¡®Kafka¡¯, de R¨¹diger Safranski: la literatura como algo flotante
El ensayista alem¨¢n se centra en el acto de escribir en su acercamiento a la figura de Franz Kafka. Aunque le falte humor, confirma que el autor checo es inagotable
Lo que se propone R¨¹diger Safranski es rastrear ¡°una ¨²nica pista en la vida de Franz Kafka¡±, ¡°la del acto de escribir y la lucha del autor por la escritura¡±. El 14 de agosto de 1914, Kafka le escribi¨® a Felice, su prometida: ¡°No es que yo tenga alg¨²n inter¨¦s por la literatura, sino que estoy hecho de literatura; no soy nada m¨¢s, ni puedo ser nada m¨¢s¡±. La cita la recoge Safranski al empezar el libro, y es que el reto que se propone es complicado: ?...
Lo que se propone R¨¹diger Safranski es rastrear ¡°una ¨²nica pista en la vida de Franz Kafka¡±, ¡°la del acto de escribir y la lucha del autor por la escritura¡±. El 14 de agosto de 1914, Kafka le escribi¨® a Felice, su prometida: ¡°No es que yo tenga alg¨²n inter¨¦s por la literatura, sino que estoy hecho de literatura; no soy nada m¨¢s, ni puedo ser nada m¨¢s¡±. La cita la recoge Safranski al empezar el libro, y es que el reto que se propone es complicado: ?c¨®mo hacer para perseguir solo la pista de la escritura si el propio Kafka est¨¢ empujando siempre lo que escribe hacia su propia vida, y hay quienes entienden que su mejor literatura est¨¢ en sus cartas, sus diarios y sus notas? En sus novelas, todas incompletas, el protagonista se llama Karl, Josef K. o responde simplemente a K., como si tambi¨¦n hubiera continuidad entre el hombre de carne y hueso y el personaje de ficci¨®n. ¡°Cuando escribo una frase al buen tunt¨²n¡±, apunt¨® en su diario el 9 de febrero de 1911, ¡°como, por ejemplo, ¡®?l mir¨® por la ventana¡¯, esa frase es ya perfecta¡±. Y est¨¢ el prop¨®sito que se hizo un d¨ªa, en 1902 con 19 a?os, de adoptar una visi¨®n de la vida (y ¡°convencer por escrito a los dem¨¢s de esa visi¨®n¡±) en la cual se la reconociera ¡°como una nada, como un sue?o, como algo flotante¡±.
Safranski tiene buena mano para ocuparse de las vidas de los dem¨¢s, la habilidad de levantar el mundo que habitan sus biografiados, una especial capacidad para narrar detalles o situaciones espec¨ªficas que los definen, y una enorme claridad para trasladar y reconstruir lo que han hecho y escrito. Ah¨ª est¨¢n sus magn¨ªficos trabajos sobre Heiddeger, Nietzsche, Schopenhauer, Goethe, Schiller o H?lderlin. En su Kafka se ocupa de desmenuzar las piezas que este escribi¨®, y uno de sus mayores logros es dejar hablar a Kafka, as¨ª que lo cita constantemente, y permite acercarse a sus propias palabras. Porque lo dif¨ªcil ante su obra es dejarla estar; la tentaci¨®n de interpretarla es demasiado grande, y no es dif¨ªcil encontrar s¨ªmbolos o met¨¢foras, reflexiones metaf¨ªsicas, consideraciones religiosas, iluminaciones sobre las grandes cuestiones ¡ªla ley, el sue?o, el papel de arte y del artista en el mundo¡ª, aforismos repletos de sabidur¨ªa. En el otro extremo, lo que se suele hacer es trasladar met¨®dicamente lo que Kafka escribi¨® como una prolongaci¨®n de sus complicaciones vitales: el conflicto con su padre, su soledad, su pavor al matrimonio, su extra?a relaci¨®n con el sexo, su obsesi¨®n por escribir y escribir, su sufrimiento. Quiz¨¢ no haya manera de sortear estos dos peligros; Safranski no lo consigue.
Kafka public¨® en vida unos pocos libros que reun¨ªan distintas narraciones o peque?as prosas, y encarg¨® a su amigo Max Brod que quemara todo lo dem¨¢s. Afortunadamente no le hizo caso, y lo que qued¨® por descubrir es monumental: las novelas, las cartas, los diarios, los borradores, las notas. Todo parece estar a mitad de camino y, al mismo tiempo, resulta completo, pleno: ni falta ni sobra nada. Como dec¨ªa de aquella frase, ¡°?l mir¨® por la ventana¡±, cada l¨ªnea de Kafka es perfecta. Quiz¨¢ sea eso lo que signifique ¡°estar hecho de literatura¡±. Y por eso leyendo a Safranski a ratos se tiene la impresi¨®n de por ah¨ª, s¨ª, cuando lo suelta y lo pone simplemente delante ¡ª¡±En Kafka, no hay ning¨²n plan, ning¨²n borrador, ning¨²n esquema¡±¡ª, y otras en cambio de por ah¨ª, no, y es cuando interpreta demasiado y saca grandes conclusiones ¡ª¡±la culpa de Josef K. reside en el hecho de que en sus comienzos llevo una vida superficial, funcional en el plano exterior y conformista¡±¡ª o se deja convencer demasiado por lo que dice Kafka de s¨ª mismo ¡ª¡±La sensaci¨®n de cautiverio es estremecedora¡±¡ª. Aunque le falte humor, el libro de Safranski merece la pena. Confirma que Kafka es inagotable.
Kafka
Traducci¨®n de Jorge Seca
Tsuquets, 2024
320 p¨¢ginas
22 euros