t¨² solo, no tienes a nadie m¨¢s, tienes que entrenar, mejorar, y si tienes un mal d¨ªa es cosa tuya: tienes que seguir a pesar de todo. No puedes controlar que la gente compre tu libro, que se convierta en un best-seller, pero s¨ª puedes intentar que sea lo mejor posible. Con el squash ocurre algo parecido: puedo no ganar un mont¨®n de dinero, pero si juego unos cuantos buenos partidos, habr¨¦ hecho un buen trabajo¡±, remata en¨¦rgica.
Pochoda no hace series de novelas pero algunos de sus personajes saltan de un libro a otro, de manera discreta unas veces, de forma m¨¢s evidente otras. Pertenece a la tribu criminal, con orgullo, y se reconoce, por ejemplo, en el Mystic River de Dennis Lehane, uno de sus padrinos. Tambi¨¦n recibe las loas de otras grandes figuras del g¨¦nero como Michael Connnelly o Laura Lippman. ¡°Son mis amigos, as¨ª que m¨¢s les vale¡±, bromea antes de explicar c¨®mo funciona el grupo, c¨®mo se apoyan y se divierten. Est¨¢n escribiendo una p¨¢gina en la historia del g¨¦nero negro, aunque en el caso de Pochoda no fuera la idea inicial.
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